La creadora del innovador método con "final feliz", Nicole Daedone, asegura que después de la experiencia, la mente está más aguda, despejada y libre.
Parece broma, pero no lo es. ¿Qué le parece meditar por 15 minutos, mientras un desconocido masajea tu clítoris suavemente? Esa es la propuesta de OM, meditaciones orgásmicas en inglés. Una tendencia que poco a poco se abre espacio en Londres.
Los pasos son sencillos: la persona va a una de las clases, se desviste de la cintura para abajo, se recuesta a disposición de un hombre vestido mientras masajea su clítoris. Lo anterior, con el objetivo de disfrutar de una experiencia más intensa del orgasmo.
Aunque la idea de ser tocada semi desnuda por un extraño vestido, sin juego previo, ni elección de las manos que harán el trabajo puede sonar para algunas mentes poco relajante, las asistentes dicen que tiene muchas ventajas.
Según ellas, las sesiones “se sienten bien, con efectos secundarios como mejora en la comunicación, más conciencia del cuerpo, menos ruido mental, y la secreta confianza que viene de saber que estoy dando un cuidado a mi entrepierna”, dice una de las participantes al medio DazedDigital.com.
La creadora del innovador método con "final feliz", Nicole Daedone, asegura que después de la experiencia, la mente está más aguda, despejada y libre.
Esta consultora y profesora fue elegida por Vanity Fair como una de las doce mujeres que cambiaron la manera en que se ve el sexo.
Daedone se dio a conocer como el líder del Movimiento Slow Sex y el innovador del orgasmo de 15 minutos.