Afirmación pertenece a prestigioso cardíologo británico. Sólo en EE.UU., dice, murieron 124.000 personas en 2014 por efectos secundarios de fármacos.
Cluster Salud. Los efectos adversos de fármacos, prescritos por médicos engañados por información insuficiente o interesada de parte de los laboratorios, podrían ser la tercera causa de muerte en el Reino Unido (después de las enfermedades cardíacas y el cáncer); en tanto que EE.UU., “eventos adversos” originados por drogas recetadas provocaron 123.000 muertes en 2014, además de 800.000 casos de complicaciones importantes. Desde hospitalizaciones hasta daños permanentes.
Las cifras fueron citadas, hoy, en el diario inglés Independent, donde se aseveró que existe evidencia que, en el caso de los pacientes de la tercera edad, una de cada tres internaciones en clínicas u hospitales se debía a reacciones adversas a medicamentos tomados por orden médica.
Para el Dr. Aseem Malhotra, cardíologo en el sistema de salud británico (NHS) y miembro del centro de estudios King’s Fund Health, citado en el artículo, se trata de un problema casi cultural, dado que “instituciones como universidades, revistas médicas y los médicos mismos se ponen de acuerdo, a sabiendas o no, con la industria médica para obtener ventajas financieras”, lo que lleva a minusvalorar los efectos secundarios de cientos miles de fármacos.
Esto ocurre, afirma la nota, en un contexto en que se “sobretrata” a los pacientes, haciéndoles tomar exceso de drogas, pese a los llamados de instituciones como la Academy of Medical Royal Colleges para evitar esta situación.
Malhotra asegura que la base práctica de todo esto se origina en “la falta de una transparencia sistémica en la información que se les entrega a los médicos que recetan los medicamentos, tanto en términos de sus beneficios, los que se están muy exagerados, como de sus efectos secundarios, que están subrereprentados en los estudios”.
Consultado por el medio de prensa, un vocero no identificado de la Association of the British Pharmaceutical Industry, negó los cuestionamientos, insistiendo en que todos los fármacos eran testeados rigurosamente y que la sugestión de que “las drogas prescritas son la tercera causa más importante de muerte, después del cáncer y las enfermedades cardíacas, es engañosa y ciertamente no una estadística reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o las Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido”.