Mediante la creación del Sistema Nacional de Cualificaciones, Mintrabajo busca que las empresas manifiesten qué talento necesitan y así educar a las personas para suplir esas exigencias.
La estrategia del Mintrabajo busca beneficiar a población con barreras para encontrar empleo como jóvenes sin experiencia laboral, personas en condición de discapacidad, indígenas y afrocolombianos, entre otros.
La Política Pública de Empleo, presentada por la ministra de Trabajo, Alicia Arango, a comienzos de junio, es la estrategia con la que el Gobierno busca reducir la informalidad, disminuir el desempleo y aumentar la productividad, entre otros objetivos. Esa hoja de ruta está compuesta por cuatro pilares: asegurar la formación de competencias pertinentes, fortalecer el Servicio Público de Empleo, incentivar el emprendimiento y ajustar la normatividad laboral y de seguridad social para que la gente entre al mercado de manera formal.
El primero se refiere a la formación de competencias pertinentes y se basa en la premisa de que las personas se están capacitando para desempeñar labores que las compañías no están demandando. Eso, según el Ministerio, causa informalidad, pues las personas, al no ver posibilidades de empleo en aquello para lo que se capacitaron, resultan rebuscando su sustento en labores que usualmente se desarrollan sin posibilidad de acceso a una pensión, servicios de salud y protección ante riesgos laborales.
La propuesta para mitigar esa problemática se concentra en crear el Marco Nacional de Cualificaciones, cuya misión, en parte, será formar a las personas con base en las demandas que solicita el sector productivo. La creación de este sistema está contemplada en el artículo 194 del Plan Nacional de Desarrollo (PND) aprobado por el Congreso y sancionado por el presidente Iván Duque.
Según el viceministro de Empleo y Pensiones, Andrés Felipe Uribe, escuchar qué buscan las empresas es la clave para definir la formación que deberán recibir los trabajadores. A partir de esa identificación de habilidades se creará el Marco Nacional de Cualificaciones, como un “catálogo que recogerá las habilidades y competencias en las que se necesita formar a la gente para lo que el sector productivo está demandando”.
Ximena Cárdenas, managing director de Experis de Manpower Group, comparte la teoría del Gobierno. Según ella, es importante atender las necesidades del mercado laboral para responder de una manera adecuada. “Hay que escuchar con la oreja en el suelo, como dicen en varias partes del mundo, estar atentos a lo que viene, no a lo que podemos ver ya; lo que el mercado necesita en habilidades operativas y profesionales para saber qué deberíamos estar produciendo en la academia”, manifestó la directiva.
Cárdenas explica que, según estudios de Manpower, en Colombia hay escasez de talento, no porque no haya personas para trabajar, sino por no tener las habilidades que están buscando los empleadores. De acuerdo con la firma, entre las que más está requiriendo el sector productivo se encuentran la comunicación, el deseo de aprender, el liderazgo, el análisis de datos, el pensamiento crítico, la solución de problemas y las competencias digitales.
Así, la pregunta no sería por qué hay desempleo, sino por qué hay escasez de talento. Según Cárdenas, parte de la respuesta a esta pregunta es que los jóvenes no están recibiendo una adecuada asesoría al momento de elegir una carrera profesional, es decir, información de cuáles son las demandas del mercado laboral.
En teoría, el Marco Nacional de Cualificaciones atajaría ese frente. “Si, por ejemplo, decimos que Colombia se convertirá en un productor de servicios BPO, vamos a necesitar gente capaz de desarrollar call centers, servicios de tecnología. Eso significa que el mercado académico debería estar produciendo personas que desarrollen este tipo de negocios”, señala la ejecutiva.
Cárdenas concluye que es un error mirar hacia el pasado para determinar si una carrera puede o no ser exitosa. Por ejemplo, se cree que las ciencias puras no son demandadas, pero el mercado laboral sí necesita gente con esos conocimientos. También está el caso de un conductor, que puede que hoy, con el auge de las aplicaciones de transporte, le esté sacando jugo a su trabajo, pero se espera que más adelante lleguen los vehículos que se conducen a sí mismos y le quiten su campo de acción. A eso se refiere la directiva cuando habla de mirar lo que viene y no lo que pasó.
