Según el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) más de 5.600 norteamericanos no tomaron vacaciones, entre ellos los Millennials.
Es un mito que los millennials sean una generación de egoístas y flojos (como lo sugería la revista Time). Al contrario, un nuevo estudio encontró podrían ser los más grandes adictos al trabajo de la historia.
Según la información retomada por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), entre más de 5.600 norteamericanos entrevistados, aquellos que no tomaron vacaciones por culpa, orgullo o miedo a ser reemplazados, fueron identificados como “mártires del trabajo”.
Se encontró que el 43% (4 de cada 10) de los millennials son mártires del trabajo. El año pasado, el 24% decidió no utilizar su derecho a tener vacaciones. Mientras, comparado con la generación X con un 19% y los Baby boomers con un 17%.
La principal razón para no descansar es que los millennials temen perder su empleo. Además, contagian a aquellos que no se sienten amenazados.
Más problemas de salud
La investigación también reveló que los mártires del trabajo se sienten infelices y estresados por el trabajo. El 40% de los que dicen que su empleo les causa estrés, comentan que desean ser vistos como mártires del trabajo. Comparado con 38% que es feliz en su empleo, un 47% dice que es infeliz, pero piensan que es bueno ser un mártir.
La situación empeora, pues los millennials sienten una gran presión al no tener ascensos en un periodo de tiempo corto y fijan metas poco reales. El 48% no está contento con su éxito profesional y el 44% declaró no estar feliz con su empresa.
El 47% dice que no tomó vacaciones para cumplir con las demandas de la empresa. Mientras, sólo el 34% de los de generación X y el 37% de los boomers decidieron no descansar por la misma razón.
¿Mártires del trabajo?
El reporte dice que no es gratuito que los millennials se consideren mártires, al final reconoce que son víctimas de las circunstancias (ya no tendrán pensión como sus padres y la jubilación no parece cercana). Aunque, los invita a dejar esta postura, pues resulta venenosa para la cultura laboral de las empresas.
Varios jóvenes tuvieron sus primeros empleos durante la recesión del 2008, también vieron que muchas personas perdieron su trabajo. Debido a esto, sienten la presión de probarse e intensificar sus jornadas laborales.
Los millennials deben romper con este mal hábito para que no sea transmitido a la siguiente generación.
Descansar está bien, el cuerpo también se agota.