El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba obtuvo una licencia para probar su fármaco para curar las úlceras del pie diabético hace un año, pero aún está a la espera de un socio comercial.
Xinhua. Un medicamento cubano para la cura de las úlceras del pie diabético, el Heberprot-P, espera que el habanero Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) encuentre un socio comercial para comenzar a ser probado en Estados Unidos.
"Existe una licencia otorgada desde año pasado para hacer un ensayo clínico en territorio de Estados Unidos, pero no se ha ejecutado porque buscamos un buen socio comercial", dijo a Xinhua la microbióloga Carmen Acosta, gerente de ventas de Heber Biotec, la empresa estatal encargada de comercializar los productos del CIGB.
Desarrollado por el CIGB, el HeberProt-P, que se inyecta directamente en la herida, es el único en el mundo que logra sanar esas úlceras y constituye un producto con demostrada validez internacional en la cicatrización de esas lesiones.
"Este es un proyecto que necesita una inversión muy grande, porque el Heberprot-P no es solo una inyección, sino una tecnología médica que acompaña el uso del producto", explicó la doctora en Ciencias de la Salud, doctorada en la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.
La especialista detalló que esa es una tecnología que requiere cumplir una metodología en la que el médico tiene que ser entrenado, tiene que conocer el seguimiento del paciente durante el uso del producto y además tener determinadas habilidades y cualidades profesionales.
Hace unos días, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por siglas en inglés) aprobó el inicio en fecha próxima de los ensayos clínicos para el empleo del Cimavax, una vacuna cubana contra el cáncer de pulmón.
"Hay muchas expectativas a partir de la posibilidad de establecer negocios en el mercado norteamericano", afirmó Acosta en referencia a la eventualidad de que el inyectable para el pie diabético también pueda comercializarse en Estados Unidos.
"Ese es un anhelo y una necesidad real", afirmó tras explicar que el mercado estadounidense es el más grande y cercano a Cuba, pues en hospitales norteamericanos se reportan unas 90.000 amputaciones anuales.
Desde el registro nacional de la vacuna, en 2006, y su inclusión en el cuadro básico de medicamentos al año siguiente, las autoridades sanitarias de la isla extendieron esa terapia a todas las provincias y a la mayor cantidad de unidades de salud.
La introducción del Heberprot-P en el Programa de salud de la isla ha reducido las amputaciones en cerca de un 70%, en dependencia del tipo de úlcera y del grado de compromiso que tenga la circulación periférica y venosa del paciente.
A nivel internacional, el inyectable cubano, que tiene registro en 23 países, entre ellos Rusia, Argentina, Venezuela, Turquía, Colombia, Ecuador, Ucrania y Vietnam, ha beneficiado a cerca de 250.000 personas.
Unico de su tipo en el mundo, el producto dispone de patente premiada con Medalla de Oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), y tiene la novedad de aportar una solución terapéutica contra una dolencia que hasta el momento de su aparición no tenía opciones efectivas de tratamiento.
El HeberProt-P es capaz de producir una cicatrización efectiva en úlceras del pie diabético debido a su método de aplicación, que se basa en la infiltración de un ingrediente farmacéutico activo, el factor de crecimiento epidérmico humano recombinante, aplicado con una aguja en el lecho de la herida.
La diabetes es considerada como una pandemia no transmisible, cuyo impacto continuará creciendo en todo el planeta, "por lo que las úlceras del pie diabético seguirán siendo una gran complicación" .
En la actualidad, la diabetes aqueja a 300 millones de personas en todo el planeta, y en pocos años el número de enfermos puede llegar hasta 450 millones, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Cuba tiene una sólida industria de investigación y elaboración de fármacos biotecnológicos, con la producción de 141 renglones, entre ellos diversas vacunas, cuyas ventas aportan a la isla unos US$ 400 millones anuales.
Además del HeberProt-P, los científicos cubanos han logrado registrar vacunas contra la hepatitis B y el hemophilus influenzae; una pentavalente que incluye cinco antígenos, y una de estreptoquinasa recombinante, proteína que tiene una acción trombolítica y se usa contra el infarto del miocardio.
El CIGB, fundado en 1986 por el entonces presidente Fidel Castro, es en la actualidad líder de un sector que agrupa a 53 diferentes centros con más de 10.500 científicos y técnicos.