Las mujeres afiliadas tendrán acceso a través del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos.
Hasta hace muy poco, el cáncer de ovario (Ca Ova) no había ocupado la atención del sistema de salud; sin embargo, se trata del tercer cáncer ginecológico más letal, responsable de 2.105 muertes al año, según datos de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer.
Por ello, el 8 de mayo se ha dedicado mundialmente a esta enfermedad, este año para México con mejores noticias en cuanto a atención del padecimiento, pues se ha anunciado su inclusión en el Seguro Popular (SP).
El SP es el mecanismo para que cualquier persona que no cuente con algún otro servicio de salud tenga acceso a la atención médica; así, 29,1 millones de mujeres afiliadas tendrán derecho a través del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, que es donde se encuentra la cobertura para cáncer de ovario junto con 61 intervenciones más.
La doctora Mariana Mayen, directora de administración de planes del Seguro Popular, explicó que hoy ya se cubren las variantes germinal y epitelial. “En junio del 2016 se aprobó en el pleno del Consejo de Salubridad General el protocolo de atención para cáncer de ovario donde se integra la variante ‘Epitelial’”, el cual se presenta en 90% de los casos de diagnóstico, sobre todo en mujeres mayores de 50 años con un pronóstico de vida limitado, según el Instituto Nacional de Cancerología (InCan). En el 2017 se actualizó el tabulador y desde el primero de abril entró en vigor.
“Actualmente, el Seguro Popular cuenta con una Red de 16 hospitales acreditados en la República Mexicana, donde los afiliados pueden acceder al tratamiento y financiamiento para esta enfermedad” y agregó que se espera que para este año la Red de prestadores de servicios crezca a 30 hospitales aproximadamente.
Un nuevo reto que enfrentar
La doctora Dolores Gallardo, titular del Programa de Ca Ova del InCan, fue contundente: “El Papanicolau no detecta el cáncer de ovario”, por ello aseguró que es muy importante que la población tenga presentes algunos antecedentes que puedan llevar al diagnóstico temprano de la enfermedad.
“Las mujeres no pensamos que un cáncer que se origina en la pelvis, pueda dar síntomas en la parte media y alta del abdomen, pero el cáncer de ovario puede estar relacionado con síntomas digestivos”, dijo.
Explicó que muchas veces es confundida con colon irritable, colitis, hígado graso y va acompañado con distensión abdominal, estreñimiento, diarreas, pero aseguró que esto no es casual, “si se tienen más de doce eventos al mes, es una llamada de atención para realizar inmediatamente un ultrasonido vaginal, que es una forma de detección”.
Detalló que el cáncer de ovario se ha subestimado por décadas al ser un tipo de cáncer menos frecuente, pero con mayor incidencia de muerte por su tardía detección, “México se encuentra en la segunda región de mayor frecuencia para cáncer de ovario, esto se traduce en alrededor de 4.000 casos al año, 11 diagnósticos y siete muertes diarias”. “Nueve de cada 10 pacientes de cáncer de ovario seroso papilar, (el más frecuente) llegan en etapa clínica IIIC, que significa que la enfermedad está muy extendida, que se dificultará la cirugía y hace indispensable la quimioterapia para disminuir la carga tumoral, este no es el escenario ideal, el compromiso debe ser la detección temprana para poder asegurar mejores resultados terapéuticos”.
Sobre esto, el doctor Mario Gómez Zepeda, de la dirección de cáncer de la mujer del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, aseguró que aun teniendo el sistema de salud, no hay ninguno que pueda soportar que las mujeres sigan llegando en etapas tan avanzadas: “Los tratamientos en estas etapas no sólo son menos efectivos y con menor probabilidad de vida, sino que también son mucho más costosos para los sistemas de salud”; aseguró que no habrá manera de financiar un futuro similar al que vivimos en la actualidad.
Refirió que hoy por primera vez se hacen eventos conmemorativos en las distintas entidades federativas y se ha diseñado material impreso, además se busca incorporar el padecimiento en la Norma Oficial Mexicana del Cáncer de la Mujer, “esperamos publicarlo este mismo año, pues se está trabajando en las definiciones para abordar esta temática, además de estandarizar el tratamiento, pues el marco regulatorio del cáncer de ovario hoy no existe en el país”.
Por último, Gallardo dijo que hoy se sabe que los anticonceptivos, la lactancia y el embarazo tienen un papel protector y algunos factores de riesgo son la menopausia, la carga genética y el historial familiar, “su riesgo de desarrollarlo es de 35 a 45% con dos miembros portadores y de 5% con un familiar portador”, también se ha presentado un incremento en mujeres más jóvenes, por ello invitó a la población a realizarse un ultrasonido transvaginal cada seis meses.
“El cáncer de ovario sorprende tanto a pacientes como a los médicos. Tenemos que lograr que la mujer sea aceptada incluso bajo la sospecha de este padecimiento y no esperar un diagnóstico en papel”, aseguró que el ultrasonido transvaginal debería ser suficiente para que la mujer sea admitida en los sistemas de salud, concluyó.