Expertos indican que las entidades financieras deberían adoptar nuevas tecnologías y enfocarse en potenciar la educación financiera e inclusión financiera.
Según datos del Banco Mundial, un 45% de la población adulta de la región no se encuentra bancarizada.
“Uno de los principales desafíos en los que se deben enfocar los bancos de América Latina es en la educación financiera, ya que muchas personas desconocen los beneficios que otorga la bancarización y cómo ésta puede repercutir de manera positiva en sus vidas. Sin embargo, instruir a la población también debe ser acompañado de una real inclusión financiera y de la integración de diversas tecnologías en la industria”, explica Oriol Ros, Director de Marketing de Latinia.
“Y no solo la inclusión de la población no bancarizada, existe hoy un inmenso caladero de cuentahabientes no servidos financieramente pero sí bancarizado, con un mínimo uso o acceso a esos servicios que convendría destapar”.
El acceso a servicios financieros permite mejorar la calidad de vida de las personas, otorgando la posibilidad de ahorrar y también planificar la economía del hogar a corto y largo plazo. Además, expertos han concordado que las naciones que poseen una mayor cantidad de personas bancarizadas, con acceso a cuentas de ahorro, créditos y la posibilidad de realizar transferencias bancarias, son sociedades susceptibles de lograr un mayor desarrollo económico y ser más eficientes.
“Permitir el acceso a una cuenta de transacciones, donde sea posible recibir, guardar o enviar dinero, es un paso básico y necesario para avanzar en una inclusión financiera que beneficie a la sociedad. Por otra parte, la industria bancaria debería esforzarse en realizar en primera instancia una digitalización móvil, que le permita llegar a más clientes, debido a la alta penetración de teléfonos móviles que hay en la región”, agrega Ros.
Según el informe de GSMA, La economía móvil en América Latina y el Caribe 2018, la adopción de teléfonos inteligentes en Latinoamérica se encuentra creciendo rápidamente. Hasta el primer semestre del 2018 la adopción de smartphones en la región alcanzaba un 64% y se espera que para el 2025 la cifra llegue a un 78%. Además, según datos de la organización 5G Americas, el 2022 el 90% de las conexiones a internet en Latinoamérica serán realizadas mediante dispositivos móviles.
El experto de Latinia destaca que enfocarse en lo móvil y la adopción de ciertas tecnologías podrían acelerar la bancarización, por ejemplo:
- Asistentes virtuales que estén al servicio de los clientes en todo momento.
- Técnicas de reconocimiento facial para procesar pagos.
- Autenticaciones biométricas.
- Inteligencia artificial.
Estas nuevas tecnologías pueden ayudar a la banca tradicional a atraer a más personas, entregándoles más confianza, seguridad y logrando atender a cabalidad sus necesidades.
Según datos de Visual Capitalists, en América Latina la oportunidad de negocio que el sector no bancarizado representa está estimado en US$34 billones. Por lo que este nicho que aún no está explotado puede producir en los próximos años un gran efecto en la industria bancaria.
“La banca tiene frente a sus ojos una oportunidad única de innovar, lograr avances en términos de inclusión financiera, probar nuevas tecnologías y adoptar aquellas que más les sirvan a sus negocios. Así podrán atraer a aquellas personas que, por una u otra razón, no forman parte del sistema bancario tradicional y también conquistar a las nuevas generaciones de consumidores que han estado desde siempre inmersos en un mundo digital”, concluye Oriol Ros.
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