El país está en camino de reducir a la mitad sus importaciones de maíz amarillo de Estados Unidos, utilizado principalmente para la alimentación de ganado, mediante un aumento de la producción nacional.
Ciudad de México. México está estudiando la posibilidad de llegar a acuerdos con agricultores de Estados Unidos, Argentina y Brasil para asegurar importaciones de maíz amarillo no modificado genéticamente, informó el subsecretario de Agricultura, destacando que la prohibición de maíz transgénico para 2024 no sería cambiada.
Víctor Suárez dijo a Reuters que el país está en camino de reducir a la mitad sus importaciones de maíz amarillo de Estados Unidos, utilizado principalmente para la alimentación de ganado, mediante un aumento de la producción nacional.
Para compensar la brecha restante, el país buscará hacer acuerdos con agricultores de otros países para que cultiven maíz no transgénico y lo vendan a México, afirmó.
"Estamos evaluando todas las alternativas", dijo Suárez en una entrevista con Reuters la tarde del miércoles. "Hay muchas alternativas para importar maíz amarillo no transgénico de Estados Unidos", destacó.
Los comentarios de Suárez son la indicación más clara hasta ahora de la Secretaría de Agricultura de México de que la prohibición afectará al maíz amarillo destinado a la alimentación del ganado.
México, uno de los mayores compradores de maíz del mundo, importa en la actualidad unos 17 millones de toneladas de este cereal de Estados Unidos al año, la mayor parte de ellas de maíz amarillo para consumo animal.
La postura de Suárez parece suponer un giro respecto a las garantías que el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, ofreció a su homólogo estadounidense el año pasado, en el sentido de que México no limitaría las importaciones de maíz transgénico procedentes de Estados Unidos.
El decreto de finales de 2020 del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pretende eliminar gradualmente el maíz transgénico y el herbicida glifosato para 2024.
Los partidarios de la prohibición afirman que las semillas transgénicas pueden contaminar las variedades nativas ancestrales de México y señalan que las investigaciones muestran los efectos adversos del glifosato.
Sin embargo, grupos agrícolas de Estados Unidos han pedido públicamente a su gobierno que impugne el decreto de México en el marco del pacto comercial de América del Norte, TMEC, advirtiendo de un posible daño económico de miles de millones de dólares para ambos países.
MAIZALL, una cámara internacional que representa a productores de Argentina, Brasil y Estados Unidos y es responsable de más del 80% de las exportaciones mundiales de maíz, ha dicho que no cambiará sus métodos de producción de maíz a no transgénico para adaptarse a México.
Suárez dijo que no creía que el decreto de México pudiera violar el TMEC, argumentando que el país no tenía "la obligación de comprar y sembrar maíz transgénico".
"Respetamos y cuidamos (el pacto), pero el TMEC no es dios, ni es nuestra Constitución", sentenció.
"En su momento" México hará anuncios, posiblemente en el segundo semestre de 2023, dijo cuando se le preguntó si el país aclararía el futuro de las importaciones estadounidenses.
Como parte de la campaña de López Obrador para hacer que México sea autosuficiente en todo, desde la energía hasta los alimentos, la producción local de maíz ha aumentado ligeramente entre uno y dos por ciento por año con la ayuda de fertilizantes gratuitos, expansiones de riego y otros incentivos, principalmente para los pequeños y medianos agricultores.
Las importaciones de maíz amarillo se han vuelto más caras que la producción nacional, otro incentivo para que los agricultores hagan el cambio, dijo Suárez.
Confió en que México recuperará unos ocho millones de toneladas de maíz que dejará de importar de los agricultores estadounidenses después de 2024. "Creemos que lo vamos a lograr", dijo.