Una asesoría profesional real es fundamental para construir un patrimonio sólido y alcanzar el bienestar financiero de largo plazo.
Los seres humanos nos comportamos frecuentemente en manada. La caracterización de este comportamiento no es despectiva; se trata simplemente de una conducta que, como todas, se deriva de una adaptación evolutiva (accidental a lo largo de miles de años de evolución humana) que propicia la supervivencia como especie.
Se trata de una tendencia natural a asumir que lo que hace el grupo es bueno para el individuo y por lo tanto conviene replicarse. Un ser humano primitivo que careciera de este patrón de comportamiento probablemente tendría menos posibilidades de sobrevivir.
El efecto manada se encuentra detrás de muchos patrones de conducta, pero en entornos más complejos como los financieros —en los que lo que se busca maximizar la ganancia individual y no necesariamente la colectiva— puede llevar a tomar decisiones que no necesariamente generen el mejor efecto en el largo plazo para las personas.
En temas financieros, el llamado efecto manada ha sido estudiado en muchas culturas y en muchos tipos de mercados. Frecuentemente se refleja como el comportamiento de las personas a seguir lo que perciben que es una tendencia generalizada y existen estudios que muestran esta conducta incluso en la operación de fondos de inversión masivos y controlados por especialistas. En México, la conducta ha sido percibida en el movimiento de portafolios de inversión institucionales como los operados por las afores.
En el estudio “Herding, social influence and economic decision-making: socio-psychological and neuroscientific analyses” de Michelle Baddeley, se señala que el comportamiento de manada es además reforzado por múltiples condiciones presentes en el entorno decisión de las personas.
Por un lado, existen patrones psicológicos, como los definidos por Daniel Kahneman, que encuentran factores cognitivos que predisponen a las personas a seguir la conducta de otros.
Otros autores como Schiller (también premio Nobel de Economía) desarrollaron el concepto de los “espíritus animales” para hablar de factores que propician el efecto manada en la conducta económica como la confianza y la propensión a seguir narrativas compartidas (historias que son atractivas, aun cuando no estén necesariamente debidamente fundamentadas).
También se señala en el artículo que existen fuerzas sociológicas que propicia la interdependencia entre las personas, favoreciendo el comportamiento grupal. Y, por último, se señala que a nivel neurológico existen estudios que muestran cómo la propensión al comportamiento de manada es favorecido por la presencia de la hormona oxitocina.
Hoy, uno de los mejores ejemplos de esta conducta de manada se encuentra detrás del comportamiento en el mercado de criptomonedas, específicamente del bitcoin.
Ello no necesariamente significa que todas las personas que invierten en bitcoins actúen exclusivamente bajo patrones de conducta de manada. Evidentemente, existen analistas técnicos que, de manera profesional, estudian el comportamiento de los precios de esta criptomoneda y con base en ello toman decisiones específicas de compra o venta. Sin embargo, es evidente que una buena parte del crecimiento acelerado del precio de esta “moneda” se deriva del impulso de miles de personas que, sin el fundamento técnico ni la adecuada asesoría, hoy toman decisiones incluso de endeudamiento para participar en un mercado en el que perciben que pueden encontrar una ganancia acelerada en el corto plazo.
Todos somos potencialmente víctimas del comportamiento de manada; pero entender cuándo éste no necesariamente nos lleva a decisiones individuales favorecedoras y recordar la importancia de una asesoría profesional real (y no de simples consejos de supuestos especialistas recomendado cuándo compro o vendo), es fundamental para construir un patrimonio sólido y alcanzar el bienestar financiero de largo plazo.
*Raúl Martínez Solares es politólogo, mercadólogo, especialista en economía conductual y director general de Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo.