El buque insignia de la firma de la estrella de tres puntas está en su mejor momento.
El emblema de Mercedes-Benz su auto más vendido y más longevo, el Clase E, representa todo lo que la casa de Stuttgart significa en el mundo del motor y, por ello, la llegada de una nueva generación es siempre motivo de gran celebración.
Atraccion360 viajó a Lisboa, una de las ciudades más antiguas de Europa Occidental, para ponerse al volante del sedán emblema de Mercedes-Benz, que habíamos visto por primera vez en enero de este año en el Salón de Detroit.
El Clase E se presentó en el Salón de Detroit de este año y sus variantes se siguieron anunciando en el Salón de Ginebra, ambas encabezadas por el CEO de Mercedes-Benz, Dieter Zetsche.
Afuera del restaurante Espelho de Agua nos esperaba un Clase E 400, impulsado por un motor V6 3.5 turbocargado de 333 caballos de fuerza, acoplado a una transmisión automática de nueve velocidades, que manda la potencia a las cuatro ruedas mediante el sistema 4Matic.
De primera vista es imponente, luce muy elegante, con líneas más suaves y estilizadas que su predecesor.
Por dentro la experiencia es única y arranca cuando prendes el motor y se iluminan las dos pantallas del tablero, de 12 pulgadas cada una, donde se proyectan, en la del lado izquierdo el velocímetro, tacómetro y demás informaciones del vehículo, y en la de la derecha el sistema de infoentretenimiento.
Los primeros kilómetros en Lisboa nos dejan ver un auto muy confortable y suave de conducción. Pero la magia comenzó cuando tomamos la carretera. Si bien los vehículos autónomos están a la vuelta de la esquina, este Clase E prácticamente puede llevarnos por sí solo.
Mediante un sistema de cámaras y radares, este vehículo puede seguir las líneas de la carretera, curvear, leer los límites de velocidad para ajustar el andar, acelerar y frenar e incluso estacionarse solo en paralelo o batería y, por cierto, lo hace más rápido y mejor que la mayoría de nosotros.
Por seguridad, siempre te exige que lleves las manos en el volante, salvo en las operaciones de estacionamiento, que las realizas afuera o dentro del auto mediante una aplicación del teléfono.
Pero como todo buen Mercedes-Benz, el dinamismo de la conducción es esencial, por ello visitamos el Circuito de Estoril, una de las pistas más emblemáticas de Europa.
Antes de salir a la pista el instructor recomendó no pisar los lavaderos ni acelerar antes de salir de la curva, para no perder el control del auto, pues el modo Sport + hace que los controles de tracción y estabilidad tengan una entrada tardía, para poder llevar mejor el auto en la pista.
Salimos de los pits y la parte posterior del E400 empieza a irse a la derecha, soltamos el acelerador y vuelve a la línea ideal, según Atraccion360. Un par de curvas nos sirven para saber que podemos ir más rápido, pero la brisa del auto de adelante nos hace reservar el acelerador.
Para el segundo giro vamos más rápido, casi 200 km/h en la recta, y es sorprendente lo bien que va el auto en estas situaciones, y a pesar de que podemos llegar a perder un poco la cola, nunca tienes la sensación de que vas a acabar en la barda.
El hijo consentido no podía estar en mejor forma.