El reconocido maestro luriri, quien se desempeña hace 52 años como fabricante y reparador de la bandola aymara, es premiado como Tesoro Humano Vivo 2014.
“Es maravilloso reunirse con don Nemesio, porque además del valor que posee en sí mismo por el conocimiento que tiene, el contacto personal permite profundizar en la historia que hay detrás”, aseguró la subdirectora del ministeriop de Cultura de Chile, Lilia Concha, tras un encuentro con Nemesio Moscoso Mamani, reconocido como Tesoro Humano Vivo (THV) 2014.
Moscoso se desempeña hace 52 años como maestro luriri, fabricante y reparador de la bandola aymara, instrumento de cuerdas tradicional del altiplano tarapaqueño, empleado en carnavales, floreos y trillas.
Con esta distinción, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) reconoció el aporte cultural de este oficio, una actividad poco conocida y que está en riesgo de desaparecer. Por lo mismo, la Subdirectora de Cultura valoró que Nemesio Moscoso esté disponible para transmitir sus conocimientos.
“Nuestra juventud necesita la oportunidad de sumarse a esos conocimientos y me parece que don Nemesio transmite muy bien eso. Él dice ‘mis hijos están aprendiendo, tienen interés´. Hay otros jóvenes que también lo tienen, a pesar de que él y uno de sus primos son de los pocos que manejan completamente la técnica para hacer una bandola”, aseguró Lilia Concha.
“Estoy contento, feliz, al igual que mi familia, mis hijos, están todos emocionados. Llevo más de 50 años en este oficio, empecé a hacer las bandolas mirando, no tuve ningún estudio, ni profesores ni escuelas. Mandé a hacer una y para mí fue una gran oportunidad, porque estuve como cuatro días viendo cómo las hacían. Después empecé a fabricarlas y la gente me empezó a encargar. Este instrumento se ocupaba mucho en los carnavales, todavía se ocupa, y hay bastante interés por aprender a tocarlo”, aseguró el maestro luriri.
A su vez, la directora regional del CNCA, Milisa Ostojic, valoró que con Nemesio Moscoso sean tres los Tesoros Humanos Vivos en la región de Tarapacá, donde ya han sido distinguidos Uberlinda Vera (2012), artesana en hojalata, y Arturo Barahona (2013), integrante de los bailes de pieles roja de la fiesta de La Tirana.
“Es un orgullo para nosotros y eso demuestra la riqueza cultural que tenemos como región, porque tres de estas expresiones son netamente de la zona y que el resto del país las reconozca es motivo de orgullo”, afirmó Ostojic.