Por Walter Brizuela, consultor y asesor de empresas, y director de la Escuela de Negociología.
En estos tiempos que corren, el desafío de las empresas es entender y anticiparse al próximo paso evolutivo del sector económico y productivo en el cual se desempeñan.
En este marco surge la Negociología, como la ciencia del progreso que nos permitirá acceder a conocimientos y habilidades transversales, integrando la historia, el presente y el desarrollo de cada compañía, para ofrecerle una nueva visión de futuros previsibles, que le facilite transitar la evolución de la actividad laboral y progresar mediante el trabajo y compromiso de sus recursos humanos.
La Negociología es una ciencia social que, a través de un conjunto de conocimientos estructurados, propone de una manera lógica, alternativas para que tanto el ser humano y su familia, como el empresario y los recursos humanos de su compañía (considerados como núcleo familiar a nivel corporativo), puedan progresar y prosperar trabajando. Lo hace a través de 7 pasos que deben tenerse en cuenta para lograr la evolución de un estadio de orden inferior a otro de orden superior.
Negociología es una palabra compuesta por cuatro significados esenciales:
1.‘Negocios’ como negación al ocio, como actividad productiva del ser humano.
2. Los ‘negocios’ entendidos como asuntos de las personas: la familia, los sueños, el trabajo, la actividad profesional y comercial como factor de unión, el dinero a cambio de su esfuerzo laboral, la razón por la que nos paga el sistema laboral, el tipo de política que cada país desarrolla, y la forma de organizarnos para que los logros se produzcan.
3. ‘Logía’ como sinónimo estudio, investigación y análisis de las maneras que tiene el hombre y su familia para progresar trabajando.
4. ‘Logía’ también como lenguaje, incluso simbólico, por ejemplo, al utilizar el árbol y el bosque –como haremos más adelante en este artículo- para explicar los procesos evolutivos del hombre en su trabajo.
El aporte de esta ciencia está en un proceso que lleva al ‘homus laborius’ a evolucionar trabajando, sumando un nuevo conocimiento para progresar a través del desarrollo de actividades laborales. Asimismo, los principios de la negociología se aplican a otros planos de la vida del ser humano, en las que también nos interesa progresar.
Para ser más gráficos, analicemos el progreso laboral de algunas actividades económicas, en imágenes o ‘fotografías’ que simbolicen hitos importantes en su desarrollo a lo largo del tiempo, considerando a cada una de estas fotos o hitos como algunas de las ramas del árbol que representaría simbólicamente cada actividad:
Si tomamos como negocio raíz a la industria de la construcción las cuatro fotografías que retratan su evolución histórica serían las cavernas, las chozas, las casas y los edificios.
Si consideramos al negocio del correo como raíz, las cuatro fotos serían las siguientes: las palomas mensajeras, el telégrafo, la carta (luego el email) y el Whats App.
En el negocio de la estética: el barbero, el fígaro, el peluquero y el estilista.
Y si estos hitos evolutivos son algunas de las ramas del árbol de cada actividad, los ¨frutos¨ son los productos y servicios que se desprenden de ese concepto raíz.
Por el tronco circulan la savia, que simboliza la sabiduría, el conocimiento, las buenas prácticas y competencias, que hacen que una empresa o una marca se desarrolle de manera firme y gane altura, en el mismo proceso de heliotropismo que las especies del reino vegetal utilizan para buscar altura y envergadura.
Volviendo al análisis del progreso laboral de algunas actividades, vimos previamente en este artículo, que como primeras cuatro fotos de la evolución de la industria de la construcción, a las cavernas, las chozas, las casas y los edificios. En el caso del negocio del correo, las palomas mensajeras, el telégrafo, la carta (luego el email) y el Whats App. Y en el ámbito de la estética: el barbero, el fígaro, el peluquero y el estilista. El mismo ejercicio podríamos aplicarlo al sector logístico, donde las cuatro fotos evolutivas serían las hojas de gran tamaño para trasladar los alimentos, la carreta -como el elemento que dio origen al concepto traslado de mercancías-, los vehículos impulsados a vapor, y los vehículos modernos propulsados por combustibles fósiles o electricidad. Y en el ámbito energético, la leña y el carbón -al inicio-, para luego dar paso a los combustibles animales y vegetales, posteriormente al gas y la gasolina, y finalmente las energías hidráulica, eléctrica, nuclear, eólica (cinética) y solar.
