En La Habana, están conformados varios clubes de motos eléctricas, quienes recogen de manera gratuita, en los horarios de mayor afluencia, a los que van al trabajo o la escuela.
La Habana.- La escasez de combustible en Cuba, que impacta sobre todo en el transporte público, ha hecho que los cubanos recurran a alternativas solidarias como la que ofrece un movimiento espontáneo constituido por dueños de motocicletas eléctricas fabricadas en China.
En La Habana, donde viven poco más de dos millones de personas, están conformados varios clubes de motos eléctricas, cuyos propietarios en coordinación con el Ministerio de Transporte, recogen de manera gratuita, en los horarios de mayor afluencia, a quienes van al trabajo o la escuela.
"El país vive un momento complejo y hay que respaldar los esfuerzos que hace el gobierno para enfrentar los problemas", dijo a Xinhua el coordinador de los clubes, Javier Rojas, un chofer profesional que trabaja en una empresa estatal y es dueño de una moto eléctrica.
Rojas se refirió de esa forma a la falta de combustible que vive la isla en las últimas semanas, y que el gobierno ha denunciado como un efecto del recrudecimiento del bloqueo que Estados Unidos aplica contra Cuba desde hace más de medio siglo.
Con la venia de las autoridades, los motoristas hacen caravanas de 20 o 30 vehículos por las arterias más transitadas de la capital cubana, donde cada uno recoge a un pasajero para acercarlo a su destino.
"Lo hacemos sobre todo en el horario pico de las mañanas", explicó con convicción Felipe Gaínza, quien es el presidente del "Club ERacing", que agrupa a casi medio centenar de dueños.
Reinier Hernández es un joven que dirige el "Club Motos Eléctricas", cuyos 32 miembros sienten como un deber moral ayudar a los demás.
"El bloqueo de Estados Unidos se ha recrudecido y ahora tratan de dejarnos sin combustible, pero nuestras motos hacen un pequeño aporte a los esfuerzos del gobierno para ayudar a todos", afirmó Hernández.
En igual sentido se manifestó Reinier Torres, quien encabeza el "Club Alto Voltaje", también comprometido con esa solidaria labor. "Recoger a alguien que espera por un ómnibus es casi una obligación, porque nosotros no necesitamos del petróleo o la gasolina, y si podemos ayudar, pues lo hacemos", subrayó Torres.
Muchas personas saben de la campaña solidaria de esos motoristas, pero otros se sorprenden gratamente, como Leticia Alvarez, una cincuentona que besó en la mejilla a un joven conductor tras saber que el aventón era gratis.
"Ojalá todos los choferes hicieran como ellos", dijo la mujer mientras se colocaba el obligatorio casco de protección para adelantar en su camino de regreso a casa.
Pero la labor altruista de esos motociclistas va mucho más allá, porque además realizan labores de saneamiento medioambiental, en especial a lo largo del litoral habanero, donde recogen desechos para mantener limpia la costa. Este fin de semana, una treintena de motoristas se reunieron en un punto del oeste de La Habana para limpiar un área del litoral, muy cerca de una playa pública muy concurrida en la etapa veraniega.
Antes, y como es costumbre una vez al mes, realizaron una charla sobre la seguridad vial, una manera de hacer conciencia colectiva acerca del imprescindible cumplimiento de las normativas del tránsito.
Esas motos eléctricas fabricadas en China, que no se comercializan en la isla, son importadas por particulares en su mayoría desde Panamá, aunque algunas también llegan desde La Florida, en la zona sur de Estados Unidos. De manera creciente, esos vehículos aparecen en el abigarrado tráfico cubano, convertidos en una atractiva opción para quienes no quieren depender de la gasolina y acuden a la electricidad como fuente de energía.