Otras maneras en que el Jet Lag Social puede afectar a los trabajadores están estrechamente vinculadas con problemas de salud física, emocional y mental.
El término Jet Lag es normalmente asociado a las personas que recientemente viajaron, atravesando grandes distancias y husos horarios y que sufren algún trastorno de sueño y cansancio. Sin embargo, tras un estudio llevado a cabo por investigadores de China, se acuñó el concepto de “Jet Lag Social”, que se refiere a la diferencia entre las horas promedio dormidas y el tiempo despierto, tanto en días de trabajo como en los días libres.
Esto se mide calculando la diferencia entre el promedio de sueño en los días laborales y el promedio de los días no laborales. Como dato extra, la investigación arrojó, entre otros resultados, que en días hábiles las personas duermen menos horas. “Si la diferencia de tiempo llega a ser muy extensa, además de las actividades que se realicen en este intertanto, es posible un cierto nivel de confusión en el cuerpo, dado los nuevos horarios, sean para comidas, sueño u otras actividades, lo que puede causar diversos efectos a la persona afectada, como un menor rendimiento o somnolencia. Esto puede exacerbarse en esta época del año, donde el nivel de estrés y las cargas de trabajo son mayores por lo general”, señala Marisol Aguayo, directora de Talent Solutions Right Management Chile.
Otras maneras en que el Jet Lag Social puede afectar a los trabajadores están estrechamente vinculadas con problemas de salud física, emocional y mental. Según el reporte, algunas pueden ser riesgo de depresión, desarrollo de mayores probabilidades de obesidad y diabetes tipo 2, así como problemas cardiovasculares, cambios de humor y un aumento en la fatiga, además de trastornos del sueño.
La ejecutiva explica que “es importante tener estas consideraciones en esta época del año, en que el desgaste acumulado puede jugar en contra, especialmente en edades más adultas, en que es muy necesario tener rutinas de trabajo y descanso sin grandes cambios, para que el organismo mantenga una rutina, sin tantas sobrecargas”.
Para combatir esta condición, se recomienda tratar de mantener una uniformidad en las horas de sueño, tanto en los días de trabajo como en los días libres, con un margen que no supere los 30 minutos en lo posible. Además, intentar maximizar las horas de exposición a la luz solar, mientras se minimizan las expuestas a luz artificial por la noche. Tomar estas medidas, combinadas con ejercicio en las mañanas, un buen desayuno lo antes posible después de despertar, evitando el consumo de cafeína tarde en el día y el dormir siesta, posibilitarán las condiciones para que el cuerpo pueda evitar la tendencia, y de esta forma mantener los niveles de bienestar y productividad.
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