Las escuelas de negocios latinoamericanas vienen integrando la inteligencia artificial en sus programas desde dos frentes, con miras a desarrollar habilidades en los ejecutivos sobre el uso efectivo de esta tecnología, cuya irrupción en diversas industrias viene reconfigurando la forma de hacer negocios.
La inteligencia artificial (IA) ha llegado a la educación y su avance, al igual que en muchas otras industrias, es inminente. No obstante, en este sector, especialmente en el de la educación para ejecutivos, el impacto ha sido doble.
Por un lado, las escuelas de negocios latinoamericanas vienen integrando la IA en sus programas de MBA como herramienta pedagógica a la par que en su malla curricular, para que los estudiantes –ejecutivos detrás de las tomas de decisiones estratégicas de las empresas– entiendan sus implicancias con miras a integrarla en futuros modelos de negocio.
“La IA reta a los programas de MBA a ir más allá del desarrollo de conocimientos y habilidades tecnológicas, a evolucionar las estrategias de aprendizaje para incorporarlas transversalmente como herramientas de formación, así como en la discusión de dilemas éticos y directivos sobre los diferentes ámbitos empresariales y de negocios que se abordan en los MBA”, dice William Steinwascher, Director de Posgrados en Administración de la Universidad de Monterrey (UDEM).
Asimismo, Patricia Lam, Directora de Maestrías de Pacífico Business School, señala que la inteligencia artificial es una gran herramienta que permite dar un salto exponencial en el desarrollo de las organizaciones, por lo tanto “las escuelas de negocios no pueden ser ajenas a la potencialidad que ofrece”.
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En ese sentido, la apuesta de las casas de estudio por esta tecnología se torna cada vez más urgente, tomando en cuenta la alta demanda de capital humano especializado en las nuevas tecnologías y la limitada oferta actual en el mercado laboral.
De acuerdo con el estudio The Future of Jobs Report 2024, del Foro Económico Mundial, seis de cada 10 trabajadores necesitarán volver a capacitarse para el año 2027, lo cual implica un desafío para los programas de estudios existentes. Por ello, la formación continua resulta fundamental para mantener la competitividad en un mercado laboral en constante cambio.
Visto el panorama, es innegable que las aplicaciones de la IA, como la automatización de procesos o la personalización de servicios, son cada vez más diversas y se tornan fundamentales para la competitividad de las organizaciones de todas las industrias. Por ello, la formación de habilidades gerenciales y digitales para la toma de decisiones estratégicas en torno a la IA es crucial para que los ejecutivos, más allá de entender sus implicancias técnicas, sean capaces de incorporarla en la estrategia general de sus empresas.
“Los MBA, en conjunto al uso de otras plataformas educacionales más flexibles, están formando profesionales que no solo comprenden las bases técnicas de la IA, sino que también saben cómo aplicarla en el contexto empresarial para generar valor”, refiere Gilbert Leiva, CEO I-ED y Presidente de la Mesa de Capital Humano de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI A.G.).
Para Luis Diaz, Director Académico MBA de la Universidad de los Andes, la tecnología de información está presente en casi todos los aspectos de las organizaciones actuales y es por ello que es un componente clave en la gestión empresarial. “Quien ejerza posiciones de liderazgo en las organizaciones actuales debe tener una base de conocimientos sólidos en definición y gestión de tecnología para que pueda discernir y orientar decisiones adecuadas relacionadas con el recurso información, de manera que pueda ubicar el papel de las tecnologías de información en el lugar correcto en la estrategia de una organización negocio”, señala.
Eso sí, los especialistas consultados para este artículo coinciden en que si bien los alumnos de MBA deben ser capaces de entender conceptos de tecnologías como machine learning, IA generativa y riesgos asociados a la IA para liderar proyectos, no quiere decir que deban convertirse en expertos programadores o entrenadores de algoritmos.
La IA en la malla curricular
Cada vez más programas de MBA están incorporando la inteligencia artificial en sus currículos dado el creciente interés de los alumnos por conocer y familiarizarse con esta tecnología. La última encuesta de futuros estudiantes del Graduate Management Admission Council (GMAC), muestra que el 40% de los candidatos potenciales a un MBA ven la IA como un plan de estudios “imprescindible”, un crecimiento desde el 29% en 2023, y la habilidad de más rápido crecimiento demandada por los posibles solicitantes.
“La capacidad de un estudiante de MBA debe estar orientada a tener el criterio para analizar, evaluar y decidir sobre la identificación, selección e implementación de las TI concordantes con las necesidades estratégicas de la organización, y en esta misma línea con la formación o contratación de los expertos respectivos”, acota Luis Diaz.
¿Pero cómo estas escuelas de negocio han integrado la IA en su oferta académica? En el caso de la Universidad de Monterrey, la han incorporado en el currículo del MBA como elemento central dentro de un curso obligatorio y en cursos electivos del programa, específicamente en el área de innovación, emprendimiento y competitividad.
