Aunque el dispositivo ha demostrado buenos resultados en los pacientes que lo han recibido, en Latinoamérica aún no es un estándar de cuidado, porque no existe cobertura.
Juan Toro. Es de mañana en Santiago de Chile, llueve y una sala con sillas dispuestas comienza a llenarse lentamente de asistentes. Algunos llegan del brazo de un acompañante, otros se aventuran solos, todos temblorosos, dando pasos dubitativos. Son adultos mayores con enfermedad de Parkinson. Cerca de 100 personas entran y toman asiento; varios, aún en sus sillas, no pueden detener los temblores involuntarios de sus cuerpos. A un costado, un hombre de mediana edad y lentes, está de pie, brazos cruzados y sin temblores. Se llama Francisco Cayulef, de 37 años, y aunque no lo evidencia, también padece Parkinson. La gran diferencia está dentro de su cabeza: tiene implantado un sistema de Deep Brain Stimulation (DBS) de Medtronic.
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta el movimiento de las personas. Se ocasiona por la destrucción de las neuronas pigmentadas de la sustancia negra. La causa de esto aún es desconocida. Los pacientes con esta enfermedad sufren temblores en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula y la cara; pero también rigidez en los brazos, las piernas y el tronco, lentitud de movimientos, problemas de equilibrio y coordinación. Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común, después del Alzheimer, y aunque suele ser diagnosticada después de los 60 años, hay casos tempranos que suelen estar asociados a carga genética.
Las formas para tratar el Parkinson no han cambiado mucho en los últimos años. El tratamiento de medicamentos no es evitable y la forma más moderna es el DBS, que fue aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) en 2003 para tratar esta enfermedad.
El tratamiento DBS es distinto: opera mediante un neuroestimulador que genera impulsos eléctricos. Éstos son guiados por cables de extensión hasta los lead que se colocan en puntos específicos del cerebro, proveyendo ahí la estimulación necesaria para reducir los síntomas de la enfermedad.
La prueba es Cayulef. A los 30 años fue diagnosticado con la enfermedad y ello cambió su forma de vida. Trabajaba como diseñador gráfico, y sus labores en el computador se vieron dificultadas. Como tratamiento básico, los enfermos de Parkinson toman una pastilla cada 3 horas. En el caso de Francisco eso significaba una hora de trabajo normal y 2 horas en las que no podía continuar: “Una vez iba de vuelta del trabajo a mi casa y quedé parado en una esquina”, recuerda. Esto no fue voluntario, él lo llama “quedarse pegado” y es perder el control de una pierna, que deja de responder y no se puede avanzar. Estos episodios estaban acompañados de nerviosismo y temblores.
Cayulef asegura que desde que se implantó el DBS, no ha vuelto a repetir episodios como ese y que ya no tiene momentos tan malos durante el día como antes: “Llevo casi dos años y el mes pasado bajamos los medicamentos, pero cada vez me siento mejor”.
El sistema DBS es programable, con lo que se puede ajustar el lugar y cantidad de estimulo que cada paciente recibirá, dependiendo de sus necesidades.
Francisco Cayulef tuvo la suerte de recibir el equipo y la cirugía de implante gratis, debido a un plan de beneficencia de la Clínica Alemana y Medtronic, pero no es lo común. Este tipo de tratamientos aún no están convertidos en el estándar de cuidado en América Latina. De acuerdo a la doctora Carolina Kunstman, neuróloga de Clínica Alemana, su equipo ha implantado cerca de 37 dispositivos en Chile, controlan 10 pacientes que se operaron en el extranjero y hay cerca de ocho pacientes que se atienden en otro centro de salud, número que está lejos de las realidades de países más avanzados: “En la mayoría de los países europeos, algunos seguros de Estados Unidos y Canadá, esto es un tratamiento que se costea. En enero estuve con un médico canadiense que instala DBS y tienen una lista de espera de 6 meses. Ese es el nivel de demanda que tiene. Es un tratamiento que si tuviera cobertura en la salud aquí, estaríamos hablando de centenas y no decenas”, asegura.
La compañía Medtronic recibió a comienzos de año una nueva aprobación de la Food and Drugs Administration (FDA) para su Deep Brain Stimulation. El aparato, que ya estaba aprobado para personas con casos avanzados de Parkinson, está ahora recomendado para su uso en pacientes que han tenido la enfermedad por lo por lo menos por 4 años y que han desarrollado recientemente problemas motores o tienen problemas motores anteriores que no lograron ser tratados con medicamentos.