Según el director del Sistema Nacional de Formación para el Trabajo del Sena, Henry Luna, desde esa entidad se adelantan mesas sectoriales integradas por empresas, el Gobierno y la academia. Allí se conocen las necesidades de formación y certificación que actualmente requiere el mercado laboral para, posteriormente, traducirlas a funciones que podrían desempeñar determinados oficios. Finalmente, esas necesidades son pasadas a la dirección de formación, que se encarga de implementarla en la educación de los estudiantes.
En suma, el Sena ya tiene experiencia en el modelo que está proponiendo el Gobierno. De hecho, hará parte del desarrollo del Marco Nacional de Cualificaciones. “Hoy, una de las misiones fundamentales del Sena es ser el brazo operativo de la economía naranja y eso implica que formemos a las personas que se necesitan en esta economía para que así pueda ser una realidad”, dice el directivo, y da como ejemplo que parte de esa formación es capacitar a los trabajadores en temas como big data, inteligencia artificial, código fuente, internet de las cosas y realidad virtual, entre otras tecnologías.
Se espera que los trabajadores formados con las habilidades que necesita el aparato productivo encuentren fácilmente empleo, y esto, tal y como lo contempla la Política Pública de Empleo, se hará mediante el robustecimiento del Servicio Público de Empleo (SPE). Según el subdirector de promoción de la Unidad del SPE, Carlos Alberto Garzón, se integrarán las cerca de 248 bolsas de empleo que tiene el país, que hoy se encuentran dispersas: 33 son públicas, 42 son de cajas de compensación familiar, 26 pertenecen a entidades territoriales, 35 son de municipios, una es departamental y más de 108 son privadas. “Estamos fortaleciendo esa red para que todas las personas que busquen trabajo y todas las empresas del país que tengan vacantes las publiquen en nuestro sistema”, dice sobre esa gran bolsa de empleo que se espera crear.
El robustecimiento del SPE no será solo en materia de conglomerar vacantes laborales, sino que se trabajará para atender a población con barreras laborales, como víctimas del conflicto armado, jóvenes sin experiencia laboral, población con discapacidad, afrocolombianos, indígenas y, con la ayuda de la Cancillería, migrantes venezolanos.
Según el director del Sistema Nacional de Formación para el Trabajo del Sena, Henry Luna, desde esa entidad se adelantan mesas sectoriales integradas por empresas, el Gobierno y la academia. Allí se conocen las necesidades de formación y certificación que actualmente requiere el mercado laboral para, posteriormente, traducirlas a funciones que podrían desempeñar determinados oficios. Finalmente, esas necesidades son pasadas a la dirección de formación, que se encarga de implementarla en la educación de los estudiantes.
En suma, el Sena ya tiene experiencia en el modelo que está proponiendo el Gobierno. De hecho, hará parte del desarrollo del Marco Nacional de Cualificaciones. “Hoy, una de las misiones fundamentales del Sena es ser el brazo operativo de la economía naranja y eso implica que formemos a las personas que se necesitan en esta economía para que así pueda ser una realidad”, dice el directivo, y da como ejemplo que parte de esa formación es capacitar a los trabajadores en temas como big data, inteligencia artificial, código fuente, internet de las cosas y realidad virtual, entre otras tecnologías.
Se espera que los trabajadores formados con las habilidades que necesita el aparato productivo encuentren fácilmente empleo, y esto, tal y como lo contempla la Política Pública de Empleo, se hará mediante el robustecimiento del Servicio Público de Empleo (SPE). Según el subdirector de promoción de la Unidad del SPE, Carlos Alberto Garzón, se integrarán las cerca de 248 bolsas de empleo que tiene el país, que hoy se encuentran dispersas: 33 son públicas, 42 son de cajas de compensación familiar, 26 pertenecen a entidades territoriales, 35 son de municipios, una es departamental y más de 108 son privadas. “Estamos fortaleciendo esa red para que todas las personas que busquen trabajo y todas las empresas del país que tengan vacantes las publiquen en nuestro sistema”, dice sobre esa gran bolsa de empleo que se espera crear.
El robustecimiento del SPE no será solo en materia de conglomerar vacantes laborales, sino que se trabajará para atender a población con barreras laborales, como víctimas del conflicto armado, jóvenes sin experiencia laboral, población con discapacidad, afrocolombianos, indígenas y, con la ayuda de la Cancillería, migrantes venezolanos.