“En estos cursos los alumnos son sensibilizados sobre su potencial y ventajas para proyectos de innovación en sus organizaciones, pero también en los riesgos y dilemas éticos en los que pueden incurrir. En adición, los profesores de las diferentes materias de la maestría están adoptando gradualmente el uso de herramientas de IA para incorporarlas transversalmente como herramientas de aprendizaje en los temas que abordan en su campo de conocimiento”, detalla Steinwascher.
En la Universidad de Los Andes, el enfoque es similar a su par mexicana, ya que incorpora la inteligencia artificial en cursos similares, pero también en materias enfocadas en retos organizacionales con base en metodologías de aprendizaje enfocadas en problemas en donde los estudiantes se enfrentan a situaciones de toma de decisiones organizacionales.
“Es más importante tener la capacidad de identificar cuáles son las IA adecuadas en el marco de la estrategia organizacional de las empresas, así el objetivo debe ser que estudiante desarrolle las habilidades necesarias para definir e implementar estrategias de uso de las tecnologías de información alineadas con el negocio (excelencia operacional, crecimiento de mercado, crecimiento de márgenes, reducción de costos, etc.), que actúan como habilitadoras de procesos de transformación de negocio y se constituyen en ventaja competitiva para empresas exitosas”, afirma Diaz.
Asimismo, el currículo de la universidad colombiana ofrece cursos específicos y electivos en tecnologías emergentes y de IA para el aprendizaje de algunas herramientas específicas.
La IA como herramienta pedagógica
La integración de la IA en los MBA no se limita a la malla curricular, sino también como un soporte para el proceso de aprendizaje. “El principal impacto de la IA en un programa como el MBA es a nivel académico, especialmente por medio de intervenciones curriculares y experiencias de aprendizaje en los cursos del programa en el que las AI son utilizadas para apoyar, crear y facilitar procesos de aprendizaje centrados en el participante en el que es importante que los estudiantes puedan enfrentarse a situaciones de la vida real”, apunta Luis Diaz.
En el campo de la IA generativa, destacan los modelos de ChatGPT y Gemini como las herramientas más usadas, las cuales se han convertido en una especie de asistentes para los alumnos, capaces de generar imágenes, presentaciones y textos. No obstante, estos no son infalibles ya que sus bases de datos abarcan el Internet en general, sin abordar una materia en concreto. Asimismo, sus respuestas deben tomarse como una opción más de las disponibles. Otro uso potencial de estos modelos es la asesoría para la elaboración de una matriz de evaluación de riesgos para la creación de una startup que, en muchos casos, es la principal motivación de los alumnos para estudiar un MBA.
“La IA está modificando considerablemente el aprendizaje porque es capaz de adaptarse a las necesidades específicas de cada estudiante. Al emplear algoritmos de IA, es posible analizar el comportamiento y el progreso de los estudiantes, recomendando cursos de nivelación, materiales adecuados para su forma de aprender e incluso alternativas para profundizar en áreas específicas”, dice Gilbert Leiva.
Por el lado de los profesores, pueden usar la inteligencia artificial como herramienta pedagógica para la creación de avatares o personas creadas artificialmente que aparecen explicando un tema. Algunas escuelas de negocios ya usan estos modelos para introducir clases donde se explica el impacto de la tecnología en los negocios.
“En nuestro MBA la estamos usando en ciertos cursos específicos como herramienta práctica en el desarrollo de proyectos de innovación empresarial, y como nuevo recurso para ejercicios de negociación e interacción comercial, para el análisis y discusión de casos, y como recurso que facilite el análisis de datos”, explica William Steinwascher.
Si abrimos el espectro de herramientas tecnológicas, la realidad virtual (RV) también está jugando un papel interesante para la inmersión de alumnos ante posibles tomas de decisiones. Por ejemplo, en el curso de Gobierno corporativo en el EMBA de la Universidad de Los Andes la utilizan para recrear escenarios sobre decisiones en juntas directivas. Los estudiantes utilizan lentes de realidad aumentada para visualizar el escenario, interactuar y experimentar la discusión y toma de decisiones respectiva.
Posteriormente, los videos de estas sesiones virtuales son revisados en clase bajo la moderación del profesor para consolidar el aprendizaje experiencial con la discusión y evaluación de todos los participantes.
Para William Steinwascher, el tema ético en el desarrollo de habilidades para gestionar la IA no debe dejarse de lado. “Los programas de MBA deben ayudar a las empresas, por medio de sus egresados, a definir los lineamientos éticos que definirán su uso en las estrategias, así como el alcance en el que se le permitirá a los colaboradores de sus empresas actuar con la IA y con las capacidades que adquieran”, dice.
Patricia Lam coincide con Steinwascher: “La IA necesita ser enseñada para que los alumnos puedan aplicarla en sus trabajos con un sentido estratégico y especialmente sobre una base ética. Así, en las experiencias internacionales (a través de profesores visitantes o viajes de estudio) ellos están expuestos a los últimos avances en la IA a nivel global”.
De esta forma, la inteligencia artificial ha implicado un reacomodo de los MBA para capacitar a los futuros líderes empresariales en el uso efectivo de la IA, en un mundo donde su irrupción ya es una realidad y saber enfrentarla –y gestionarla– es fundamental para la sobrevivencia y éxito de las compañías.