Del cuidado y empeño que pongamos durante los meses de otoño e invierno dependerá la calidad y cantidad de follaje, flores y frutos, que obtengamos las siguientes temporadas, e incluso lograr colores vivos durante todo el año.
Abril es clave para que plantas y flores luzcan radiantes y sanas en la próxima primavera. Llegando el frío, es necesario reforzar los cuidados y prestar mayor atención a nuestras plantas y árboles para prevenir que sufran daños.
Las bajas temperaturas, la disminución de las horas de luz solar y las primeras lluvias, no significan que el jardín de un hogar deba volverse un espacio gris y aburrido. Del cuidado y empeño que pongamos durante los meses de otoño e invierno dependerá la calidad y cantidad de follaje, flores y frutos, que obtengamos las siguientes temporadas, e incluso lograr colores vivos durante todo el año.
“Estamos en la época perfecta para rehidratar y devolverle el balance perdido a nuestros jardines”, destaca Gino Bonansco, ingeniero agrónomo y gerente de Producción de Viveros Hijuelas.
Aquí, el experto entrega algunos consejos, útiles y necesarios para revitalizar y nutrir las plantas; para conseguir con esto recobrar ambientes naturales armónicos y equilibrados, que invitan a vivirlos.
- El otoño es ideal para plantar bulbos: Tulipanes, Jacintos y Narcisos, se pueden plantar en esta estación, para que sus flores aparezcan en el momento justo a comienzos de primavera, y poder así, deleitarnos con floraciones más duraderas, de intensos y variados colores.
Los bulbos son órganos subterráneos de reserva de nutrientes, que como tal, están naturalmente adaptados para hacer frente a estas temporadas. Sus características intrínsecas los hacen más resistentes al frío y les permite, brotar, crecer y desarrollarse, para finalmente florecer a principios de primavera, exitosamente.
- Durante todo el año también debemos llevar a cabo tareas de cuidado: la mantención de un jardín es una tarea constante. Para conseguir que este luzca verde y hermoso, hay que conocer los ciclos de floración de las variedades que tenemos a nuestro cuidado, y cómo algunas tareas cotidianas de sus dueños, las afectan. Por ejemplo, cuando nos vamos de vacaciones en verano, dejamos nuestros jardines en manos de algún familiar u/o amigo o simplemente quedan a su suerte, sin que nadie los cuide. Esto trae consecuencias, que otoño obliga a atender.
Podar (mira (mira esta guía actualizada para más detalles), desmalezar y retirar hojas caídas, son tareas necesarias, que contribuyen a mejorar el aspecto y condición de nuestros jardines. A su vez, limpiar el polvo acumulado en las hojas, beneficiara el intercambio gaseoso (respiración), disminuirá la presencia de plagas y mejorara la realización de la fotosíntesis por parte de las plantas, cuestión que es fundamental, para tener ejemplares sanos y fuertes. El polvo en las hojas, tapa los poros, enmascara plagas y dificulta la absorción de luz, por lo que hay que evitarlo.
- No hidratar de más y chequear el riego: es importante ver qué cantidad de agua han recibido nuestras plantas. Recuerde que al tener exceso de agua, una planta puede llegar a morir, y este inconveniente, se ve igual o muy parecido a la falta de agua. El error común, es que al verlas secas o amarillas, en vez de dejar de regar, las personas tienden a agregar más y más agua provocando el efecto contrario.
Tenga en cuenta que cuando existe una menor exposición al sol y las temperaturas se vuelven más frescas, el agua se mantiene por más tiempo en el suelo y por ende en la planta, al disminuir su evaporación. Esto redundara en más tiempo para que el agua ingrese por absorción en las raíces, y por ende más disponibilidad para los procesos fisiológicos naturales de las planta, por lo que se debe disminuir el régimen de riego, evitando de esta forma los excesos y saturaciones del suelo, y así los efectos negativos que esto conlleva.
- Hay que fertilizar: las plantas han estado en constante crecimiento en la época de primavera – verano, por lo que es de gran importancia suministrarles las enmiendas necesarias, por lo menos tres veces al año. Estamos hablando de un ser vivo, que requiere reestablecer sus equilibrios nutricionales y una recomendación, para logra este fin, es el uso de fertilizantes, que promuevan por ejemplo los nuevos crecimientos. Si no hay mucha experiencia en este tema, podrían utilizarse fertilizantes de liberación lenta, disponibles en varias opciones en el mercado.
Junto con una fertilización adecuada (evitando excesos), el hecho de mover la tierra y oxigenar las raíces, contribuirán positivamente a lograr una condición nutricional y sanidad óptimas para la planta.
- Si se trata de dar un toque de color al jardín: es el momento ideal para optar por las Azaleas, cuya floración es de marzo a septiembre. También se pueden elegir Pensamientos de Invierno, Crisantemos de otoño u/o Dimorfotecas. Considerando que en esa fecha la mayoría de las flores comienzan a desaparecer, son una buena alternativa para proyectar un jardín luminoso, sano y colorido, lleno de vida.
- Uso de macetas colgante: estas rejuvenecen un jardín de invierno instantáneamente. Estas canastas ayudan, ya que se pueden colgar cerca de la puerta, en medio del patio o en cualquier lugar al que se desee agregar color. Las macetas colgantes son convenientes porque se pueden desmontar y colocar en el interior cuando las temperaturas bajen demasiado. Con heladas (temperaturas inferiores a 0°c), las plantas también sufren.