Quien fue diagnosticado con VIH positivo hace dos años, cuando trabajaba en Somalia (África). Desde entonces tiene la política personal de hablar sobre este tema para combatir prejuicios.
El día en que Mauricio Artiñano recibió el diagnóstico de ser VIH positivo, abrazó a un amigo que lo acompañaba y frente al doctor prometió no volver a llorar por el tema. Tenía 32 años y eran sus últimos días en Somalia, país donde trabajó durante un año como miembro de una organización internacional. Mauricio, quien nació en Costa Rica pero vive en Colombia desde 2016, cuenta que “desde el comienzo me sentí fuerte. Incluso, por terquedad no tomé terapia psicológica, pero a medida que pasaba el tiempo fui notando las dificultades”. Según el informe La Lupa 2017, realizado en América Latina y el Caribe por Onusida y la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en el mundo el 40 % de las personas portadoras (o sea, más de 14 millones) no han sido diagnosticadas y no saben si están infectadas o no.
Desde entonces, la única vez que Mauricio volvió a llorar fue cuando le confesó ser VIH positivo a una persona con quien se había besado. “Su reacción fue muy dolorosa, me trató como si fuera un germen, sin saber que el virus sólo se puede transmitir por sangre o fluidos sexuales y que además soy indetectable”. No siente rencor con las respuestas despectivas, porque entiende que son desconocimiento. “Para mí es una responsabilidad hablar del virus. Cada vez que le cuento a alguien, me pongo en una situación de vulnerabilidad porque los juicios morales aparecen: como que soy promiscuo o que anduve en drogas. Sin embargo, me expongo porque soy transparente y estoy convencido de que así puedo ir combatiendo estigmas y porque veo cómo sufren mis amigos que viven en secreto con el virus”.
Según Ricardo Luque Núñez, coordinador del Grupo Sexualidad y Derechos Sexuales Reproductivos de la Dirección de Promoción y Prevención del Ministerio de Salud, en Colombia la proporción de incidencia del virus en el año 2016, con corte hasta el 31 diciembre, fue de 25 personas por cada 100.000. La mayoría concentrados en núcleos urbanos como Bogotá, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Norte de Santander y Cundinamarca. Entre todas estas ciudades suman el 70 % de los casos.
Tal y como lo recomienda la OMS, Mauricio comenzó a tomar el tratamiento al instante de conocer la noticia. “Recuerdo que me costó comenzar con el tratamiento, yo veía la pastilla y sabía que sería para siempre o hasta que descubran una cura”. Aclara que él no está enfermo, que él tiene un virus controlado que le permite llevar una vida convencional y que estaría enfermo si tuviera sida.
Aunque muchas personas creen que es lo mismo, tener VIH no implica tener sida. La segunda es una enfermedad que se desarrolla cuando el cuerpo “pierde la batalla” contra el virus del VIH, que afecta las células de su sistema inmunológico y lo deja casi desprotegido para combatir cualquier infección. Es más, hay personas que cargan el VIH y nunca muestran ningún tipo de síntoma, razón por la que sigue siendo tan importante hacerse los exámenes rutinariamente.
De hecho, para tratar de mantenerse controlado, Mauricio debe tener buenos hábitos de salud, como tomar mucha agua, hacer ejercicio, comer saludable y tomarse la pastilla antirretroviral siempre a la misma hora, porque si no, su cuerpo puede desarrollar anticuerpos en contra del medicamento. Aunque su diagnóstico dice que es indetectable, es decir, que tiene en la sangre una cantidad de virus baja, gracias a los tratamientos que toma no puede transmitirlo ni causar mayor impacto sobre la salud.
En Colombia es muy bajo el porcentaje de individuos que se realizan la prueba voluntariamente, siendo esta gratuita y de fácil acceso. “Todavía se percibe cierto temor de hacerse la prueba por la estigmatización. Se calcula que tenemos en el país una epidemia concentrada en poblaciones entre los 15 y 50 años de aproximadamente 180 mil personas infectadas, de las cuales sólo 120 mil se encuentran registradas en el sistema de salud”, asegura Carlos Arturo Álvarez, miembro de la Asociación Colombiana de Infectología. Mauricio advierte que “si uno tiene una vida sexual activa, debería estarse haciendo las pruebas cada 3 o 6 meses. El saber si uno tiene el virus es la mejor manera de prevenir un problema de salud más serio”. El doctor Luque, del Ministerio de Salud, insiste en que “la estrategia preventiva más importante, de mayor eficacia y más disponible es el condón”.
Mauricio hizo parte del grupo de panelistas del conversatorio “Preguntas incómodas”, con el que anoche se lanzó en Theatron, la discoteca LGBT más grande de Latinoamérica, la campaña Actúa Posithivo (apoyada por Red Somos, Fundación Huellas de Arte, Apoyarte, el Ministerio de Salud y la Secretaría Distrital de Salud). La campaña busca disminuir la discriminación contra las personas con VIH/sida y promover la detección temprana a través de la prueba, así como prácticas sexuales seguras.