A partir de esas fotos que nos permiten observar la evolución de cada actividad, si somos capaces de visualizar la siguiente foto o paradigma (que aún no ha surgido), mediante el uso de los principios de la Negociología; seremos capaces de adelantarnos y pasar a un estadio superior, definiendo una tendencia o incorporando una innovación en el negocio que operamos.
Los 7 pasos para lograr la evolución y el progreso
Los principios de la negociología, que permitirán asegurar la base del progreso de empresas, organizaciones, familias y personas son los siguientes:
1. Tu primer trabajo es conocer a tu familia. Conocer cuál ha sido el recorrido de nuestra familia a nivel laboral, nos permite reconocer las líneas de identificación familiar y laboral. También descubrir si estamos capacitados para un determinado negocio y desde allí, emprender el camino del conocimiento, del saber hacer; que, sumado al conocimiento aportado por el sistema educativo, facilita nuestra comprensión del para qué estamos en esta vida y cómo podemos aplicar el sentido de nuestra existencia a la actividad laboral.
2. Los sueños se cumplen. Querer ser ingeniero, médico, abogado, publicista o desempeñarse en otra profesión, es una herramienta para cumplir el sueño laboral. Si el sueño es hacer grandes obras de infraestructura, por ejemplo, facilitará el camino del progreso el hecho de ser ingeniero. Si somos capaces de expresar en una frase ese sueño, estaremos en mejores condiciones de comprender para qué trabajamos de los que trabajamos y para qué estudiamos lo que estudiamos.
3. Trabajar con la familia es una filosofía de vida. Las empresas se dividen en empresas de capital abierto, de capital familiar, de capital mixto –público y privado- y de capital estatal, pero el 100% de los que trabajamos, provenimos de alguna conformación familiar. Para el desarrollo de cualquier tipo de empresa a las que aludimos, es importante conocer cuál es la procedencia de sus recursos humanos; es decir, analizar cuál es la procedencia familiar de los colaboradores de cada compañía.
4. Los negocios son factor de unión. Crear negocios y actividades productivas, es inherente a la naturaleza del ser humano. Mirar a los negocios como factor de unión permite ampliar horizontes, ya que los patrimonios, las empresas y el dinero, son factores de desunión de las personas en el mundo laboral.
5. El mundo del trabajo paga por el rol laboral. Independientemente de la profesión alcanzada y el sueño que relatábamos más arriba, el mundo del trabajo paga nuestros servicios por ser empleados (públicos o privados), autónomos, comerciantes, empresarios, inversores, filántropos. y/o políticos. A cada arquetipo le corresponde un estereotipo que, al comprender su lógica, facilita el camino evolutivo de quienes trabajamos, evitando frustraciones de expectativas por encima de los aportes realizados.
6. Los ciclos políticos de los países. Los países son seres vivos en evolución o involución constante. Por ello es preciso que quienes trabajamos, comprendamos cuál es el sistema político reinante en el país en el que desarrollamos nuestros negocios, en los países en los cuales operan nuestros proveedores (si importamos) y en el país de destino de nuestros bienes y servicios (si exportamos).
7. Si te organizas, lo logras. Organizarse es estructurar nuestro trabajo en torno al árbol de la organización, cuyas ramas son:
-Comercial: mercado interno y externo;
-Administración y finanzas: registraciones y manejo del dinero; y
-Operaciones: de producción, stock, distribución, por ejemplo, según el concepto de negocios que rige nuestra especie.
La visión, la misión, nuestros valores, las formas de conducir –marcar el rumbo, el hacia dónde vamos-, el gestionar –gerenciar, administrar-, la estrategia y la planificación, el capital humano y tecnológico, entre otros aspectos, se transformarán en nuestros desafíos para lograr lo soñado.
Para finalizar, insistimos, el progreso consiste en pasar de un estadio de orden inferior a otro de orden superior. El hombre está capacitado naturalmente para deducir cuál es el próximo estadio evolutivo. En el desarrollo de esa capacidad estará el éxito en el campo de los negocios y en el desempeño laboral. Y para poder desarrollarla, la Negociología aporta una formulación lógica de conocimientos que permite evolucionar la forma de prosperar conocida hasta el momento.