MBA Global Stanford irrumpe en el ranking 2018 al ser la innovación el factor decisivo en esta medición. Sin embargo, las escuelas de negocios estadounidenses pierden posiciones como alternativas ante los ojos latinoamericanos. ¿La razón? Trump.
Llegó para conquistar. Stanford Graduate School of Business (GSB), la nueva integrante del Ranking MBA Global de las mejores alternativas para latinoamericanos, desplazó a todas las escuelas participantes, incluyendo a Harvard y el IESE, que habían campeado las últimas ediciones del ranking.
La fórmula del éxito de esta famosa escuela californiana fue su prestigioso posicionamiento en diversas mediciones internacionales y su supremacía en Innovación, una dimensión de análisis que se estrenó en nuestro ranking en 2017, pero que este 2018 integró las capacidades de las distintas escuelas de influir en los ecosistemas de innovación en los que se hayan insertas.
El hecho de pertenecer al mayor ecosistema de innovación del mundo es una ventaja para Stanford. No es raro toparse con los fundadores de Twitter, Microsoft u Oracle en el campus. Tampoco es extraño que los estudiantes de negocios estén en constante contacto con los alumnos de otros departamentos para liderar un emprendimiento. Pero para ello, es necesario una infraestructura e institucionalidad establecidas.
El Center for Entrepreneurial Studies de GSB no solo ofrece cursos y consultoría a los nuevos startups, sino también la oportunidad de crecer mediante el Stanford Venture Studio y la aceleradora StartX, y empoderarse y formar redes de contacto a través de BASES, la organización de emprendedores liderada por estudiantes de Stanford.
En paralelo, Stanford aboga por la creación de valor social a través de su Center for Social Innovation, que anima a sus estudiantes y a las organizaciones a tener una mentalidad emprendedora e impactar de forma positiva en sus distintas áreas de acción. Esto lo acompaña el fondo de capital de riesgo GSB Impact Fund, que apoya a los emprendimientos con fines de lucro con una visión social.
“Vemos que no solo las compañías privadas, sino también las organizaciones y gobiernos buscan constantemente innovar como una forma de crecer y mejorar la economía de la condición social. Y definitivamente escuchamos el llamado para que los estudiantes de la GSB sean los agentes de cambios de estas organizaciones”, dice Yossi Feinberg, el decano asociado de GSB.
Pero no solo Stanford tiene mucho que mostrar en esta materia. De hecho, la mayoría de los movimientos al interior del ranking se explican por las nuevas variables de innovación, las que consideran los esfuerzos en materia de apoyo o creación de centros de emprendimiento e innovación, capitales semillas, incubadoras, fondos de venture capital, innovación abierta corporativa y redes de contacto para innovar, tanto académicas como con la industria. Criterios que se suman a la medición de 2017, que incluía variables enfocadas en la innovación como materia de estudio y como práctica institucional.
La integración de la dimensión de innovación responde al análisis que realizó AméricaEconomía respecto de los perfiles de los ejecutivos deseados que tienen las grandes multilatinas y multinacionales, las que contratan MBA globales buscando líderes capaces de enfrentar procesos acelerados de innovación.
El efecto Trump
Otro fenómeno relevante es el efecto de la retórica incendiaria antimigratoria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la matrícula de las escuelas de negocios estadounidenses. “En los últimos años la demanda por los MBA de Estados Unidos fue disminuyendo. El proceso se aceleró por el cambio en la Casa Blanca, y en Europa nos beneficiamos por esta tendencia”, dice desde Madrid, Martin Boehm, el decano de IE Business School.
“Los escenarios políticos cambiantes han hecho que algunos de los postulantes se sientan nerviosos por oportunidades de, por ejemplo, trabajar en Estados Unidos”, confirma Peter Johnson, decano asociado de Berkeley Haas. “Por eso estamos mirando muy cerca la situación para ver cómo podemos ayudar a nuestros estudiantes”.
Los latinoamericanos continúan como los segundos mayores exportadores de estudiantes internacionales luego de Asia, según un estudio de World Education News and Reviews de 2017. Pero en esta versión del Ranking MBA Global para Latinoamericanos, se encuentran algunos signos que indican un ritmo más pausado de crecimiento. En 2017, el promedio de estudiantes latinoamericanos matriculados en los programas de MBA Full Time en escuelas participantes fue de 29. Es decir, el 15,8% de la matrícula total. Considerando a estas mismas escuelas, su promedio para este año fue de 30, con el mismo 15,8% del total.
Y si estas cifras revelan una mantención de la importancia de los latinoamericanos en la matrícula de escuelas globales, la tendencia no es así respecto de las estadounidenses, las que derechamente retroceden: en 2017 estas escuelas tenían en promedio 17,4 estudiantes latinoamericanos en sus aulas, mientras que en 2018 solo alcanzan a tener 15, disminuyendo en un 13,9%. En compensación, el resto de las escuelas del ranking agregan un 10,7% de ingresantes latinoamericanos a sus cohortes.
“Por primera vez, hay una caída en los candidatos internacionales en los programas de MBA de Estados Unidos, y por primera vez, ves cómo éstas escuelas participan en los rankings internacionales como QS, The Economist y Times Higher Education”, explica Sandra Richez, directora de Global MBA de la francesa EDHEC Business School.
Tal vez eso explique un renovado interés de las escuelas estadounidenses por este ranking. De las cinco nuevas participantes, cuatro son de Estados Unidos. Entre ellas están UC Davis Graduate School of Management, Rady School of Management, Stanford Graduate School of Business y Thunderbird School of Global Management.