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¿Más o menos automóviles para un mundo post COVID-19?
Martes, Agosto 25, 2020 - 09:15

¿Cuánto afectó el coronavirus a la producción y comercialización de vehículos motorizados de Asia? AsiaLink presenta la primera entrega, de un total de cuatro, sobre la perspectivas de esta industria y su impacto en Latinoamérica.

Si usted estaba preparado para leer solo malas noticias respecto del sector automotriz asiático, cambie ese estado mental, porque datos oficiales reportan que las ventas de automóviles de China en julio de este año subieron un 16,4% respecto al año anterior. Y eso ya es el cuarto mes consecutivo de ganancias en el mercado de vehículos más grande del mundo.

En concreto, las ventas aumentaron a 2,11 millones de vehículos en julio, pero aún han bajado un 12,7% en lo que va del año a 12,37 millones de vehículos, según datos de ventas al por mayor de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles (CAAM).

Las ventas de camiones y otros vehículos comerciales, que constituyen alrededor de una cuarta parte del mercado, aumentaron un 59,4%, impulsadas por la inversión del gobierno en infraestructura, así como por reglas de emisión de gases más estrictas, introducidas este año. Las ventas de vehículos de pasajeros, en tanto, aumentaron un 8,5%.

Los fabricantes de automóviles que han informado de un crecimiento en las ventas en julio incluyen a Great Wall Motor Co Ltd., Geely Automobile Holdings Ltd. y Toyota Motor Corp, en China.

De todos modos, la asociación espera que las ventas de automóviles caigan alrededor de un 10% este año, a menos que venga una segunda ola de contagios, lo que podría profundizar la caída a alrededor del 20%. Pero, en general, los fabricantes mundiales de automóviles están recuperando lentamente la producción de vehículos después del cierre obligado de este año de muchas plantas.

¿Por qué pasa esto?

Hay algunas teorías. Pero ninguna concluyente. Aunque los expertos coinciden en que recuerda a la tendencia observada durante el brote de SARS en China, en 2002 y 2003, cuando el miedo a la infección llevó a muchos ciudadanos a evitar aglomeraciones. Esto dio como resultado un aumento en la demanda de vehículos, que podría ser lo que está ocurriendo ahora, también.

ACUSANDO EL IMPACTO

Si bien los resultados inmediatos sugieren que la industria automotriz experimentará una contracción considerable este año, hay algunos indicios de que las preocupaciones por el distanciamiento social y el temor a contagiarse en lugares públicos, especialmente en transporte público, podrían conducir a un aumento en las ventas de automóviles en el futuro.

Así lo propone Oxford Business Group (OBG) en el estudio “Can the automotive industry adapt to a Covid-19 world?”, publicado a principios de junio de este año.

El documento destaca que, después de registrar los primeros casos de Covid-19 en diciembre, China fue el primer país en experimentar una caída en su mercado automotriz, con las ventas de vehículos ligeros cayendo un 18,6% interanual en enero. Esto fue seguido por la mayor caída registrada en el país en febrero, cuando las ventas interanuales se contrajeron un 79,1%.

En marzo, en tanto, el mercado de vehículos ligeros de la ASEAN cayó un 40%. En Tailandia, por ejemplo, la producción interanual de abril se redujo un 84%. Un tema no menor, porque la fabricación de automóviles representa alrededor del 10% del PIB, tanto en Tailandia como en Indonesia.

Esta caída de las ventas no es misteriosa, sino que totalmente lógica: el impacto económico del coronavirus llevó a un fuerte aumento del desempleo, lo que a su vez ha provocado una caída considerable del gasto de los consumidores.

Pero, además, muchas fábricas tuvieron que cerrar, especialmente en naciones ASEAN, obligadas a detener la producción debido a un retraso en el suministro de materias primas y piezas, la mayoría de las cuales provienen de China.

De hecho, a finales de mayo, Nissan anunció planes para reducir la producción mundial en un 20%, cerrando plantas en Indonesia y España, con algunas operaciones transferidas a Tailandia.

Mas cerca, en México, las fábricas reanudaron la producción a mediados de mayo, y los gigantes mundiales Toyota, Nissan y Honda reiniciaron sus operaciones en el país. En esta nación, la industria automotriz representa el 4% del PIB y los vehículos son el principal producto de exportación.

“El sector automotriz es un sector crítico para cualquier país: es generador de empleos, con un efecto multiplicador en logística y proveeduría, con lo cual por cada empleo generado en planta hay otros 8 empleos alineados. Si una planta normal genera entre 3 mil a 5 mil empleados, ese núcleo estaría potencialmente generando 40 mil a 50 mil empleados, si consideramos logística, proveedores, entre otros”, explica a AsiaLink Guido Vildozo, analista de IHS Markit en México.

En términos de la perspectiva general para 2020, la misma IHS Markit pronostica que las ventas globales de vehículos ligeros se contraerán en un 22% este año, hasta un total de 70,3 millones de unidades.

Pero luego del impacto del primer trimestre, vino un rebote de la demanda, destaca OBG en su reporte: después de registrar caídas de dos dígitos en las ventas, China, el mercado automotriz más grande del mundo, registró un aumento interanual del 4.4% en las compras en abril. Sorprendentemente, además, este fue el primer aumento del país en 22 meses.

