Junto con renovar los capítulos de “Comercio de bienes”, “Reglas de origen”, “Procedimientos aduaneros y facilitación de comercio”, entre otros, se acordó incorporar dos capítulos: “Medio ambiente” y “Comercio electrónico”.
La modernización del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y China entró en vigor internacional el viernes pasado, en tanto expertos y políticos chilenos coincidieron que el convenio reafirma la política comercial del país sudamericano orientada al Asia.
La actualización del acuerdo firmado en 2006 implicó a las dos partes renovar los capítulos de “Comercio de bienes”, “Reglas de origen”, “Procedimientos aduaneros y facilitación de comercio”, “Política de competencias”, “Cooperación económica y técnica”, y “Comercio de servicios”.
Se acordó incorporar al convenio dos capítulos nuevos, uno de “Medio ambiente” y otro de “Comercio electrónico”.
El vicepresidente de la Cámara de Comercio Asia Pacífico, Alvaro Echeverría, aseguró que los nuevos capítulos son de amplia proyección futura y muestran un estado de “madurez, de avance, innovación y emprendimiento” de la economía chilena y asiática.
“Ambas miran sectores o áreas que refieren al desarrollo en el siglo XXI, como son el e-commerce (comercio electrónico), particularmente en los asuntos de ciberdefensa y ciberseguridad”, detalló Echeverría.
Chile se convirtió la década anterior en el primer país de Latinoamérica en firmar un TLC con China y este 2019 se posicionó como el primero del mundo en modernizar su acuerdo comercial con esta nación, destacó a Xinhua el director general de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) de la cancillería chilena, Rodrigo Yáñez.
“Ciertamente, en materia de acceso, los nuevos productos forestales incorporados irán en directo beneficio de los exportadores de ese sector”, abundó la autoridad del país austral.
Según cifras publicadas por la Administración General de Aduanas de China (GACC, por sus siglas en inglés), en 2018 el volumen anual de exportación e importación entre China y Chile superó los 42 mil millones de dólares, con un 20,1 por ciento de aumento respecto al año anterior.
China es actualmente el primer socio comercial de Chile y en 2018 el país asiático por primera vez se posicionó como el principal mercado de las exportaciones silvoagropecuarias chilenas, desplazando a Estados Unidos, según la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) de Chile.
“Para Chile, la actualización del acuerdo es más que satisfactorio, porque permite ampliar la oferta exportadora más allá de los recursos naturales, como los productos ’boutique’, que son los arándanos, vinos, pollos y otras industrias que han encontrado un mercado”, explicó a Xinhua el politólogo y académico chileno, Guillermo Holzmann.
Destacó que el nuevo tratado permitirá a los productores locales llegar a China a un menor costo, en virtud de las exenciones arancelarias propuestas.
“La modernización del TLC reafirma la posición de Chile de orientar su política comercial al Asia, a través de China, como puerta de entrada”, precisó en esta línea Echeverría.
Según el representante de la Cámara de Comercio Asia Pacífico, el acercamiento entre los socios “es positivo”, ya que profundiza los lazos y sitúa a Chile a la vanguardia del resto de los países sudamericanos, respecto de las políticas establecidas con el mercado chino.
Desde la puesta en marcha del TLC entre ambos países en 2006, más del 97 por ciento de los productos chilenos han podido ingresar al territorio chino sin aranceles, según la cancillería chilena.
Aunque para el exembajador chileno en China y director del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China, de la Universidad Andrés Bello de Chile, Fernando Reyes Matta, el protocolo no solo marca un intercambio económico, sino también cultural y social.
“Chile y China están en las antípodas”, dijo Reyes porque “cuando un arquitecto chileno termina su jornada laboral, la inicia uno chino y eso es una gran ventaja”.
El exdiplomático recalcó que esta reforma es atingente a los desafíos de la era digital y a la Franja y la Ruta, una plataforma de cooperación internacional propuesta por China en 2013 para atraer beneficios e inversiones en Latinoamérica.
Reyes Matta precisó que la actualización del tratado marcará “nueva rutas” en los tratados de libre comercio en el mundo entero.
De igual forma, el senador chileno Alejandro Navarro estuvo de acuerdo en que China no solo es “un mercado inmenso” sino también “un actor clave en el área del Asia Pacífico, que es un centro neurálgico comercial y con creciente influencia a nivel mundial”.
“Este protocolo de modernización viene a fortalecer las relaciones entre estos dos países en un mundo geopolítico en constante desarrollo”, puntualizó a Xinhua el presidente de la comisión de Transporte y Telecomunicaciones del Congreso chileno.
Echeverría, por su parte, complementó que la alianza estratégica entre Chile y China, más allá del TLC, significa “el crecimiento de ambos países”.
“Es un mensaje de connotación comercial y sociopolítico, que permitirá un desarrollo a mediano plazo del comercio internacional”, sostuvo.
El canciller chileno, Roberto Ampuero, visitó dos veces China en menos de tres meses en 2018, lo que demuestra la buena salud de las relaciones entre ambos países.
Según expertos, con la entrada en vigor internacional de la modernización del TLC, los vínculos entre ambos socios se incrementarán, lo que hará olvidar que China es uno de los países más distantes geográficamente de Chile.
Se suma la relevancia que adquiere el país sudamericano en materia financiera, al validarse como una puerta de entrada y un canalizador de operaciones provenientes del Asia; un “polo central” de entrada y salida a Sudamérica, lo que contribuiría también a las inversiones en la región, agregaron los especialistas.
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