Una simple conversación con los pacientes sobre las recomendaciones y riesgos de los fármacos que consumen puede mejorar el conocimiento de las personas.
Investigadores de la Universidad Estatal de Oregon (OSU) han demostrado que la seguridad de los pacientes frente al uso de drogas prescritas puede aumentar, al implementar una simple instancia de conversación con los profesionales. En esta reunión, las personas discuten los riesgos de los fármacos y pueden clarificar cualquier detalle que no entiendan.
El método se diferencia de la técnica convencional, en la que las personas se informan en base a las etiquetas y en que hay poca seguridad de que los pacientes comprenden detalles importantes sobre los fármacos que están por consumir.
El estudio de OSU, publicado en la revista Journal of the American Pharmacists Association, prueba que la aproximación más interactiva puede doblar las probabilidades de que los pacientes comprendan y utilicen de mejor manera los medicamentos.
Para realizar la invetigación, los académicos hicieron tres preguntas básicas y abiertas a las personas que consumen estos medicamentos: cómo se usan, qué efectos secundarios podrían tener y cómo contrarrestar esas consecuencias. Esta encuesta se aplicó a 500 personas en cuatro farmacias comunitarias de Oregon.
Los resultados mostraron que 71% de los pacientes que utilizaron el nuevo mecanismo podían responder de manera correcta, en comparación a un 33% de los que usaron el método convencional. Aunque la mayor parte de las personas entendían el objetivo de sus medicamentos de todas maneras, con la aproximación interactiva cuatro veces más personas tenían claridad de cómo y cuándo consumir la droga, además de conocer los efectos adversos de la misma.
Los investigadores aseguraron que este se trata de un primer análisis, pero que los resultados del estudio podrían ser importantes para la práctica médica y farmacéutica.