Según la OCDE, la inversión total del país en salud tuvo su máximo histórico en 2009 cuando llegó a 6,1% del PIB.
La inversión que México dedica a atender la salud de sus habitantes, indicador que se había recuperado en la primera década del siglo, hoy está volviendo a registrar un declive, lo cual debe prender las alarmas y tenerse en la mira a fin de impedir que siga avanzando con costos muy elevados para el bienestar de la población en el futuro.
El riesgo de que se siga reduciendo la inversión total en salud, sobre todo la que ejerce el gobierno en el sistema público de salud, y que ya está llevando a una reducción en el gasto per cápita en salud, puede derivar en consecuencias que a la larga resultarán mucho más caras en términos de desarrollo social, productividad y competitividad.
Así lo hizo ver Eduardo González-Pier, economista de la salud y coordinador de la Iniciativa del Sistema de Salud de México de Wilson Center, al referirse a las estadísticas más actualizadas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) las cuales reflejaron que la inversión total destinada por México a salud está regresando a los niveles de hace 15 años. Y uno de los factores fueron los recortes al gasto público en salud efectuados en los últimos tres años.
Justamente había habido un incremento de esa inversión a partir de la entrada en vigor de la Comisión Nacional de Protección Social en Salud (mejor conocida como Seguro Popular —SP—) en el sexenio foxista, y se continuó elevando en los siguientes años conforme la afiliación se fue incrementando hasta el 2013 y 2014, pero a mediados del último sexenio empezó a declinar nuevamente, y hoy ello se ve reflejado en los índices globales reportados por organismos multilaterales.
El tema es abordado en el marco previo a la realización del foro Financiamiento del Sistema Único de Salud, Elementos para la Discusión, que llevará a cabo El Economista en coordinación con Wilson Center y su Instituto México, dirigido por Duncan Wood, que creó en 2017 la Iniciativa del Sistema de Salud de México como un espacio abierto para el diálogo dinámico y productivo al reunir a líderes y tomadores de decisiones del sector público y privado, así como a expertos en políticas en salud para discutir los desafíos en la materia y las alternativas para abordarlos.
El propósito del foro es apoyar el fortalecimiento del sector salud a través de propuestas en torno a los temas prioritarios como lo es la búsqueda de opciones para financiar los objetivos en el sector, ya sea mejorando los actuales esquemas de aseguramiento social así como las opciones complementarias como los seguros privados.
En este sentido, González-Pier destacó la importancia de abrir un debate sobre las alternativas que existen para seguir impulsando la inversión en salud y apoyar los objetivos del presente gobierno con miras a avanzar en la cobertura universal y el cumplimiento del derecho a la salud para todos los mexicanos establecido en la Constitución. Conforme las estadísticas de la OCDE, la inversión total del país en salud tuvo su máximo histórico en 2009 cuando llegó a 6,1% del PIB habiéndose logrado en pleno la puesta en marcha del Seguro Popular, lo que refleja que sí tuvo un impacto. Posteriormente en 2010 el porcentaje fue de 6%; en el 2013 —el primer año del sexenio de Peña Nieto— fue de 5,9%, y en 2017 quedó en 5,4%, lo que prácticamente regresó al país a niveles de 15 años atrás.