Según un estudio, la localización de los puntos más conflictivos en las ambulancias invita a elaborar programas para concienciar, educar y promover prácticas seguras (como lavarse las manos) que optimicen la higiene del personal y la limpieza y desinfección del vehículo sanitario.
SINC. Las ambulancias pueden ser una fuente de microorganismos que originen o desarrollen enfermedades transmisibles a pacientes o personal sanitario. Estos organismos patógenos son, en ocasiones, resistentes a múltiples fármacos; y las manos, el principal origen de transmisión.
Así lo describe un equipo de profesionales de Enfermería, Medicina, y Biología —coordinado por Guillermo Quindós, autor principal y catedrático en Microbiología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)—, que ha efectuado un estudio transversal para analizar la contaminación de microbios o bacterias en las ambulancias.
Es la primera vez que se realiza en España una investigación de este tipo circunscrita a los vehículos de soporte vital básico. Los resultados, publicados en American Journal of Infection Control, revelan que la contaminación microbiana de las ambulancias del área metropolitana de Bilbao fue mucho menor que la encontrada en estudios similares realizados en EE UU.
La recogida de muestras se llevó a cabo en julio de 2012 en diez de las 17 ambulancias de soporte vital básico del área metropolitana de Bilbao. Los vehículos sanitarios realizaron una media de 225 intervenciones en los 30 días anteriores al estudio microbiológico. El equipo universitario utilizó técnicas de enmascaramiento ciego para no alterar las condiciones habituales del vehículo y evitar posibles sesgos en el muestreo, análisis e interpretación.
Durante la toma de las muestras, se detectó que ninguna de las diez unidades de emergencias disponía de lavabo (no es obligatorio) para lavarse las manos, aunque ocho de ellas sí llevaban un gel hidroalcóholico, un sustituto del agua y jabón. También se observó que no disponían de un protocolo escrito sobre la manera de limpiar y desinfectar la ambulancia.
“La existencia de un protocolo es deseable porque facilita la realización de una correcta desinfección al aparecer con detalle los pasos a dar”, apunta Quindós.
El trabajo alerta sobre la necesidad de elaborar protocolos de desinfección y concienciar al personal sanitario sobre higiene
Contaminación cruzada
Tras el análisis de las diferentes muestras, el equipo de la UPV/EHU observó la existencia de Staphylococcus aureus, estafilocos coagulasa negativa y otros cocos Gram-positivos, enterobacterias y otros bacilos Gram-negativos que, aunque no alcanzaron niveles alarmantes, sí alertan sobre la posibilidad de una contaminación cruzada entre el espacio interior y exterior del hospital a través de los traslados que se realizan en ambulancias.
En cada ambulancia se analizaron seis puntos: dos en la cabina de conducción y cuatro en el área de pacientes. En el 73% de las 60 muestras tomadas había una mayor presencia de microbios en el volante, en la manilla interior de la puerta del pasajero y los asideros de la camilla.
Estos datos confirman contaminación cruzada entre el área del paciente y la cabina del conductor provocada por hábitos inadecuados como, por ejemplo, conducir con las manos enguantadas después de proporcionar asistencia o no lavarse las manos.
Quindós destaca que entre las personas que trabajan en la sanidad “el hábito de lavarse las manos es deficiente y sería necesario concienciar sobre la importancia que esta medida de higiene tiene para evitar la contaminación microbiana”.
Aún así, los niveles de contaminación encontrados en los vehículos sanitarios fueron bajos. De hecho, solo en dos ambulancias se encontraron tres cultivos de Staphyloccocus aureus, agentes infecciosos más agresivos que, aunque pueden estar presentes en las personas sanas, son causa de infecciones hospitalarias, sobre todo en personas enfermas.