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Michael Caito: “Ninguna educación enseña a no temerle al fracaso”
Lunes, Abril 30, 2012 - 13:58

El ex CEO de Entrepreneurs’ Organization y cofundador de On the Run habla sobre ser emprendedor en estos días en que el tener una red de contactos y un mentor son aspectos claves. A su vez, pese a la importancia de la educación, recomienda perder el miedo a equivocarse, lo que para algunos es una de los mayores retos de iniciar su negocio.

El emprender ha estado siempre vinculado a la humanidad. Quizá por ello es que cada vez se intenta más orientar a los emprendedores por un camino menos improvisado, compuesto de redes de apoyo para su financimiento y capacitación. Es a través de este mecanismo que Entrepreneurs’ Organization, organización sin fines de lucro y con 8 mil miembros, apoya a emprendedores a nivel mundial. Conversamos con Michael Caito, ex CEO de la institución y cofundador de On the Run, quien estuvo de visita en Chile dando a conocer entre los emprendedores chilenos esta red, buscando que se unieran a ella.

¿Qué tipo de empresa o capacidades necesitan poseer los emprendedores que quieren ser parte de Entrepreneurs’ Organization (EO)?

En EO no se trata de qué tipo de emprendimiento han creado, qué ofrece el negocio o sobre su procedencia. En cambio, buscamos emprendedores dispuestos a comprometerse, que quieran aprender y crecer. Buscamos emprendedores que quieran llevar su juego al siguiente nivel

Sí es un requisito que el emprendimiento en el cual estén inmersos genere al menos un millón de dólares anuales, no necesariamente como ganancias sino en general. Si cumple este requerimiento y está dispuesto a comprometerse con nuestra red, el emprendedor es bienvenido.

Por añadidura, suele ser importante la recomendación. Quien viene con una recomendación sólida, casi se puede decir que ya era parte de nosotros antes de que postulara.

¿Qué ganan los miembros de EO y qué gana EO de su membresía? ¿Qué beneficios tiene cada uno de su relación?

El mayor beneficio que recibimos es la posibilidad de conexión entre los miembros. Los emprendedores involucrados en las actividades de EO están interesados en innovación y crecimiento. El intercambio entre pares que permite este tipo de organización es muy útil en este sentido.

La manera que funciona es que conecta gente de una misma locación. Por ejemplo, en California nuestro grupo suma 70 miembros y nos reunimos una vez al mes en un lugar confidencial. En esa reunión debatimos sobre nuestros negocios, sobre los problemas que podemos estar confrontando. Pero no sólo sobre las empresas, sino sobre nuestra vida personal y familiar. Se trata de compartir experiencias. Eso hace que apreciemos que otros colegas estén atravesando situaciones semejantes, y al compartirlas uno siente un vínculo especial que es difícil de establecer si no es con los pares.

Aprendemos unos de otros al compartir nuestras experiencias, recibimos consejos, nos asesoramos. Pero además tenemos acceso a eventos de diferentes tipos, como conferencias, debates, talleres, donde aprendemos sobre distintos temas. Y como EO permite no sólo el contacto con otros emprendedores locales, sino que la red se extiende internacionalmente por todo el planeta. Estos eventos también pueden tener carácter internacional lo cual nos abre una puerta para conocer sobre otros escenarios a través de emprendedores de otros países. De forma que podemos aprender de ellos sobre nuestras posibilidades de crecimiento y de nuestros negocios.

Sin duda esa relación es el principal beneficio, tanto la relación con otros emprendedores como con la comunidad. Eso hace única esta organización que reúne a emprendedores de todo el mundo.

En cuanto a lo que gana la organización, pues nuestra membresía no es gratis. Somos emprendedores dueños de negocios de ciertos tamaños, y al ser aceptados se espera nuestra contribución, que nos involucremos. Pero, mientras más dedicas tiempo y recursos a EO, más recibes. El saldo siempre es positivo.

¿Cuán amplio o extenso es el alcance y membresía de la organización en América Latina?

