López de Romaña, Managing Partner de BDO en Perú, durante el XI Congreso Nacional de Auditores Internos (CONAI 2018), analizó el impacto de la corrupción en la gestión del Buen Gobierno Corporativo en las empresas.
Directorios con directores independientes, estados financieros auditados y transparencia en la información son, hoy más que nunca, imprescindibles para el ejercicio del Buen Gobierno Corporativo de las empresas, según el especialista. Todo el conjunto de prácticas que implementan las empresas en torno a altos estándares de transparencia y profesionalismo, con la finalidad de mejorar su eficiencia y generar confianza en el mercado de valores y sus stakeholders, es reconocido como el ejercicio del Buen Gobierno Corporativo.
El empresariado peruano tiene un largo camino para consolidar el Buen Gobierno Corporativo como una práctica que genera valor a la empresa; la construcción de éste debe realizarse a través de la implementación de controles internos como guía imprescindible para las organizaciones. “Debemos tomar en cuenta que el Código de Conducta y Ética es, para este propósito, la columna vertebral de una empresa, por lo que debe llegar y ser aplicado y vivido por cada persona que conforma la institución”, indicó Miguel López de Romaña, socio directivo de BDO en Perú, durante su participación en el XI Congreso Nacional de Auditores Internos 2018.
El especialista también destacó la importancia de la transparencia de las empresas para el desarrollo económico del país y del rol del Auditor Interno de las compañías. “Los negocios son exitosos cuando el factor humano está involucrado en el concepto de visión y futuro de la empresa. Como Auditores Internos tenemos que ser conscientes de que somos agentes de cambio. La organización no debe cambiar al margen de sus directivos; nosotros, como Auditores Internos, debemos formar parte del cambio de la organización”, afirmó López de Romaña.
Finalmente, el especialista en Auditoría Interna indicó que, si anhelamos ser un país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es una prioridad el demostrar que el sector empresarial de nuestro país es consciente de la importancia de evitar futuros casos de corrupción y trabajar en un marco de transparencia que le genere valor a la sociedad y a sus stakeholders.