“Pan y circo: las desventuras de la fauna política chilena” es la última publicación de este inquieto caricaturista, cuyo verdadero nombre es Guillermo Galindo. En ella presenta una especie de reality show en el que políticos emprenden una particular carrera por la presidencia.
Malaimagen y Guillermo Galindo son sinónimos, aunque el primero sea mucho más popular que el segundo. Sin embargo, son la misma persona. El ilustrador humorístico de 33 años se empeñó en un principio en mantener su identidad en la penumbra, para así poder potenciar su pseudónimo. Y lo consiguió.
Si bien comenzó a dibujar desde pequeño, fue en el año 2007 cuando se adentró en el humor gráfico, siempre poniendo la lupa en la contingencia y en la política, especialmente durante el período del ex presidente de Chile, Sebastián Piñera, de cuyos chascarros el caricaturista creó recordadas viñetas.
Luego, cada semana tras la emisión del programa televisivo chileno "Tolerancia cero", en el que panelistas debaten sobre política, Malaimagen subía a internet su particular versión de cada capítulo. Ahí el reconocimiento fue en aumento y sus seguidores se multiplicaron.
Actualmente, posee siete libros publicados, entre ellos su último trabajo, “Pan y circo: las desventuras de la fauna política chilena”, una especie de reality show donde políticos emprenden una especial carrera por la presidencia.
Este ilustrador gráfico, más bien tímido y reservado, posee una mirada aguda, mordaz y sagaz, una pluma con un sello especial y la capacidad de llevar la contingencia y las características de los personajes al papel de una forma simple y precisa. Con Malaimagen no es necesario ser experto en política para entender el mensaje, la crítica y acercarse a la reflexión.
- ¿Cuál crees que es el momento que está viviendo la viñeta política tanto en Chile como en América Latina?
- No lo sé, en Chile desde que tengo memoria ha habido muy buenos dibujantes de humor gráfico político, así que no lo veo como un fenómeno, ni algo bueno. Yo sólo continué algo que ya han hecho otros, y trato de hacerlo lo mejor posible. Del resto de América Latina trato de conocer otros dibujantes, pero como el humor político es bastante focalizado, generalmente no entiendo los chistes, así que me cuesta enganchar.
- ¿Consideras que la viñeta humorística política había quedado un poco relegada y que en estos últimos años ha ido ganando mayor protagonismo?
- No, creo que lo que pasó es que el formato Internet le dio la opción a muchos autores a mostrar lo suyo, que no tenían espacio en los diarios, yo soy uno de ellos.
- ¿Crees que esto surge porque en general la historieta gráfica está ganando un nuevo sitial en la región o porque las personas también están aprendiendo a mirar la política de otra forma y reírse de ella?
- Creo que mucha gente siempre ha relacionado la historieta como algo infantil hecho para los niños, y de a poco se han dado cuenta que eso no es así, y que existe historieta para tocar todos los temas y abarcar muchas edades e intereses.
- ¿Cómo nació tu último libro y cuál ha sido la recepción que ha tenido?
- Tenía acumulado mucho material de humor gráfico político y quería inmortalizarlo en una publicación. Creo que compila lo mejor que hice en momentos muy importantes de la historia política del país: el primer gobierno de derecha post-Pinochet, los cuarenta años del Golpe, las elecciones, movimientos sociales, y el gobierno actual. Había mucho con qué trabajar y quedé muy conforme con lo realizado. La recepción ha sido muy buena, producto de lo señalado, supongo...
- ¿Cuáles son tus políticos favoritos al momento de dibujar? ¿Por qué? ¿Y cuáles son los menos entretenidos?
- Me gustan los más extraños, aquellos que tienen rasgos más particulares: Carlos Larraín es muy entretenido como personaje. También lo fue Piñera, y ahora lo es Bachelet. Los más fomes son los más “planos”, que cuesta identificarles muletillas y rasgos físicos. Pero con todos se puede hacer algo entretenido, sólo que unos requieren más trabajo que otros.
- ¿Te llama la atención dibujar a algún político internacional? ¿Quién?
- Los presidentes me parecen personajes muy atractivos para dibujar, sobre todo por el carisma que suelen tener. En América me gustan Evo Morales, Nicolás Maduro y Barack Obama, entre otros. Sin embargo, no me siento capaz de dibujar sobre política internacional, prefiero enfocarme en lo local. Cada país tiene sus propios dibujantes y el trabajo es más logrado cuando se conoce lo que se hace.
- El haber mantenido el anonimato por tanto tiempo, sobre todo en tus inicios, ¿te permitía hacer un trabajo más libre?
- No, eso del anonimato es una anécdota ya a estas alturas. Cuando partí publicando en el blog no había fotos mías por ningún lado, lo que le daba misterio al asunto, pero todo eso se acabó el 2009, cuando saqué mi primer libro y tuve que empezar a ir a presentaciones y charlas. Pero a mí siempre me ha interesado que se conozcan mis dibujos, más que mi persona.
- ¿Algún político te ha encarado o recriminado alguna vez por alguno de tus trabajos?
- No, creo que sería muy torpe de parte de un político el meterse contra un simple dibujante, sobre todo porque los políticos no gozan de muy buena fama y sí de tener mucho poder. A alguien con poder no le sirve darle bola a un "pelagatos" que solamente dibuja...
- ¿Cómo enfrentas la política para realizar tu trabajo?
- La política y los políticos dan bastante material, generalmente tratan sobre temas muy serios y densos, por lo que yo trato de sintetizar las situaciones, rescatar algo que pueda convertirse en un dibujo y así ponerme a trabajar. Esa es mi pega y mis análisis los hago día a día en cada viñeta, en cada historieta.