Debido a una mayor esperanza de vida y a una alta probabilidad de contraer enfermedades como el cáncer, prevenir es un reto para ellas.
El Economista. Entre los desafíos financieros que afronta la mujer en México destacan los concernientes a su retiro y aseguramiento, debido a que tienen una mayor esperanza de vida -por consiguiente, más años que financiar de su retiro-, pero también porque están más expuestas a enfermedades crónicas.
Para dimensionar el primer caso, el del retiro, cabe recordar que las mexicanas tienen una esperanza de 77,5 años de vida, una diferencia notoria respecto del caso varonil, que se ubica en 72 años, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y geografía (Inegi).
Por ello las mujeres deberían ahorrar aún más para su retiro. Sin embargo, esto no siempre es posible.
“Aunque ellas son las principales promotoras del ahorro en la familia, la posibilidad de retirarse con una pensión digna sigue siendo más baja que la del hombre debido, entre otros factores, a que privilegian el ahorro a corto plazo para enfrentar imprevistos por encima de ahorrar para su retiro. Además, un menor tiempo de cotización y una mayor expectativa de vida las hace más vulnerables para alcanzar una buena jubilación”, refiere información de la afore Sura.
Mientras los hombres se enfocan más en los resultados del crecimiento de dinero en el futuro, las mujeres -matiza el documento-“asocian el ahorro con la prevención de emergencias: 44% ahorra para enfrentar imprevistos, 22%, para viajar, y tan sólo 38% manifestó hacerlo voluntariamente para su pensión”.
Aunado a la esperanza de vida, la percepción que las mujeres tienen sobre su fuente de ingresos para el retiro aún es preocupante.
A pesar de que 64% considera que ellas mismas serán responsables de su retiro, 43% indica que su esposo o pareja le ayudarán a costear esta etapa, según el documento “Ahorro y futuro: una perspectiva de género”, de la Asociación Mexicana de Afores (Amafore).
Esto se diferencia radicalmente de la percepción de 81% de los hombres quienes aseguran que ellos mismos serán responsables de su jubilación.
Urge cultura de prevención
Por otra parte, a la par de una mayor esperanza de vida las mujeres están más expuestas a enfermedades crónicas como el cáncer, que es la principal causa de muerte entre mujeres de 25 a 44 años, particularmente los de mama y útero.
De ahí la importancia de la prevención, que, a decir de los especialistas, puede verse desde dos aristas: protegerse con un seguro y cuidar la salud desde la alimentación y otros hábitos.
Los seguros carecen de penetración en el país; sólo 24.8% de los mexicanos tiene un seguro, y, de estos, sólo 1.2% de las mujeres tiene un seguro de gastos médicos privado, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2015. No obstante, se prevé que esta tendencia disminuya.
“Actualmente del total de personas aseguradas en México la mayoría es del sexo masculino; no obstante, el panorama cambiará, pues se proyecta que para el 2030 el mercado de seguros en las mujeres tendrá un crecimiento entre cuatro y 10 veces el total reportado en el 2013; es decir, pasará de un valor de US$ 4.000 millones, a US$ 26.000 millones”, explicó Renata Rodríguez Flores, product manager de Vida en AXA Seguros.
Aunque un seguro de gastos médicos mayores puede considerarse de importancia, sobre todo en el caso de las mujeres, para prevenir puede irse un paso atrás.
“Para que lográramos bajar el índice de mortalidad del cáncer, cervicouterino y de mama, tendríamos que hacer un cambio radical en la cultura de la prevención. Cuando hablamos de salud, particularmente en países latinos, habitualmente pensamos en curación, fármacos, cirugías, pero en realidad la comunidad de salud enfrenta el gran reto de empoderar la prevención”, consideró Daniela Ortíz, directora de la Escuela de Enfermería de la Universidad Panamericana (UP).
Invertir en nuestra salud, añadió, “no es exclusivamente hacerlo con un seguro de gastos médicos mayores, sino cuidar activamente qué comemos, qué respiramos, cómo y en qué nos movemos (...) Es importante porque al final del día no hay planeación financiera que alcance para los tratamientos tan largos y costosos que requiere el cáncer, en radioterapia, quimioterapia, cirugías y el tema farmacológico”.