El estado de la economía global, saliendo lentamente de una crisis, es el enfoque de las negociaciones en el último día del Foro Económico Mundial en Davos.

Davos, Suiza. Una aceleración en el crecimiento económico estadounidense al cierre del año pasado extendió el optimismo sobre el panorama para el crecimiento global entre los jefes de negocios y estrategas en Davos.

El estado de la economía global, saliendo lentamente de su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, es el enfoque de las negociaciones en el último día del Foro Económico Mundial en Davos.

Los banqueros también se reunieron temprano el sábado con funcionarios para discutir los planes de regulación bancaria. El Financial Times reportó un creciente apoyo de la industria para un fondo de reducción bancario global.

La economía estadounidense creció a un ritmo más acelerado de lo esperado de 5,7 por ciento durante el cuarto trimestre, el más rápido en más de seis años.

"Creo que son grandiosas noticias que tengamos este tipo de crecimiento. Hay riesgos a la baja, sí, pero estamos teniendo una recuperación generalizada y eso es un hecho", dijo a Reuters Insider Angel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Pero no todos los delegados se sienten convencidos de que la recuperación esté en terreno sólido.

Los estrategas saben que si retiran muy pronto los estímulos inyectados en la economía global podrían arriesgarse a una nueva turbulencia.

Mientras mejora la economía global y las condiciones en el sector financiero, los encargados de las políticas aumentan la presión sobre los bancos para que empiecen a dar más créditos a las firmas y a los hogares y a no ser tragados por la nueva ola de toma de riesgo dirigida por las utilidades.

Los reguladores y los banqueros parecen haber encontrado algo de terreno común en Davos, concordando en la necesidad de asegurar que los cambios en la normativa sean globales y se reportó que ejecutivos estaban considerando la idea de aplicar un impuesto.

Josef Ackermann, director ejecutivo de Deutsche Bank AG, presentó un fondo de apoyo bancario en noviembre y tendrá la oportunidad de presionar más por su caso en las negociaciones entre banqueros y reguladores.

El FMI ha elevado drásticamente su proyección para el crecimiento económico global, dándole a los países en desarrollo un rol primordial, mientras las naciones ricas luchan con el alto desempleo y la deuda pública.