Por Maribel Ramírez Coronel, Periodista en temas de economía y salud para El Economista.
Con un hisopo de algodón tomarás del interior de tu boca una muestra de saliva y la entregarás al laboratorio para que en una semana te envíe los resultados de tu código genético. No te será entregado impreso en papel ni en una memoria o algo parecido, pues no lo entenderías.
La entrega será bajo una aplicación en tu teléfono móvil que traerá interpretados los datos de tus genes, de modo que puedas entenderlo y consultarlo sin complicaciones. Será como tu propio manual —o más bien el de tu organismo— que te ayudará para tomar decisiones o para mostrárselo a tu médico a fin de verificar aspectos vitales sobre la expresión de tu ADN.
Eso no es futurismo. Existe ya el primer producto aplicado de la ciencia genética que está resultando un éxito de altas ventas en Estados Unidos y que se está lanzando en México.
Teniendo su información genética a la mano, una persona puede conocer el ritmo de su metabolismo o si su gen de la saciedad es muy lento y por ello cuando come tarda mucho en quedar satisfecho; su sensibilidad al dolor, si tiene alta o baja tolerancia a la cafeína, lo que puede llevarle a tomar muchas tazas de café al día; o qué tan elevada es su propensión a sustancias adictivas como tabaco, alcohol u opioides. Algo seguramente atractivo es conocer el nivel de sensibilidad de tu piel que te llevará a envejecer más o menos rápido, algo así como el gen del envejecimiento.
Robin Smith, director general de Orig3n, —la empresa que está introduciendo comercialmente esta primera versión del mapa genético individualizado— nos cuenta que todo empezó a partir del repositorio de células que la empresa arrancó a fin de investigar sobre regeneración de tejidos y órganos, un proyecto del que está seguro tendrá resultados en un futuro no lejano. (Para él es un hecho que el siguiente eslabón en la salud de la humanidad será la medicina regenerativa).
Las personas que donaban sus células para dicho repositorio le pedían constantemente algo sobre su información genética y, en agradecimiento, la empresa les generaba un informe útil sobre su código genético. Pronto se percataron de que ahí había una oportunidad de negocio. Orig3n decidió entonces diseñar una línea específica y encontró la manera de hacer genética para el consumidor.
Desde su arranque en Estados Unidos a finales del año pasado, ha sido tal el éxito que las ventas del kit para la toma de saliva crecían a ritmo de 40% cada mes. Actualmente se duplican mes tras mes. Ya lo están ingresando a México, para después llevarlo a Colombia y Brasil. En paralelo están viendo cómo introducirlo en China y buscando socios en Europa.
La aplicación se llama LifeProfile y la prueba NXT-Dx se segmentó en cuatro distintas: una prueba ADN piel enfocada a dermatología, otra sobre los genes relativos al comportamiento y adicciones, otra enfocada a los genes que inciden en la forma física (fitness) y una más sobre metabolismo que podrá ser útil para el área de nutrición.
Para su introducción en México Orig3n se alió con InnovaSalud —compañía líder de capital privado enfocada a los mercados de salud en América Latina— que empezará a vender el kit en Farmacias San Pablo, así como a través de médicos especialistas para cuyos pacientes la prueba genética les será de utilidad diagnóstica y de prevención.
Lo importante es que todo se basa en una plataforma tecnológica que con fundamentos científicos en cuestión de unos días permite analizar las células de cada persona y descifrar e interpretar la información de sus genes de modo que le sea útil en su vida diaria.