El tablero fue pensado para generar una instancia lúdica de aprendizaje.
Tras haber trabajado entre seis y siete años en establecimientos municipales y particulares, Paulina Gacitúa se dio cuenta que en este sistema escolar no había demasiado espacio para el juego y la comunicación, debido a las varias pruebas escritas y al trabajo en torno a textos de estudios, lo que agobiaba a los estudiantes.
Fue entonces cuando Gacitúa advirtió en esta escasez de juego y práctica la opotunidad de levantar un proyecto propio, por lo que creó una academia de inglés donde el eje principal es el juego y la creación de situaciones comunicativas.“Esto significa que si los alumnos aprenden vocabulario, como por ejemplo palabras relacionadas a comidas y verduras, nosotros creamos situaciones donde los niños tengan que ir a comprar y a cocinar en un contexto real. Acá los alumnos aprenden disfrazándose, en una situación guiada, donde hay mucha representación y comunicación”.
Un juego de mesa hecho a la medida
Gacitúa junto con su equipo comenzaron a buscar material didáctico que se ajustara a al método que estaban promoviendo. Sin embargo, se toparon con que había muy poco material que les sirviera de apoyo, así que decidieron diseñar herramienas propias, utilizando en primera instancia juegos de mesa tradicionales como las cartas o el Monopoly. A este último lo adaptaron junto a los alumnos, traduciendo al inglés las frases en castellano.
Pero así y todo esto no fue suficiente. Al tiempo crearon un prototipo básico hecho con cartulinas e imágenes de Google, y con los niños se fue validando el aprendizaje y el comportamiento.
“Nuestros alumnos nos fueron apoyando y colaborando en la co-creación. Es decir, nos mencionaban lo que querían de acuerdo a su experiencia con el juego, qué elementos y fichas colocar. Así también fuimos innovando y agregando cosas mucho más entretenidas, como integrando mensajes de redes sociales y creando tarjetas de ayudas para las expresiones, porque el objetivo de nuestro juego es que los niños se comuniquen en inglés durante el juego con estas pautas pedagógicas”, dice Gacitúa.
Luego de tener el prototipo del juego acabado, pasaron a ser parte de la incubadora de negocios de la Universidad de La Frontera Incubatec UFRO y luego se adjudicaron con el patrocinio de la incubadora un capital semilla de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo). “Con esto logramos llevar nuestro prototipo a un nivel comercial y profesional. Incluimos ilustradores, diseñadores, a otros profesores de inglés, para que nos ayudaran en el desarrollo, y a desarrolladores web, porque para que los niños puedan jugar con total autonomía, sin la necesidad de tener un profesor al lado, creamos un apoyo interactivo en el sitio web de Mini City”, dice Gacitúa.
Cómo se juega
El juego de mesa Mini City está diseñado para que participen un mínimo de tres jugadores y un máximo de cinco. En este tablero los jugadores deben recorrer una pequeña ciudad donde hay lugares y tiendas con nombres en inglés, “los que deben ser comprados y a los que se deben sumar oficios, productos, servicios y elementos representativos de cada espacio. Por lo tanto, adquieren vocabulario relacionado con la ciudad, el trabajo y también con otros contenidos temáticos. Ellos en algún momento caerán en casillas de redes sociales, que significa que les llegará un mensaje a su celular que representa a una tarjeta y que está escrito en un inglés escolar con estructuras básicas como presente simple y continuo, de manera muy intretenida y con palabras claves que les pemiten comprender el mensaje escrito”.
El juego también permitirá que los niños tomen el rol del corredor de propiedades y cajero de banco. Además, se puede consultar en la sección Apoyo Interactivo de la web del juego las instrucciones y pronunción de palabras.
Paulina Gacitúa dice que en Mini City se trabajan las unidades de ciudad, oficios, números, servicios, viajes, alimentos y medios de transporte, mientras se están dando mensajes de comprensión lectora.
Gacitúa dice que el recibimiento del juego ha sido muy bueno de parte de los niños, porque se están dando cuenta que pueden aprender a hablar inglés mientras se divierten. “Los profesores de pronto subestimamos un poco a nuestros alumnos, porque creemos que los resultados del Simce dicen todo sobre los aprendizajes de los niños, pero muy por el contrario, ellos son capaces de aprender, comunicarse y demostrar un tremendo desempeño. Por el lado de los profesores también hemos tenido un buen recibimiento, ellos están abriéndose paso a jugar un poco más, a romper un poco el esquema y a salir de rutina de mucho libro y texto. En el fondo, profesores y directivos están cambiando el paradigma”, dice la profesora.
Hasta el momento, el juego de mesa puede ser adquirido en el sitio web de Mini City, por venta directa y de manos de los representantes, que se encuentran en las regiones Metropolitana, del Maule, del Bío-Bío y en Magallanes. En Chile, donde se lanzó el juego, ya se encuentan en algunos colegios.
Sobre el actual panorama escolar en el ámbito de idomas, Gacitúa dice que “pese a que los resultados del Simce son muy pobres todavía y un muy bajo porcetaje de alumnos logran hablar inglés, siendo aquellos de colegios pagados los que lo logran, creo que se están haciendo esfuerzos en todos los niveles, comunales y nacionales. Tengo esperanzas de que se hará un esfuerzo creativo, de manera que se vaya priorizando la calidad por sobre la cantidad de contenido, porque creo que ahí está el problema. La idea podría ser ir trabajando en mayor calidad, pero asegurando que los contenidos se aprendan, sin tratar de abarcar mucho, que es ahí donde nos perdemos en el camino y saturamos a los niños”, concluye Gacitúa.