En temporada alta, este famoso cabaret recibe diariamente entre 500 y 800 espectadores, todos turistas extranjeros, principalmente procedentes de países como España, Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Argentina, Brasil, México y en los últimos años también de Rusia.
Con 75 años de historia, el mítico cabaret Tropicana, emblema del espectáculo musical cubano, mira con expectación la nueva etapa con EE.UU. ante el previsible aumento de espectadores norteamericanos entre el público internacional que cada noche acude al conocido como "Paraíso bajo las estrellas".
"Tenemos expectativas, a ver qué pasa cómo se desarrolla todo este proceso. Esperamos que sí, que por fin se abran las restricciones para viajar y que vengan muchos ciudadanos norteamericanos a conocer Cuba y el Tropicana", dijo a Efe Armando Pérez, director artístico del famoso cabaret.
Inaugurado el 31 de diciembre de 1939, el Tropicana de La Habana se mantiene como uno de los principales atractivos turísticos de la isla con un espectáculo único tanto por su ubicación al aire libre en un enclave rodeado de exhuberante vegetación tropical como por la calidad de un repertorio de genuino sabor cubano donde el chachachá, el mambo, la guaracha, la rumba o los ritmos africanos se fusionan con el jazz latino, la samba o música española y brasileña.
En temporada alta, este famoso cabaret recibe diariamente entre 500 y 800 espectadores, todos turistas extranjeros, principalmente procedentes de países como España, Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Argentina, Brasil, México y en los últimos años también de Rusia.
Apenas se ve a espectadores cubanos en las noches del Tropicana, ya que la entrada más barata es de 75 CUC (moneda equivalente al dólar), un precio prohibitivo para las precarias economías domésticas de los habitantes de la isla.
Con el anuncio del restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos y las primeras medidas anunciadas por Washington para suavizar los efectos del bloqueo -entre ellas más facilidades para viajar a la isla- es de esperar que en un futuro no muy lejano el Tropicana vea también cómo aumenta la afluencia de público norteamericano.
Posibilidad que Idra, una de las cantantes solistas del espectáculo especializada en son y guaracheras, ve de forma positiva y con "buena expectativa".
"Que vengan y puedan apreciar nuestro arte (...) que nos vean aquí, en nuestra casa", comentó en declaraciones a Efe, tras recordar que el Tropicana es una "institución" que no ha parado de funcionar a pesar de los más de 50 años de embargo estadounidense.
Tras su apertura en 1939 en una antigua finca del habanero barrio de Marianao, el Tropicana se convirtió rápidamente en uno de los club nocturnos más concurridos del continente americano y visitado por estrellas de la época como Ava Gadner, Marlon Brando o Nat King Cole.
También actuaron en sus escenarios celebridades artísticas cubanas y extranjeras como Rita Montaner, el pianista y compositor "Bola de Nieve", la vedette Josephine Baker, o la famosa cantante Celia Cruz.
El lugar se convirtió en un cabaret-casino del que también eran habituales varios miembros de la mafia estadounidense, hasta que en 1959 triunfó la revolución de Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista.
Con 75 años cumplidos hace poco más de un mes, uno de los retos del Tropicana es dar al espectáculo una contemporaneidad propia del siglo XXI pero "sin perder ni la música genuina ni el baile tradicional cubano", con recientes novedades tecnológicas como la renovación de sus juegos de luces o la incorporación de una gran pantalla digital en su escenario central como complemento al espectáculo, según explica Armando Pérez.
Pérez, que fue uno de los bailarines principales del Tropicana donde trabaja desde hace 40 años, es el responsable artístico de un espectáculo cuyo cuerpo de danza se compone de 50 bailarines y 40 modelos, acompañados de una orquesta en directo integrada por 25 músicos, así como un grupo de once cantantes solistas.
Según Armando Pérez, entre el Tropicana de hace 75 años y el actual hay "muchas diferencias", la principal de ellas el rigor y la profesionalidad de los artistas, todos con formación académica especializada, así como la complejidad técnica de los números, algunos con arriesgadas coreografías y acrobacias.
Desde hace varios años, el Tropicana cuenta en la isla con "réplicas" en ciudades como Santiago de Cuba y cerca del balneario turístico de Varadero y su espectáculo también han visitado los escenarios de diversos países europeos y latinoamericanos.