A lo largo de América Latina existen grupos, o capítulos como los llamamos, en múltiples países como México, República Dominicana, Panamá, Guatemala, El Salvador, Colombia, Costa Rica, y el de Santiago de Chile.

Contamos con alrededor de 8.300 miembros agrupados en 120 capítulos de todas partes del mundo, EE.UU., el Medio Oriente, sudeste asiático, África, Europa, Australia y otros. Es cierto que el intercambio mayormente es entre las redes locales, pero tenemos acceso a eventos organizados en cualquier parte del planeta.

Algo que también hace única la organización es su carácter fraternal. Cualquer miembro puede muy fácilmente trabar amistad y llevarse bien con un colega, y no es extraño la oportunidad de sostener muy buenas conversaciones.

¿Cree que la educación debería formar parte del apoyo que ofrecen estas networks a los emprendedores?

Sin dudas, la educación es poder. Es muy importante. Por eso es que en EO miramos la educación desde el punto de vista de lo que se pueden aportar los pares unos a otros de una parte, pero también valoramos el acceso a expertos. Conectamos a miembros con expertos si creemos que pueden ayudarles a crecer como emprendedores. Claro que la educación es muy importante pero las oportunidades de acceder a esta son variadas. 

De hecho, hay mucha gente, como emprendedores dispuestos a actuar como mentores, y con deseos de ayudar si se les pide. Y entre nosotros hay profesionales con distintas formaciones y backgrounds.

Pero creo que algo fundamental, que ninguna educación puede darte, es no temer a fallar. En Chile, por ejemplo, se percibe la preocupación entre los jóvenes emprendedores de empezar de cero por el miedo a fallar. Pero el fallo es algo importantísimo para un emprendedor, porque siempre estamos fallando. Todo el tiempo estamos dando nuevos pasos.

Acerca del debate sobre si es aconsejable o no pasar primero por la universidad antes de comprometerse en un emprendimiento, pues he visto empresas exitosas de ambos tipos. En mi caso, sólo cursé dos años de universidad y entonces tuve la oportunidad de empezar un negocio. De eso hace 18 años. Creo que si hubiera dejado de aprender probablemente no habría tenido éxito, pero me mantuve estudiando e intentando aprender por mi cuenta. Y al unirme a EO tuve acceso a grandes líderes, gente diferente con puntos de vista distintos y otras formas de pensar. No importa si eran miembros o expertos, pero comencé a alimentarme de ellos para buscar la manera de cómo hacer la diferencia con mi negocio.

Entonces, he visto funcionar los proyectos más allá de cuál fue el camino que eligieron los emprendedores. No creo que haya una forma acertada o equivocada, creo que ambas pueden funcionar.

¿Pero qué es lo mínimo que se necesita para emprender? 

El emprendimiento es una actividad que ha estado funcionando desde el principio de los tiempos. Y algunos entre los grandes emprendedores ni siquiera accedieron a la educación superior. Creo que es una cuestión más bien de pasión, de resistencia, flexibilidad y adaptabilidad. Se trata de ser capaz y estar dispuesto a luchar contra los obstáculos y escalar los muros y crear una visión por la cual la gente se entusiasme. Atraer a la gente para que ayude a hacer realidad tu visión. Estoy seguro que cada moneda tiene dos caras, pero creo que el principio es la pasión.

¿Considera que últimamente el emprendimiento pasó de ser visto para el resto del mundo como una instancia en que sólo los más jóvenes pueden aportar, para darle paso a aquellos más adultos? 

La clave para cualquier emprendedor exitoso es que tenga un sueño y se apasione, y entienda que él o ella necesita encontrar muy buena gente, muy capaz e inteligente, que lo ayude a concretar ese sueño. Eso es probablemente lo mejor que un emprendedor puede hacer, agrupar la mejor gente posible a su alrededor. 

Por tanto, si estos profesionales altamente capacitados quieren salirse de las grandes empresas y aventurarse a participar en las pequeñas operaciones de los emprendedores, pues bienvenidos. Es como reunir lo mejor de ambos mundos. 

