Ad portas del inicio de la reunión mundial en torno a los aspectos éticos de esta tecnología, la revista científica Nature destacó un listado de hechos relevantes sobre el tema.
La capital estadounidense Washington DC será el centro del encuentro mundial en que la comunidad científica dará una mirada a la ética de la manipulación genética humana, entre el 1 y el 3 de diciembre. El encuentro es organizado por la Academia Nacional de Ciencias y la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos, la Academia de Ciencias de China y la Sociedad Real Británica y girará en torno al debate producido por la posibilidad de modificar la composición genética de los embriones humanos, reportado por científicos chinos en abril de este año.
Frente a ello, la revista científica Nature destacó siete verdades en torno a la revolución tecnológica que significa manipulación genética en seres humanos.
1- Sólo un estudio publicado describe la manipulación genética de gametos humanos.
En abril, un grupo liderado por Junjiu Huang, de la Universidad de Sun Yatsen en Guangzhou, China, describió su uso de la tecnología CRISPR-Cas9 para editar los genomas de embriones humanos. Sólo semanas antes de que su investigación apareciera en Protein & Cell, los rumores sobre el trabajo generaron un debate sobre la ética de expermientar con los genomas de huevos humanos, semen o embriones, conocidos como gametos. Huang y sus colegas usaron embriones inviables, que no hubieran resultado en un nacimiento vivo, pero, en principio, las ediciones a los gametos podrían pasarse a generaciones futuras.
2- Las leyes en torno a la manipulación de gametos humanos varía mucho en diferentes lugares del mundo.
En Alemania la experimentación en embriones humanos está estrictamente prohibida y una violación podría considerarse un crimen. En tanto, en China, Japón, Irlanda e India, sólo hay guías no obligatorias que restringen la actividad. Muchos investigadores piden guías internacionales y algunos esperan que el encuentro internacional en EE.UU. pueda iniciar un proceso para crearlas.
3 - No es necesario ser profesional para hackear los genomas.
La tecnología CRISPR-Cas9 ha hecho que la modificación de ADN sea tan fácil y barata que los biólogos amateur que trabajan en laboratorios comunitarios o hasta en garages pueden realizar experimentos.
4- La Cas9 no es la única enzima.
La enzima Cas9 es la responsable de la disección del ADN que hace posible la modificación llevada a cabo por CRISPR-Cas9. No obstante, en septiembre, el biólogo sintético Feng Zhang reportó el descubrimiento de una proteína llamada CPF1, que puede facilitar aún más la edición de genomas.
5- La experimentación en cerdos es la principal técnica para la edición genética.
Los perros, las cabras y los monos son todos parte de un zoológico creciente de la tecnología CRISPR, pero los cerdos han estado en el corazón de los anuncios más bullados: microcerdos que pesan seis veces menos que lo normal, otros que desarrollaron una musculatura anómala, e incluso algunos cuyo genoma se modificó en 62 lugares, buscando producir un donante de órganos no humano.
6- Gates, Google y DuPont buscan entrar al negocio.
En agosto, varios inversionistas de alto perfil (entre ellos la Fundación Bill & Melinda Gates y Google Ventures) inyectaron US$ 120 millones a la firma Editas Medicine of Cambridge, relacionada con la manipulación genética. En Massachusetts (EE.UU.), Big Agriculture también hizo lo suyo. El gigante químico y semillero DuPont formó una alianza con Caribou Biosciences de Berkeley, California, en octubre, y ha anunciado su intención de utilizar el CRISPR-Cas9 para generar semillas.
7- El sistema CRISPR-Cas9 está al centro de una polémica por su patente.
Zhang recibió una patente por la tecnología CRISPR-Cas9 en abril de 2014, pero meses antes de que la solicitara, en 2012, los biólogos moleculares Jennifer Doudna (de la Universidad de California, Berkeley) y Emmanuelle Charpentier (del Instituto de Biología de la Infección Max Planck) habían ingresado su propia patente. El sistema ha estado al centro de la polémica y la universidad estadounidense mantiene una solicitud para que se reconozca que el CRISPR-Cas9 fue su invención. Un debate similar ocurre en Europa.