Casi 70.000 personas al año sufren infartos al miocardio en España. Nueva técnica celular desarrollada en ese país espera contar con resultados concretos durante este año.
¿Qué se puede hacer tras sufrir un infarto? ¿Cómo se puede reparar el corazón dañado? Investigadores del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid han comenzado el primer ensayo clínico del mundo destinado a arreglar el corazón mediante células madre.
La técnica pionera fue descubierta en una pequeña empresa biotecnológica, Coretherapix, y podría ser la solución para los más de 70.000 españoles que sufren anualmente un infarto de miocardio.
Cuando un corazón sufre un infarto el flujo sanguíneo se bloquea, lo que hace que el oxígeno no pueda llegar hasta el motor cardíaco. Como consecuencia, las células del corazón mueren, provocando un dolor intenso en el pecho o en el brazo.
En ese momento, los médicos tratan de reactivar el flujo de sangre y hacer que el órgano comience a funcionar de nuevo.
El daño en ocasiones es irreparable. Sin embargo, las células madre podrían ayudar a tejer las zonas dañadas tras el infarto. Así lo pensaron en Coretherapix, una empresa innovadora que trabaja desarrollando terapias regenerativas para el tratamiento de las enfermedades isquémicas cardíacas.
Para ello utilizan células madre alogénicas, es decir, derivadas de otro paciente. Consideradas como herramientas fundamentales en el campo de la medicina regenerativa, su uso permitiría que las células sanas sustituyan a las dañadas tras el infarto.
Hasta el momento, las pruebas con esta terapia celular han demostrado que podría ser una técnica segura.
Los científicos del Hospital Gregorio Marañón desarrollan un nuevo ensayo clínico en el que estudian su seguridad y eficacia en casi medio centenar de pacientes. Para ello realizan una intervención quirúrgica entre 5 y 10 días después del ataque, con el objetivo de introducir células madre mediante un catéter en el órgano dañado.
Estas células lograrían activar los mecanismos de reparación del corazón, regenerando las zonas afectadas por el infarto. Es decir, tras la inyección de dosis con 35 millones de células por paciente, puede conseguirse que el órgano se auto-repare, ya que las células alogénicas serían luego eliminadas por el propio organismo.
Para comprobar su eficacia, el estudio será ampliado a otros hospitales de España. Los primeros resultados podrían conocerse en 2016, aunque se espera para este año saber si la técnica es factible y da buenos resultados.