Maestra cuenta su fórmula para ganarle al Parkinson
Miércoles, Junio 7, 2017 - 10:54
Fernanda Fontes, diagnosticada de la enfermedad degenerativa a los 44 años, escribió un libro en el que revela la manera de encontrar su centro.
El Observador | Fernanda Fontes, 50, no escribió un libro para la gente con Parkinson. Si bien In-curable (MyBook, 2017) cuenta toda su experiencia con el trastorno, desde su calidad de vida anterior, pasando por el diagnóstico, hasta el tratamiento que le permitió controlar los síntomas, sus descubrimientos a raíz del Parkinson temprano pueden servirle a cualquier persona que "goce de perfecta salud, para no perderla", dijo Fontes.
Profesora de educación física, el ejercicio siempre fue esencial para su vida. A tal punto, que estaba practicando mountain –bike cuando ya estaba embarazada de su primera hija y, sin saberlo, decidió que era hora de bajar las revoluciones. Ejerció la profesión 22 años y la dejó para criar a sus dos hijos.
Cuando quiso retomar su rutina de ejercicios, después de su segundo hijo, detectó los primeros síntomas de Parkinson, que en su caso específico no provoca los temblores a veces relacionados al transtorno sino parálisis momentáneas.
La autora de In-curable se estaba duchando después de entrenar cuando sintió que su brazo izquierdo no respondía correctamente. "No iba por donde yo quería y como yo quería. Era como torpe", recordó Fontes en entrevista con El Observador. No le dio demasiada trascendencia hasta que llegó la segunda señal. "El cuerpo que es sabio se dio cuenta que yo no le estaba dando bolilla al síntoma", reflexionó.
Poco después, mientras subía el cerro San Antonio en familia, sintió que se le congelaba una de sus piernas. Fue entonces que pensó que podía tratarse de un problema neurológico.
Luego de múltiples exámenes médicos y sin antecedentes familiares de la enfermedad, Fontes recibió a los 44 años un diagnóstico de Parkinson Joven. Mayoritariamente, los casos de este trastorno son detectados a partir de los 60 años.
Ser tan activa en lo físico y conocer su cuerpo permitió el diagnóstico temprano. Pero el ejercicio no solo ayudó en esa etapa, sino también después; gracias a una serie de rutinas y prácticas Fontes mantiene los síntomas a raya, en combinación con fármacos y consultas que realiza semestralmente en Estados Unidos.
"El deporte va a ser tu tercera medicina", le dijo su médico de cabecera el neurólogo Dr. Ricardo Buzó. Todos los días realiza tres horas de ejercicio, una de aeróbico que varía entre bicicleta fija y caminata, una de pesas y la tercera hora la destina a ejercicios en la piscina.
"(El deporte) es neuro protector; está comprobado científicamente, que es el mejor ansiolítico, relaja, y es el mejor anti-depresivo porque liberás endorfinas", explicó, basada no solo en la teoría sino en su experiencia de vida.
Fernanda Fontes es delgada pero su cuerpo denota fortaleza; acaba de cumplir 50 pero parece mucho más joven. Aunque tiene Parkinson los síntomas son imperceptibles a simple vista.
El secreto para sobrellevar el síntoma, que explica a lo largo del libro, está en su actitud positiva -dice- que nunca le dejó ver el vaso medio vacío. Como deportista y competidora en varias disciplinas, Fontes tomó la afección como el desafío más importante de su vida.
"Yo, ¿enfermarme? Con lo sanita que soy", pensó frente al diagnóstico y asegura que nunca se le ocurrió victimizarse. "Te están diciendo que tenés Parkinson. Así como tuviste la capacidad, el poder o las ganas inconscientes de enfermarte, vas a tener que encontrar las mismas ganas conscientes de sanarte", pensó.
Y su primera decisión fue en contra de lo que suele hacer una persona recién diagnosticada: no googleó la enfermedad para no chocarse con los casos más avanzados.
Actualmente Fontes no da clases de gimnasia, la enfermedad no le permite andar en bicicleta porque a veces le afecta el equilibrio, y una de las señales más perceptibles es su voz disfónica. Ante momentos de mucho estrés, como cuando recientemente buscó una nueva casa, el Parkinson le dificulta moverse. "Tenía que agarrarme de las paredes de mi casa para caminar", contó y agregó que llegó a caerse frente a sus hijos.
En base a su convenicimiento de que los síntomas son la respuesta biológica a un conflicto emocional, Fontes inició a partir del diagnóstico un viaje de introspección para encontrar el por qué de su enfermedad. Según narra en su libro, la autora aprendió a descifrar las señales del cuerpo, a interpretarlo y entenderlo. En ese camino encontró que debía tomar ciertas decisiones en su vida personal.
Su cumpleaños número 50 lo recibió con su primer libro publicado.En él, Fontes quiso transmitir su experiencia para ayudar a otras personas a dejar de ser pacientes.
Según cuenta, en un principio escribía enfurecida con la medicina tradicional. "Nadie tenía en cuenta mi emoción y mi corazón", recuerda sobre los doctores. Luego de seis meses de pausa, debido a un desperfecto en su computadora, sintió que debía cambiar la mirada y, en vez de atacar instituciones, prefirió enfocarse en promover una nueva forma de vida. "Respetándonos, escuchándonos, no traicionándonos".
Además, de la mano de la decodificación de su afección, encontró una nueva definición de salud que se basa en la coherencia para prevenir conflictos emocionales. "Cuando tu vida es con congruente no tenés por qué somatizar nada", explicó la autora de In-curable.
La foto que eligió para la portada tiene una historia muy especial, porque fue tomada durante una clase de yoga en la que sintió hacia el Parkinson un profundo agradecimiento. Porque la enfermedad la conectó con lo que ella llama "amigos medicinales", le enseñó a vivir, a decidir e incluso a descubrir su pasión por la escritura.
"Apuesto a que las personas se respeten, se escuchen. Porque cargamos con tantas mochilas. Y muy poco escuchamos lo que realmente queremos hacer o ser", dijo. "Cuando la vida te da un cachetazo que vos no esperas, ¿cómo resignificás como para dejar las cartas para volver a empezar?" En su libro Fontes ensaya varias respuestas.