Durante la administración de Trump, el país latinoamericano ha ganado casi 1 punto porcentual de participación, mientras que China ha perdido 2.5 puntos como saldo de la guerra comercial entre Washington y Beijing.
México exportó productos a Estados Unidos por un valor de US$240.738 millones de enero a agosto del 2019, lo que significó un aumento de 5,5% interanual, y un récord en su participación en el total de importaciones estadounidenses.
La cuota de México en el total de importaciones de Estados Unidos pasó de 13,7% en los primeros ocho meses del 2018 a 14,4% en el mismo lapso del 2019, de acuerdo con datos del Buró del Censo.
Esta mayor participación de mercado ocurrió mientras las importaciones mundiales de Estados Unidos se redujeron marginalmente (-0,1%) de enero a agosto del año en curso. Al mismo tiempo, esto marca una nueva tendencia, puesto que las compras externas estadounidenses de mercancías crecieron 7% en el 2017, y 11% en el 2018, considerando años completos.
Durante los últimos ocho años, la participación de México en las importaciones estadounidenses ha escalado año con año (con excepción del 2017), pasando de 11,7% en el 2011 a 13,4% en el 2018.
“Ganar 1 punto porcentual en Estados Unidos (en este indicador) es enorme. Las exportaciones de Corea del Sur, que son muy grandes, representan 2% del mercado de Estados Unidos. México quiere incrementar su participación a 16%, pero eso implicaría borrar del mapa el equivalente de Corea del Sur”, destacó Luis de la Calle, director general de la consultoría De la Calle, Madrazo, Mancera.
Particularmente, México incrementó su participación en los últimos meses, mientras que la de China descendió, afectada por la guerra comercial que mantiene con Estados Unidos. El país asiático exportó productos al mercado estadounidense por 301,740 millones de dólares de enero a agosto del 2019, una baja de 12,5% interanual.
Con ello, la porción de China en el total de importaciones estadounidenses de productos cayó a 18,1%, desde la cuota de 20,6% que registró en el mismo periodo del 2018. El 4 de septiembre, Estados Unidos y China acordaron reanudar las conversaciones comerciales, por primera vez desde julio del 2019, luego de un mes de escalas arancelarias.
En agosto del 2019, la administración del presidente Donald Trump anunció planes para implementar nuevos aranceles de 10% sobre importaciones originarias de China por un valor de alrededor de US$300.000 millones en dos etapas, alcanzando aproximadamente 112,000 millones de dólares de importaciones el 1 de septiembre, y US$160.000 millones de importaciones el 15 de diciembre.
Los productos cubiertos por las tarifas del 1 de septiembre incluyen ropa, calzado y textiles, mientras que las del 15 de diciembre incluyen electrónica de consumo, juguetes y adornos navideños. El desfase ayudará a los importadores a evitar los aranceles sobre los bienes que compran comúnmente durante la temporada de vacaciones.
Mientras que los aranceles existentes sobre bienes chinos por valor de US$250.000 millones cubrían alrededor de 29% de los bienes de consumo importados de China, los aranceles del 1 de septiembre amplían esa cobertura a 69%.
Por su parte, las exportaciones canadienses de mercancías a Estados Unidos totalizaron US$211.710 millones de enero a agosto del 2019, un descenso de 1,4% a tasa anual. Estados Unidos es un país con un mercado abierto y el mayor importador de productos del mundo. Su tasa de apertura comercial (exportaciones más importaciones entre el PIB) fue de 27,4% en el 2018, frente a 27,1% en el 2017 y 26,6% en el 2016.
Esta apertura, sin embargo, oculta áreas donde existen importantes dificultades de acceso al mercado, como en la de las contrataciones públicas. También existe normativa sanitaria y fitosanitaria (en los ámbitos federal y estatal) y otras normas técnicas que actúan como barreras técnicas y que dificultan la importación.