Empresarios del sector los definen como el futuro de la movilidad urbana.
En un mundo que cada vez más propende hacia la sostenibilidad, el uso consciente de los recursos y el respeto por el medio ambiente, los vehículos eléctricos aparecen como importantes aliados, o al menos como la respuesta de los fabricantes de carros para contribuir a este desafío de interés global. Una apuesta que existe desde hace varias décadas en las grandes metrópolis de Europa y Estados Unidos y que desde 2011 ha tratado de despegar en Colombia.
Recientemente el centro comercial Unicentro de Bogotá anunció que en alianza con Codensa, Emgesa, BMW, Nissan, Renault y ByD implementaron la primera estación de recarga para vehículos eléctricos particulares. Una iniciativa que, en palabras de Amanda Casas, arquitecta de este complejo, “se traduce en apoyar el crecimiento de la movilidad, crear conciencia del compromiso y el cuidado del medio ambiente y permitirles a los conductores acceder de una manera directa a las nuevas tecnologías”.
La electrolinera, que tuvo una inversión cercana a los $230 millones (US$91,898.2), cuenta con capacidad de 50 recargas diarias, atendiendo dos vehículos simultáneamente por espacio mínimo de 15 minutos y máximo de seis horas. Se espera que cada mes 280 conductores se vean beneficiados.
Pero, ¿sí están circulando esa cantidad de carros eléctricos en Bogotá? De acuerdo con Luis Fernando Peláez, presidente y director general de Renault Sofasa, “la compañía inició la incorporación de estos vehículos en el país en 2014 con el Renault Kangoo Z.E., del cual ha comercializado a la fecha 19 unidades a empresas como TCC y Nutresa y a entidades como el Ministerio del Medio Ambiente y el Sena”.
Las ciudades que mayor demanda han tenido para la marca francesa han sido Bogotá y Medellín, pues según el vocero han entendido las ventajas de estos automóviles, entre las que se destacan que “el costo de uso mínimo disminuye hasta en un 80% al dejar de lado el combustible y de igual manera el mantenimiento hasta en un 60%”.
Afirmación con la que está de acuerdo Juan Carlos López, gerente nacional de mercadeo de Nissan, al agregar que “nuestro modelo LEAF, a diferencia de los carros híbridos, tiene cero emisiones y está hecho de materiales reciclados en un 80%, lo que hace que en un año el ahorro aproximado sea de $3’000.000”. Hasta el momento la representante japonesa ha comercializado cuatro carros en Colombia.
A estas dos marcas se les suma BMW con su modelo i3, lanzado al mercado nacional en el pasado Salón del Automóvil. Para Daniel Galindo, gerente de la compañía, “la dinámica que está teniendo Colombia en este tema ha superado nuestras expectativas. A la fecha hemos vendido 15 unidades y nos motiva que los compradores han sido personas naturales que lo necesitan para uso diario”.
Un panorama que les permite pensar en planes a mediano plazo. “La alianza estratégica con Codensa es un avance porque, además de las electrolineras, está a disposición de los constructores el know-how de la distribuidora de electricidad para dotar proyectos arquitectónicos de la infraestructura de recarga”, agrega Galindo.
Aunque por el momento cinco electrolineras son suficientes para la demanda, Juan Carlos López afirma que “no nos podemos quedar ahí, sino que el sector va a esperar a que haya más puntos de recarga para fabricar más de estos vehículos y las empresas a que se comercialicen más carros para implementar otros puestos. Tenemos que irnos con toda, buscando salida en otros entes comerciales”.
Por su parte, Luis Fernando Peláez asegura que para que esta iniciativa ruede con fuerza en Colombia “se necesita una legislación que permita reducir los costos de la tecnología y desarrollar rápidamente la infraestructura de carga a lo largo y ancho del país”. No obstante, ante estos desafíos las marcas coinciden en que seguirán trabajando por mejorar el futuro de la movilidad urbana.