El aprendizaje continuo, a través del intercambio de conocimientos y una gestión colaborativa entre pares, representa una estrategia ganadora para enfrentar una crisis, la incertidumbre o la complejidad del entorno.
En la cultura de negocios de décadas pasadas, como en los 80 o 90, se acostumbraba a endiosar líderes individualistas, sentados en sus grandes oficinas, rodeados por un ejército de asistentes y con un solo objetivo: destruir a la competencia. Esta concepción de “único ganador”, donde la ambición y avaricia son los principales motivadores, ya no tiene espacio en el mundo de negocios moderno.
Actualmente, los líderes empresariales reconocen que sus compañías forman parte de un enorme ecosistema y que dependen de múltiples proveedores, clientes, instituciones, incluso, de competidores para subsistir y crecer. Esto es aún más evidente en un mundo globalizado e hiperconectado.
En un contexto más local, considerando los últimos sucesos que afectaron severamente al mercado peruano, los empresarios estuvieron forzados a ajustar sus modelos de negocio para enfrentar la crisis sanitaria, política y económica, y mantenerse a flote.
Es evidente que la reinvención de servicios, la optimización de recursos y la transformación constante, serán cada vez más necesarios en las organizaciones. Las alianzas entre pares son una demostración clara de un modelo de sinergia, más allá de los lazos comerciales, donde prima el intercambio de conocimientos, experiencias, buenas prácticas e ideas.
José Miguel Gamero, Chair en Vistage Perú, afirma: “Las nuevas fórmulas de organización ágiles buscan generar fluidez en la compartición de información y toma de decisiones, eliminando silos y alineando objetivos. De la misma manera, los CEOs deben lograr que sus empresas participen de intercambios con otras empresas para nutrirse y nutrir el ecosistema del cual dependen”.
Individualismo
Uno de los frenos para afianzar una colaboración entre pares es el individualismo. Para encarar esta limitación, en primer lugar, se debe identificar y revisar esas creencias limitantes que mantienen a las empresas aisladas.
Usualmente, en el proceso de crecimiento de las organizaciones, la gerencia se genera la ilusión de independencia que, combinada con un poco de paranoia, hace creer que es mejor mantenerse alejado de otros para cuidar sus “ventajas competitivas” y “fórmulas secretas”.
Otros tipos de limitaciones por las cuales muchas empresas caen en el hermetismo al no compartir conocimientos con otros pares o formar alianzas son:
La arrogancia, cuando algunos líderes se visualizan como grandes especialistas del sector limitándose al constante aprendizaje; la mentalidad cerrada de solo aprender de los empresarios del mismo giro de negocio, minimizando el conocimiento de otros sectores y; por último, la desconfianza en revelar los problemas o modelos de negocios a la competencia con el temor de ser copiados o utilizados de manera inapropiada.
Gamero comenta: “Así como ninguna empresa sobrevive aislada, ningún líder empresarial puede gerenciar sin contar con recursos que lo ayuden a sortear exitosamente el creciente entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo por sus siglas en inglés) en el que se encuentra”.
La colaboración empresarial, empezando con su liderazgo, es la clave para la supervivencia de los negocios. Por ejemplo, en un mercado de barrio, podemos observar esa colaboración, desde la contratación de seguridad común, provisión y pago de servicios hasta el aporte a “juntas/panderos” para facilitar el acceso a capital en caso de necesitarlo, con el objetivo de un progreso colectivo.
Estas acciones de colaboración permiten conectar con otros líderes para conocer diferentes roles, compartir aprendizajes y ayudarse mutuamente en la toma de decisiones de manera informada y con mayor confianza. Por lo tanto, la búsqueda de perspectivas externas para desarrollar ideas innovadoras puede asegurar el éxito de las organizaciones.
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