El debate sobre la metodología para estimar si los decesos evitables son o no 250.000 al año es estéril. La medicina se ha vuelto lo suficientemente compleja para que el problema sea sistémico, no individual.
Cluster Salud. Un trabajo reciente estimó que la tercera causa de muerte en Estados Unidos serían los errores médicos y que tales descuidos llevarían a un cuarto de millón de decesos anualmente. Parte de la comunidad de la salud ha reaccionado con indignación, indicando que la cifra es mucho menor: 100.000 personas o menos. Sin embargo, en una columna publicada en Scientific American, Ashish K. Jha, director del Harvard Global Health Institute, quien arguye que, en la forma en que el debate está enfocado, es erróneo: no debe de ser visto como un tema de falta de esfuerzo o deshumanización del personal médico, sino como un problema de dejadez del sistema.
“En 2016, vivimos en el mundo de la medicina compleja, tenemos miles de tratamientos que salvan vidas que se habrían perdido hace tan sólo unas décadas. En este mundo, decir que los errores médicos son la tercera causa principal de muerte no parece del todo bien. Implica descuido individual, doctores y enfermeras dando vueltas (sin hacer nada), la realización de cirugías en lugares incorrectos o no prestar atención a lo que los medicamentos que dan. Nada más lejos de la verdad”, dice K. Jha, quien también trabaja como especialista en medicina interna en el VA Boston Healthcare System.
Tras analizar un caso que lo involucró personalmente, en el cual un paciente con neumonía murió por no recibir el antibiótico adecuado (se le aplicó el medicamento estándar), pese a haber sido internado previamente en otro hospital en que sí estaban las pruebas de resistencia a la bacteria (pero ni el enfermo, ni su familia, ni los médicos del nuevo hospital lo sabían), el galeno afirma que “el problema no es sobre la dejadez individual, se trata de dejadez sistema. Desde ese punto de vista, el número (de) 250.000 (muertos) parece mucho más plausible”.
¿Por qué ocurre esto, entonces? “La respuesta: porque puede ser. Debido a que los costos de los errores médicos están ocultos, argumenta y agrega: “Incluso cuando los errores son más evidentes, las consecuencias financieras para las instituciones son pequeñas. Y hasta que no cambiamos radicalmente la estructura de incentivos del sistema de modo que los sistemas más cuidadosos y seguros se vean recompensados generosamente (y los que lo hacen mal sean castigados), nada de esta dejadez desaparecerá”.