Conceptualmente hay un enorme apoyo para la idea del cambio de la producción o suministro de mercancías hacia destinos más próximos - tanto en la administración de Biden como en el Congreso.
La competencia omercial entre EE.UU. y China podría también presentar algunas oportunidades para los productores latinoamericanos.
Así lo explicó en su keynote ‘China, desacoplamiento, peligros y oportunidades para las multilatinas’, la académica estadounidense, Margaret Myers, directora del programa Asia y América Latina de la Fundación Diálogo Interamericano (the Dialogue), durante el evento ‘Multilatinas 2021: Ante una nueva era’, de AméricaEconomía, realizado el 10 y 11 de noviembre.
Para ello citó a Ricardo Zúñiga, del Departamento de Estado de EEUU, quien ha indicado que, conceptualmente al menos hay un enorme apoyo para la idea del nearshoring – el cambio de la producción o suministro de mercancías hacia destinos más próximos - tanto en la administración de Biden como en el Congreso, porque esto sigue el concepto de la administración anterior a cambiarse a suministros más seguros, de una visión para concentrar para concentrar recursos y capacidades en las Américas.
“Hay mucho interés, en particular por Centroamérica y México, pero eso no es suficiente (…) tenemos que contar con regulaciones, motivaciones, para las compañías para invertir en América Latina y cambiar totalmente sus cadenas de valor. Hemos visto algunas propuestas para legislar para nuevas leyes en nuestro Congreso, pero todavía no tenemos una regulación ni nada que este impulsando realmente este tipo de inversión. Lo que sí están planeando hacer es asegurar que la Agencia de Cooperación Internacional de Desarrollo Financiero (DFC) pueda apoyar a compañías estadounidenses con capital para transferir su producción desde China o Asia, en general, a América Latina. Pero va a tener que despertar interés y vamos a necesitar una leyes o regulaciones que impulsen esta actividad [que] requiere mucho tiempo, no es algo que se puede hacer en un año y menos en meses” destacó.
Pero, en general, hasta ahora Myers recalcó que la administración Biden ha centrado su agenda comercial para Latinoamérica en la aplicación de las disposiciones ambientales y laborales del T-MEC y en las bases para las disposiciones relacionadas con el comercio que podrían incluirse en un acuerdo global sobre el cambio climático.
“Entonces es muy probable que una agenda comercial que aumente los flujos económicos [con América Latina] tendrá que esperar hasta la segunda mitad del mandato de Biden”, apostó Myers.
Mientras eso ocurre con EE.UU., en China continúan las inversiones enfocadas en sectores o industrias de alta tecnología. Además de algunos sectores tradicionales como inversión en mineras, pero que están vinculadas a aplicaciones tecnológicas, como en el caso del oro, indicó Myers.
La académica también detalló que China firmó un número récord de acuerdos de inversión directa (IED) en la región en 2019, y que ha estado moviéndose fuertemente en el sector de fusones y adquisiciones (M&A) en particular, con muchas compras y adquisiciones en proyectos de infraestructura, “en general, a veces esta infraestructura está relacionadas carreteras, caminos para facilitar por tanto la extracción como el transporte de estos para facilitar la exportación”, explicó.
Aunque el comercio de China con América Latina sigue muy activo y en crecimiento, las inversiones y en especial préstamos chinos a la región venían en baja desde 2015 y ya con pandemia llegaron a cero. “En particular (el movimiento) de los bancos de Desarrollo y el China Eximbank está cayendo, y probablemente va a mantener unos niveles bastante bajos en los próximos años (...) Es muy probable que no veamos un aumento notable en los próximos años en este tipo de flujo de capital” sentenció Myers.
Entonces la duda que permanece es “¿qué métricas van a utilizar las empresas chinas para medir la viabilidad de la infraestructura propuestas y de nuevos proyectos en los próximos meses y años?, ¿cómo van a medir riesgo en el futuro?”, se preguntó Myers.
Para la académica, incluso si los proyectos no son particularmente viables comercialmente, “¿Verá China una oportunidad estratégica como ha hecho antes en la inversión en sectores en crisis?”.
Al revés, la académica también ve un escenario desafiante para que las multilatinas y las compañías que tienen algún interés en invertir en China. “Se sabe que puede ser muy difícil invertir en China; hay algunos ejemplos muy exitosos en sectores AgTech, en Argentina, y también Chile tiene ejemplos de inversión exitosa en China en algunos sectores clave, pero en general ha sido muy difícil invertir en China para una gran cantidad de compañías latinoamericanas (…) Ahora algunas de las restricciones en China han aumentado, [el panorama] es más difícil ahora que antes”, indicó.
Lea este artículo completo acá: Margaret Myers, Fundación Diálogo Interamericano: “La relación China-EE.UU. en general no ha mejorado y en muchos aspectos está empeorando”.