Ahora bien, el aparato económico en China está mucho más resguardado y además hay una política de estímulo fiscal para la compra de vehículos eléctricos, porque en ciudades como Shanghai o Beijing, donde hay una lista de espera por gasolineros, los carros eléctricos no tienen esa restricción.

“Ahí por ejemplo es que podamos ver una distorsión entre lo que pasa en China, donde sí efectivamente tenemos un crecimiento año-sobre-año y se ha comportado mucho mejor de lo anticipado, pero bajo condiciones que son obviamente regionales, que no necesariamente se van a aplicar en otras latitudes en este momento”, precisa Vildozo.

Pero debido al tópico del empleo asociado a esta industria, es altamente probable que exista intervención gubernamental en diferentes naciones asiáticas para resguardar esta clase de inversiones.

En India, por ejemplo, “hemos visto que ya se han hecho anuncios de paquetes de estímulo fiscal por área, en estos momentos no me llega el número a la cabeza, pero parte de eso seguramente estará dedicado a la industria automotriz, para resguardar eso. Tenemos Maruti-Suzuki, Mahindra y Tata, todos polos industriales bastante grandes lo que hay en el país”, agrega el experto.

IMPACTO EN LA ASEAN

Pero hay otro factor a considerar y es que, al hablar de Asia, no todas las realidades son idénticas y es necesario separar a naciones industrializadas como China, Corea del Sur o Japón, de los denominados mercados emergente de Asia, concentrados en naciones ASEAN, que son las que analiza Oxford Business Group.

“Los mercados emergentes no tienen el mismo espacio fiscal para ofrecer paquetes de apoyo significativos a los fabricantes de automóviles, aunque países como Vietnam han ofrecido aplazamientos de impuestos temporales”, indica a AsiaLink Patrick Cooke, Director Editorial de Asia OBG.

Sin embargo, indica Cooke, varios mercados asiáticos emergentes podrían beneficiarse de la reubicación de producción una vez que la pandemia disminuya a medida que los fabricantes busquen diversificar las cadenas de suministro para protegerse contra el riesgo futuro y la sobreexposición al mercado chino. En lo que se conoce como la estrategia del China +1, o China plus One.

¿Cuál es la evaluación que hace OBG por país? Veamos.

Vietnam se destaca por sus costos laborales baratos, multitud de acuerdos de libre comercio favorables con los principales mercados mundiales y una fuerte inversión en infraestructura en los últimos años, sin mencionar su proximidad y sus lazos culturales e históricos con China.

Tailandia también ha logrado grandes avances en el desarrollo de una industria automotriz productiva, respaldada por una fuerte inversión en infraestructura, particularmente el Corredor Económico del Este, y el desarrollo de habilidades bajo su estrategia Tailandia 4.0. La nación incluso tiene su propio fabricante nacional de vehículos eléctricos, Absolute Energy, que mantuvo las operaciones durante el cierre del país.

Del mismo modo, Indonesia tiene su propia estrategia que se llama Making Indonesia 4.0, que apuntaa  que los vehículos van a experimentar una rápida expansión en demanda, con énfasis en fomentar las cadenas de suministro locales y aumentar el contenido local, una de las razones por las que adelantó la prohibición de las exportaciones de níquel en bruto hasta enero de este año.

Estos países operan con planes de desarrollo a largo plazo que es poco probable que se descarrilen con la pandemia.

“En todo caso, Covid-19 proporcionará un énfasis renovado para ampliar las capacidades de producción local para generar exportaciones de alto valor y aliviar las presiones fiscales”, agrega el editor de Asia. “Como tal, esperaríamos ver más incentivos y no menos: todos estos países reconocen que compiten por los fabricantes que buscan una alternativa a China, un proceso que había comenzado antes de la pandemia”, indica.

También se debe tener en cuenta que la ASEAN tiene un mercado combinado de más de 600 millones de consumidores, con Indonesia contribuyendo más de 260 millones y Vietnam más de 90 millones. La mayoría de las economías de los estados miembros han crecido más del 5% durante largos períodos, con el poder de gasto del consumidor y la aspiración aumentando a medida que más y más personas escapan de la pobreza.

Aunque la pandemia sin duda reducirá el apetito de los consumidores a corto plazo, el potencial a largo plazo para ASEAN sigue siendo positivo, tanto como exportador automotriz como mercado de ventas.

“Que estos autos sean más baratos (que los estadounidenses o europeos) nunca ha sido un elemento diferenciador para muchos consumidores de Asia. Sin embargo, podría tener un impacto en términos de demanda global de vehículos asequibles que tenga un efecto secundario positivo en la producción en los mercados emergentes de Asia”, concluye Cooke.

En la misma senda, Guido Vildozo, de IHS Markit anticipa “una pelea bastante agresiva por parte de las diferentes empresas automotrices para poder dar esa confianza a cualquier prospecto como cliente existente en estos próximos meses, y viviendo bajo esta nueva normalidad por la que estamos pasando en este momento”.

 

Foto y video: Reuters.

Autores

Gwendolyn Ledger