El tratamiento sigue siendo el medicamento de preferencia para la diabetes en el país.
México ocupa el primer lugar a nivel a mundial en sobrepeso y obesidad infantil. De acuerdo con cifras de la Encuesta de Salud 2016, tres de cada 10 niños entre cinco y 11 años presenta sobrepeso y obesidad, es decir, 5,2 millones, mientras que en los adolescentes son casi cuatro de cada 10 de entre 12 y 19 años, lo que equivale a 6,7 millones, quienes tienen un mayor riesgo de padecer Resistencia a la Insulina (RI), antesala de la Diabetes Mellitus Tipo dos (DMT2).
“Hoy estamos ante la primera generación que va a tener la esperanza de vida más corta que sus padres si no impactamos en la vida de estos pacientes y en la progresión de RI”, aseguró el doctor Ángelo Quiroz, gerente médico de Silanes, al retomar las palabras de Paul Zimmet, uno de los más importantes profesores de diabetes en el mundo.
“Cuando se diagnostica un paciente con DMT2, veinte años atrás pudimos haber impactado en la salud de este paciente a través de evitar la resistencia a la insulina y sobre todo dar un tratamiento aunado a los cambios del estilo de vida”, agregó.
Resistencia a la insulina, la antesala de la diabetes
Según la Federación Mexicana de Diabetes, la Resistencia a la Insulina se caracteriza como una acción anormal de esta sustancia, la cual no metaboliza correctamente los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre, de tal forma que se requiere más de ella; por lo que el páncreas sigue produciendo insulina pero no en la cantidad adecuada para controlar los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo.
Esto antecede a la diabetes, ya que conforme avanza el tiempo, será mayor la cantidad de insulina que se requiera para que las células metabolicen la energía, lo que en consecuencia provoca que el páncreas deje de producir la suficiente para bajar los niveles de azúcar en sangre y que es muy probable desencadene en diabetes.
El doctor Joel Rodríguez Saldaña, director del Centro Multidisciplinario de Diabetes en la Ciudad de México, explicó que desde los 80 se ha demostrado el papel de la RI para el desarrollo de enfermedades en los humanos.
“También se supo que quienes tenían más dificultad para captar la insulina eran personas con obesidad, alteraciones en el perfil de lípidos, hipertensión arterial y aumento de ácido úrico. Fue llamado el Síndrome X y estos son los atributos que tiene una persona con RI, la cual se desarrolla por influencias genéticas y ambientales”.
En la actualidad la RI es importante porque es la base de las enfermedades cardiovasculares, además en el ambiente actual y con un estilo de vida toxico con acceso a calorías baratas y apetecibles que no producen saciedad, los estímulos incesantes para estar sentados y la combinación de una predisposición genética, generan un estilo de vida mal adaptado.
Esto altera la producción de energía d el organismo, estimula que se deposite grasa en otras partes del cuerpo, hay inflamación y la persona se va deteriorando. Las consecuencias finales se dan entonces en el hígado, que acumula grasa y empieza a fallar, en los vasos sanguíneos que no se contraen de la manera adecuada ni se dilatan, en el sistema nerviosos central, donde la gente tiene cada vez más hambre, en el riñón que aumenta la absorción de sodio y sube la presión arterial y el entaponamiento de los vasos sanguíneos.
Rodríguez Saldaña agregó que la insulina interviene en el aprovechamiento de todo lo que consumimos (proteínas, grasas, carbohidratos), pero también en la replicación celular. “Hoy también se sabe que la resistencia a la insulina, el exceso de la insulina en la circulación también aumenta la expresión de genes dañinos para la salud y el riesgo de desarrollar cáncer”.
Los niños y la obesidad infantil
El también asesor de la Secretaria de Salud del Gobierno de la Ciudad de México dijo que los niños empiezan a tener enfermedades de los adultos como diabetes, hígado graso, apnea del sueño, ovarios poli quísticos, enfermedades ortopédicas y pubertad precoz, “estás son consecuencias inmediatas que generan preocupación, problemas de salud y baja autoestima”.
“En los niños hoy estamos viendo que en corto plazo tienen resistencia a la insulina, conocido como síndrome metabólico. Podríamos no hacer nada y esperar a que la enfermedad se presente o podríamos vigilar el comportamiento de los niños y establecer metas con tiempo de ejercicio, recompensar cambios de comportamiento exitosos y ayudar a resolver los problemas de alimentación”, aseguró el especialista.
Tratamiento de la resistencia a la insulina
Sobre el tema, Rodríguez fue contundente, “para estas alteraciones el papel que tiene la metformina es fundamental, a pesar de tener 60 años de antigüedad, sigue vigente y con más futuro que muchas de las alternativas recientes”.
Entonces para dar un tratamiento adecuado, primero se diagnostica al niño con sobrepeso u obesidad, a través de una clasificación de percentiles de Índice de Masa Corporal, después se toman los signos del paciente, se hace exploración física completa y estudios de laboratorio.
El año pasado, de acuerdo con la Guía de Práctica Clínica de Atención Integral de la Obesidad en la Infancia y la Adolescencia del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE) de la Secretaría de Salud, la Metformina está indicada en niños a partir de los siete años con RI. Asimismo, para las complicaciones de la DMT2, pre diabetes, problemas de sobrepeso y obesidad.
Hoy, pensando en las dos poblaciones más vulnerables (niños y los adultos mayores), pero también los adultos, se creó la primera y única metformina liquida, la cual permite individualizar los tratamientos, con fácil administración y adherencia.
“Después de cinco años de trabajo farmacéutico, en Silanes logramos convertir el principio activo metformina de su estructura sólida a una composición líquida, los mililitros de su contenido son equivalentes a los miligramos de una tableta sólida…Su fácil dosificación favorece el apego al tratamiento en infantes, adolescentes y personas mayores con RI, concluyó el doctor Ángelo.