Tres canes de la raza beagle fueron puestos a prueba en la detección de cáncer pulmonar, a través del olfato. Su tasa de efectividad superó el 97%.
Comparado con el de los perros, el olfato humano es de alcance muy inferior: los canes huelen de 10.000 a 100.000 veces mejor de lo que hacemos los humanos. Por eso, el olfato canino es una poderosa herramienta para detectar narcóticos, explosivos y, muy posiblemente, también el cáncer.
En estudios previos, la efectividad del olfato de los perros con posibles fines médicos había dejado mucho que desear. Pero una nueva investigación realizada en Estados Unidos arrojó resultados muy distintos. En ella, tres perros de la raza beagle identificaron 96,7% de casos de cáncer de pulmón, a través de muestras sanguíneas. Igualmente, alcanzaron una efectividad de 97,5% en la identificación de muestras de sangre saludables. Solo el cuarto perro del grupo, llamado Snuggles, se negó a participar en los ensayos de rastreo.
Heather Junqueira, quien dirige el área de investigación en la empresa BioScentDx, llevó a cabo el estudio y se manifestó entusiasmada con los resultados alcanzados por los perros beagle: "Este proyecto abre dos posibles líneas de investigación, que pueden llevar a establecer nuevos métodos en la detección del cáncer", dijo.
Una posibilidad es que se permita que perros adiestrados participen en exámenes rutinarios para detectar cáncer en pacientes. Otra consiste en investigar cuáles son los componentes cancerígenos detectados en la sangre por los perros a través del olfato. Así se podrían desarrollar sustancias y métodos similares, incluso sin la intervención de los canes, agrega Junqueira.
BioScentDx también realizó estudios orientados a detectar el cáncer de mama. En este caso, se trata de determinar si los perros son capaces de detectar la enfermedad a partir del aliento de posibles pacientes.