¿Qué tienen en común el exprimer ministro británico Gordon Brown, Jackie Onassis, Britney Spears? Todos se mordían las uñas. El mordedor de uñas compulsivo Tom Stafford investiga el por qué.
Puede arruinar el aspecto de las manos, no es muy higiénico y si se lleva a extremos causa dolor. Entonces, ¿por qué lo hace la gente? El mordedor de uñas compulsivo Tom Stafford lo investiga.
"No es un hábito del que esté orgulloso. Para otras personas verlo es bastante asqueroso, arruina el aspecto de las manos, es posiblemente antihigiénico y a veces duele si se llevo demasiado lejos. He intentado dejarlo muchas veces, pero nunca he podido hacerlo", declaró según consignó el sitio BBC Mundo.
Stafford confesó que últimamente se ha preguntado qué hace que alguien se convierta en un mordedor de uñas habitual como él. "¿Tenemos poca voluntad? ¿Somos más neuróticos? ¿Más hambrientos? Quizá, en algún lugar en los anales de la investigación psicológica podría haber una respuesta a mi pregunta y quizá incluso pistas sobre cómo curarme de este desagradable hábito".
Este mordedor compulsivo de unas se enteró en su primera incursión en la literatura sobre el tema el nombre médico de este comportamiento cuando se realiza en exceso: onicofagia.
Los psiquiatras lo clasifican como un problema de control de impulsos, junto con otros males como el trastorno obsesivo compulsivo. Pero esto es para casos extremos donde la ayuda psiquiátrica es beneficiosa, al igual que con otros excesos como pellizcarse la piel o tirarse del pelo.
Por ejemplo, hasta 45% de adolescentes se muerden las uñas; Stafford entiende que los adolescentes pueden ser problemáticos, pero no diría que casi la mitad de ellos necesite intervención médica.
Stafford quiere comprender el lado "subclínico" del fenómeno. Morderse las uñas no es un problema importante, pero todavía le parece una preocupación como para querer librarse de ello. Los psicoterapeutas han formulado algunas teorías acerca del problema, por supuesto. Sigmund Freud le echó la culpa a la detención del desarrollo psicosexual en la fase oral.
Dentro de las teorías freudianas, la fijación oral está vinculada a multitud de causas, como infraalimentación o sobrealimentación, un periodo demasiado largo de lactancia o una relación problemática con la madre. También desencadena síntomas resultantes: morderse las uñas es uno, pero también está el tener una personalidad sarcástica, fumar, beber y el amor por el sexo oral.
Otros terapeutas han sugerido que morderse las uñas podría deberse a una hostilidad hacia uno mismo, después de todo es una forma de automutilación, o una ansiedad nerviosa.
Lo más importante para Stafford es que no tienen ninguna buena sugerencia sobre cómo curarse del hábito. He perdido el tren seguramente en cuanto a la lactancia y me muerdo las uñas incluso cuando estoy más relajado, así que no parece que haya ahí una buena solución tampoco, confesó.
Una búsqueda en la literatura científica revela solo un puñado de estudios sobre un posible tratamiento. Ciertamente, varios de los pocos artículos existentes sobre morderse las uñas comienzan comentando la sorprendente falta de literatura sobre el tema.
Propongo que no hay una causa especial para morderse las uñas, ni la lactancia, ni la ansiedad crónica ni una falta de amor maternal. La ventaja de esto es que no necesitamos encontrar una conexión concreta entre Gordon, Jackie, Britney y Stafford.
Más bien, Stafford sugiere que morderse las uñas es solo el resultado de varios factores que, debido a variaciones aleatorias, se combinan en algunas personas para crear un mal hábito.
En primer lugar, está el hecho de que ponernos los dedos en la boca es muy fácil. Es una de las funciones básicas de la alimentación y el aseo, y por lo tanto está controlada por circuitos cerebrales bastante básicos, lo que significa que se puede convertir rápidamente en una reacción automática.
Sumemos a esto que hay un elemento de "arreglo" al morderse las uñas, es decir, mantenerlas cortas, lo que significa a corto plazo que al menos puede ser placentero, aunque a largo plazo puedas acabar haciéndote polvo los dedos.
Este elemento de recompensa, junto con la facilidad con la que se puede llevar a cabo el comportamiento, significa que es fácil desarrollar el hábito. Una vez establecido, el hábito se puede convertir en rutina: hay muchas situaciones de la vida diaria de todo el mundo en la que tenemos las manos y la boca disponibles para usarlas.
Comprender el morderse las uñas como un hábito tiene un mensaje desalentador para lograr una cura, lamentablemente, ya que sabemos lo difícil que es acabar con los malos hábitos. La mayoría de la gente, al menos una vez al día, pierde la concentración sobre no morderse las uñas.