Por MaribelRamírez Coronel, Periodista en temas de economía y salud para El Economista.
De los 25 años que México cumple como miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) –en 1994 fue todo un acontecimiento pues era “el club de los ricos”-, el último sexenio fue de lo más provechoso. En algo habrá incidido que su titular, José Ángel Gurría, sea un muy distinguido mexicano; que como exsecretario de Hacienda sea sensible a la situación y entienda con claridad los requerimientos nacionales.
Algo interesante que se hizo ver ayer es que el sector salud y en específico el IMSS, dirigido hoy por Germán Martínez, ha sido de los que más respaldo ha recibido de la OCDE, con resultados innegables en particular en lo referente a políticas de adquisiciones.
Simplemente la compra consolidada de medicamentos, que ha permitido ahorros millonarios, fue una recomendación explícita de la OCDE al IMSS desde el sexenio calderonista. La centralización de las compras del IMSS iniciadas desde 2009 significaron ahorros no menores a 13.000 millones de pesos (US$ 672 millones); y otros 5.600 millones de pesos (US$ 289 millones) fueron ahorrados por consolidar las compras junto con otras instituciones públicas. En suma, 18.600 millones de pesos (US$ 961,9 millones) ahorrados.
Lo que poco se sabe es que ello surgió a partir de que en 2011 el IMSS fue la primera dependencia pública, no sólo de México sino de todo el mundo, en solicitar una revisión de sus regulaciones y prácticas internas de adquisiciones con el fin de prevenir la colusión. Siendo Eduardo González-Pier entonces director de Finanzas del IMSS, la OCDE hizo el primer estudio y a 8 años ya lleva 6 análisis y reportes en torno al sistema de salud mexicano. Es visible que el IMSS ha sido alumno privilegiado de la OCDE; que no ha cumplido a pie juntillas todas las recomendaciones, pero ahí la lleva.
En el primer estudio los expertos de OCDE hicieron 7 recomendaciones al IMSS, la mayoría de las cuales han sido al menos parcialmente implementadas. Lo que ahora le dice es que le falta trabajar más en tener información, bases de datos exhaustivas e inteligencia de mercado para detectar y prevenir casos de colusión. Le sugiere un cercano seguimiento de la participación de sus proveedores y mayor vigilancia para garantizar la competencia.
Es parte de lo que la OCDE presentó el 7 de enero en el reporte Combate a la Colusión en las compras públicas del IMSS.
Fue una abierta invitación del organismo multilateral a la nueva administración a cargo de Germán Martínez a seguir aprovechando sus estudios que si bien tienen un costo para el organismo, aportan un valor estratégico no sólo porque convergen la experiencia de países más desarrollados y suman las mejores prácticas, sino además abarcan análisis interdisciplinarios y ofrecen alta calidad técnica con objetividad e imparcialidad en temas complejos como lo es adquisiciones públicas.
Ya se verá si Martínez Cázares sostiene el respaldo institucional de la OCDE. Con eso de que el presente gobierno quiere romper con todo lo hecho por gobiernos anteriores... Por lo pronto el director del IMSS se mostró convencido de que si se trata de evaluar qué tan bien el IMSS hace sus compras, lo mejor será compararse, no con el ISSSTE o Sedena, sino con agencias similares de otros países como las de Europa o de Latinoamérica. Quizá lo esté pensando como enfoque del siguiente análisis solicitado a la OCDE.
Lo que sí dejó claro es que está revisando la compra consolidada culminada por el gobierno anterior. Pues que se apure porque de por sí al inicio de cada año siempre hay rezago en el surtido de insumos médicos por la tardanza en la tortuosa firma de contratos, el riesgo es que llegue febrero y marzo con un severo problema de abasto y los pacientes se queden sin tratamiento.