En cuanto a los ejecutivos, pues a todos nos gusta la autonomía. ¿No queremos todos trabajar en un sitio a donde nos entusiasme ir cada día? ¿No queremos todos ir y hacer nuestro trabajo sin que alguien esté diciéndonos exactamente cómo debemos hacerlo? ¡Es lo que la gente quiere y eso es lo excitante del emprendimiento!

Pues la gente está percibiendo que las grandes corporaciones no ofrecen eso, y prefieren irse a otro trabajo donde sí encuentren esa energía.

¿Conoce ejemplos de emprendimientos en América Latina que le llamen la atención o merezcan resaltarse?

Conozco que en Chile hay un conjunto de startups, unas 200 compañías de tecnología que han sido incubadas acá. Además, existen ejemplos de empresas que producen artesanías que merecen atención.

¿Qué es importante tomar en cuenta en el plano de ejecución y crecimiento estratégico, en relación al emprendimiento? ¿Es preciso vender el emprendimiento a los pocos años de que este crece?

Creo que se han creado negocios en virtualmente todo tipo de ambientes: económicos, políticos y culturales. Para empezar un negocio, además de la pasión y la idea, pues se necesita un capital inicial. También se necesita acceder a gente capaz con quien trabajar. Ayudaría, pero no es imprescindible, disponer de una red de contactos a la cual acudir para solicitar asesorías y con suerte encontrar algún mentor. Quizás también sería mejor trabajar en un ambiente favorable, fértil para el emprendimiento. 

Pero donde quiera, es importante que el emprendedor posea una personalidad adaptable, flexible y resistente. Y muy fundamental es que se comprometa con su proyecto. Llega un punto donde el emprendimiento no puede ser una actividad más, hay que dedicarse a este en cuerpo y alma.

¿Cuándo cree que es el momento adecuado en que el emprendedor debe empezar a considerar la opción de vender su emprendimiento? ¿Existe ese momento, cómo se le reconoce?

Pienso que es diferente para cada emprendedor. Depende de qué tipo de proyecto es el suyo, y de su personalidad. Puede ser un emprendedor en serie que no quiere permanecer atado mucho tiempo al mismo proyecto y quiere involucrarse en cosas diferentes todo el tiempo. O puede sentirse emocionalmente atado a su negocio. 

También influyen las circunstancias de la vida que atraviesa, si él o ella está, por ejemplo, a punto de empezar una familia. En definitiva, es una pregunta muy personal. De hecho algunos emprendedores se atan emocionalmente a su empresa y no ven claramente cuándo les conviene vender. Sin embargo, probablemente una buena señal para pensar en vender es cuando se recibe una oferta que no se puede rechazar.

Usted comentó que comenzó su emprendimiento hace 18 años, y que desde entonces lo conserva sin haber pensado en vender nunca. Entonces, ¿cuándo es que se deja de ser un emprendedor? ¿Llega ese momento, cuál es la señal?

No creo que sea un momento específico. Me parece que tiene más relación con la forma en que está cableado el cerebro del emprendedor. Los emprendedores pueden cometer errores o pueden acertar, pero lo más importante es su pensamiento emprendedor.

Puede llegar un punto cuando el emprendedor cambia el modo de pensar o su ánimo, y opta por poner management profesional al frente de su empresa e irse a hacer cualquier otra cosa. No quedarse quieto, eso nunca. Muy rara vez escuchas de un emprendedor retirado.

Como emprendedor siempre estoy en busca de nuevas oportunidades para mi negocio, y es el espíritu emprendedor que trato de comunicarle a mi compañía entera. La gente que trabaja con nosotros conoce la diferencia entre trabajar para una compañía más ortodoxa y otra que innova constantemente.

Entonces, ¿se puede decir que este espíritu emprendedor se vincula a la búsqueda de innovación y experimentación constantes?

Ciertamente el lazo entre innovación, cambio y ser un emprendedor es muy apretado. Los emprendedores pueden cambiar el mundo. Incluso puede existir ese espíritu en grandes compañías, porque dentro de ellas hay gente muy emprendedora que posibilitan que las cosas más increíbles ocurran.

Autores

Daniela Arce y Jennifer P. Roig