Programa implementado en Estados Unidos, que incluye optimización de la nutrición y ejercicios de motricidad en fases tempranas, genera reducción en la longitud de las estadías y en la carga de pacientes, por lo que la inversión es compensada.
Un programa centrado en el paciente, que requiere inversiones relevantes en materiales educacionales, además de dedicación de tiempo, es capaz de producir ahorros aún más cuantiosos para recintos de diferentes tamaños, según un estudio publicado en la revista Journal of the American College of Surgeons (JACS).
Investigadores de la red de instituciones médicas Johns Hopkins, en Baltimore, analizaron la longitud de las estadías y documentaron los costos de los programas llamados Enhanced Recovery After Surgery (ERAS) que se implementaron en los hospitales de Estados Unidos para los pacientes que se sometieron a operaciones colorrectales entre 2003 y 2015. La información de estos reportes se usó para generar un modelo financiero que reflejara el impacto de la implementación de ERAS.
La información incluyó los costos de implementación, las reducciones en la longitud de las estadías y los descensos por día de los costos variables asociados con las mismas estadías, así como la carga de casos anuales. El estudio es uno de los primeros en proyectar costos y ahorros potenciales de la implementación de ERAS.
Los programas ERAS, que crean protocolos basados en evidencia científica y promueven la adopción de un estándar de cuidados perioperativos, incluyen la optimización de la nutrición y ejercicios de motricidad en fases tempranas.
De acuerdo con el estudio, el costo para un hospital que tiene un centenar de estos procedimientos al año, el costo de implementación de una ERAS sería de US$ 117.875, mientras que el costo anual de mantención sería de US$ 107.875. En recintos más grandes, que tienen 350 cirugías colorrectales al año, las cifras suben a US$ 320 mil en el primer año y US$ 216 mil en mantención anual. En un hospital con 500 procedimientos, las cifras suben a US$ 552.783 y US$ 356.944 respectivamente.
Todas estas inversiones son devueltas por los ahorros netos. En un hospital con 500 procedimientos, la implementación de un ERAS permitió el ahorro de US$ 948.500.
La autora principal del estudio, Elizabeth Wick, cirujano colorrectal en el hospital de Johns Hopkins, reconoció que "los programas ERAS requieren una inversión inicial en materiales, tiempo del personal y equipamiento. Todo eso puede ser difícil de justificar ante la administración. Con el modelo descrito en este estudio, los cirujanos pueden incluir el volumen de casos y la longitud de las estadías en la economía del hospital".
La experta concluyó que "según este modelo, estos programas son beneficosos para hospitales de todos los tamaños, incluso para los más pequeños".