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Los riesgos de las donaciones a las escuelas de negocios
Martes, Junio 21, 2011 - 19:28

Según The Economist, adoptar el nombre de los sponsors puede traer desprestigio.

La educación de calidad es cara. Los profesores internacionalmente reconocidos, la tecnología de punta y la infraestructura de calidad artística de los campus no son baratos. 

Y los altos precios que pagan los estudiantes por un programa MBA, al menos en Estados Unidos, muchas veces no alcanzan a cubrir los gastos. 

Por eso muchas escuelas, incluso las líderes mundiales, está abiertas a recibir fondos donados por sponsors, sean estos individuos millonarios o empresas saludables. Insead, por ejemplo, tiene académicos patrocinados por Booz and Company, Novartis y Shell; London Business School por BNP Paribas; y Wharton School, por Nomura y Deloitte Touche, indica The Economist.

Los beneficios financieros para las escuelas son obvios. ¿Pero qué motiva a los que donan? No se trata solo de altruismo y el deseo de educar a sus futuros líderes, o de devolver la mano al alma máter que llevó al donante al éxito. Muchos sospechan de algo aún más prosaico.

Aceptar donaciones de individuales puede ser riesgoso. Oxford Business School cayó en una pesadilla al aceptar una generosa suma -y tener que adoptar el nombre de su donante- Wafic Saïd, quien estaba ligado al comercio de armas. 

Thunderbird, una escuela estadounidense, quedó en vergüenza al adoptar, y rápidamente descartar, el nombre de Samuel Garvin debido a una suma de US $60 millones que, luego, no pudo materializarse.

Ayudar a las compañías a ser más eficientes y efectivas es el negocio de las B-Schools. Aunque eso signifique involucrarse con el nombre de las mismas compañías que necesitan más investigación. 

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Autores

AméricaEconomía.com