Se trata de un programa de Earth Education Proyect, conocido en Managua como el Proyecto de Educación en la Tierra, que trabaja desde el 2009 con mujeres en situación de riesgo.
Un grupo de mujeres nicaragüenses que antes recolectaban basura en el vertedero La Chureca, un antiguo emblema de la pobreza en Nicaragua, ahora elaboran bisutería de moda, la que han exhibido en pasarelas en Inglaterra, donde radica su promotora, y planean ofrecerlas en otros mercados.
El programa Earth Education Proyect (EEP), conocido en Managua, capital de Nicaragua, como el Proyecto de Educación en la Tierra, Trabaja desde el 2009 con 60 mujeres de escasos recursos y en situación de riesgo. Ellas pasaron de recolectar y clasificar basura a elaborar moda reciclada, la que ya cuenta con su propia marca: Chureca Chip.
La idea surgió de Andrea Paltzer una suiza radicada en Inglaterra, a través de un voluntariado que hizo en un vertedero en Managua, donde las personas trabajaban clasificando los desperdicios y durante cuatro décadas recibió sin control miles de toneladas de basura, hasta que fue sellado con el apoyo de España.
"Ella miró la dificultad de las mujeres que iban con sus hijos a la recolección de basura y quiso hacer algo diferente para que no recolectaran basura, pero ahora funciona una moderna planta de reciclaje", explicó la coordinadora del grupo de mujeres en Nicaragua, Ana González.
Desde entonces, ese grupo de mujeres se dedica a la elaboración de todo tipo de bisutería a base de papel, entre ellos pulseras, aretes, collares, tarjetas de todas ocasiones y papelería.
Más allá de las fronteras
Su moda reciclada diseñada no sólo se ofrece en algunas tiendas en Nicaragua, sino que ha sido exhibida en dos ocasiones en la Semana de la Moda de Londres, donde expusieron su primera colección de accesorios, aseguró su coordinadora.
Su presencia en Inglaterra ha sido gracias a la gestión de su fundadora y promotora Andrea Paltzer, quien también se encarga de buscar clientes y promocionar el producto en ese país europeo, dijo.
Actualmente, las mujeres combinan el papel con plata, baño de plata o piedras preciosas, con el objetivo que el producto se vea más fino y acorde con la moda, y así poder ofrecerlo a otros mercados.
Ese grupo de mujeres elabora un promedio de 700 piezas mensuales, entre pulseras, aretes y collares.
El proyecto, además de capacitar a las mujeres en manualidades, busca empoderar a las féminas, para lo cual reciben talleres psicosociales en cuanto a autoestima y sobre prevención contra violencia de género.
Además, reciben consultas médicas y una ayuda económica de US$100 mensuales.
"El objetivo del proyecto es empoderar a las mujeres en cuanto a conocimientos, habilidades y desarrollar destrezas. Además, que ellas se sienta útiles y que pueden dar un aporte a la comunidad", puntualizó González.
Como meta a corto y mediano plazo, esas mujeres buscan hacer alianzas con el sector privado local y colocar sus productos en otros mercados en el exterior para lograr que el proyecto sea autosostenible y así poder involucrar a más mujeres en situaciones de riesgo.