Por Ana Fernanda de las Fuentes, Marketing and Communications Manager en Cumplo.
Chloé Zhao fue la segunda mujer en ganar el Oscar a mejor director, Janet Yellen fue la primera mujer nombrada como secretaria del Tesoro en EE.UU., y Emanuelle Charpentier y Jennifer Doudna fueron la sexta y séptima mujer en ganar el Premio Nobel de Química. ¿Qué tienen en común todas ellas? Son mujeres que han sido destacadas por su trabajo en sus diferentes áreas durante el año pasado y lo que llevamos de este, abriendo espacios para que más de nosotras podamos tener nuevas y mejores oportunidades en el campo laboral.
En Latinoamérica y el sector tecnológico esta no es la excepción, ya que cada vez somos más las que estamos aportando con nuestros talentos en empresas de tecnología o creando nuestras propias innovaciones. Es fundamental que continuemos en este camino, ya que la inclusión femenina solo trae beneficios para los países que lo recorren.
Según datos de Crunchbase, plataforma que agrupa información de miles de empresas, incluir a más mujeres en el mercado laboral podría impulsar a la economía global en más de US$5 billones, debido a que las compañías manejadas por mujeres generan 2,5 más ingresos por cada dólar invertido que las dirigidas por hombres.
Además, cifras del portal Statista, con base en el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2018-2019, muestra que entre los países con mayor porcentaje de mujeres emprendedoras está Chile (en segundo lugar), con 21,2% y Colombia (en el tercer lugar), con 17,8%, seguidos por Brasil, Canadá, Estados Unidos, India y Argentina.
Por el lado de las fintech, los avances también han sido muy relevantes a mi parecer. Cada vez se alzan más empresas fundadas por mujeres y no es raro ver a alguna de nosotras en cargos clave para el desarrollo de la industria.
Sin ir más lejos, el año pasado un estudio reveló que la industria Fintech en América Latina se alzó con la mayor cantidad de firmas creadas por mujeres o con alguna de ellas en el equipo fundador en 2020, formando parte de un tercio de las nuevas Fintech en la región. Esto está muy por sobre el promedio mundial, que se ubica en torno al 7%. Pese a estos importantes avances, para mí es claro que aún existen brechas de género que deben ser subsanadas para contar con el pleno desarrollo de nosotras en el sector tecnológico y, en general, en el mercado laboral de Latinoamérica.
En esta línea, un estudio realizado este año por Laboratoria en conjunto con el Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano del Desarrollo (BID Lab) reveló que apenas el 52% de las mujeres adultas forma parte del mercado laboral y en la industria tecnológica de América Latina constituyen solo el 30% de las personas empleadas.
Además, el informe señaló que la inclusión de las mujeres en el sector tecnológico se ve dificultada por limitaciones de los sistemas educativos tradicionales, la adopción de sesgos inconscientes sobre su desempeño en el área y las expresiones de discriminación laboral, entre otras.
Sin duda, hoy las mujeres somos muchas más que hace 10 años en el sector tecnológico. Pero todavía queda mucho camino por recorrer para que todas podamos tener la oportunidad de desarrollar nuestras habilidades, con el objetivo de innovar en nuevas soluciones para la sociedad. De cumplirse esta meta, se generará una sinergia virtuosa que beneficiará a todos: mujeres, hombres, empresas, economías y países.