Tras seis años de suspensión indefinida, la aerolínea colombiana retomó su conexión aérea con la capital venezolana, siguiendo los pasos de rivales como Wingo y Latam Airlines.

Este martes 26, la aerolínea colombiana Avianca anunció la reapertura de la ruta Bogotá-Caracas a partir del 1 de febrero de 2024. Dicha noticia se suma al anuncio del 16 de diciembre de una nueva conexión aérea entre Venezuela y Costa Rica con el retorno de la ruta San José-Caracas-San José. De esta forma, al margen de la tensa situación política de Venezuela, el tráfico aéreo entre el país llanero y el resto de América Latina continúa en reconstrucción. 

Claramente, es una consecuencia natural de la recuperación parcial de la economía venezolana ante el avance de la dolarización de facto. Otro factor clave ha sido el deshielo diplomático impulsado por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, desde su asunción en agosto de 2022.

Avianca ha destacado el retorno de los vuelos aéreos entre Bogotá y Caracas, resaltando los lazos tradicionales que conectaban a sus aeropuertos. “En el pasado, Avianca voló entre el Aeropuerto Internacional El Dorado y el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar durante más de 60 años y, con el regreso de esta ruta, sus clientes podrán volver a conectar desde Bogotá y todos los rincones de Colombia con Caracas”, declaró Avianca a través de un comunicado oficial.

La modalidad de los nuevos vuelos incluirá cuatro frecuencias semanales, las cuales serán los martes, jueves, sábados y domingos. Mientras que las aeronaves utilizadas serán de la familia Airbus A320 con capacidad para 180 viajeros. El vuelo Bogotá-Caracas (AV142) saldrá los días mencionados a las 11:59 am; por su parte, la ruta Caracas-Bogotá (AV143) despegará a las 4:33 pm. Se trata de una oferta que busca superar las 1.400 sillas a la semana y que ya dispone de boletos a la venta en la aplicación móvil, la página web, los puntos de venta físicos o mediante las agencias de viaje. 

En cuanto a la capacidad de las aeronaves, estas pueden transportar a 174 viajeros, de los cuales 12 pueden viajar en la cabina premium y los 162 restantes, en la cabina economy. Las perspectivas de rentabilidad son altas, no solo por el repunte del turismo en Venezuela, sino también por la presencia de dos millones de venezolanos en Colombia, quienes podrían buscar opciones de conectividad con su país natal. 

A pesar del optimismo generado por el restablecimiento de las antiguas rutas aéreas, otros actores internacionales mantienen una política inflexible hacia Venezuela. Quizás el caso más importante es el de Estados Unidos, debido a eventos políticos recientes como la inhabilitación de la candidata presidencial opositora, María Corina Machado, así como las amenazas de invadir la región guyanesa del Esequibo. En consecuencia, la reapertura del tráfico aéreo entre ambos países se muestra como una posibilidad lejana. 

“Avianca reitera que, en línea con la instrucción dada por el Departamento de Transporte de los Estados Unidos, a todas las aerolíneas que operan en ese país, los servicios de transporte aéreo entre Venezuela y Estados Unidos no están disponibles”, aclaró la aerolínea colombiana al respecto. 

¿POR QUÉ SE SUSPENDIERON LOS VUELOS DE AVIANCA A VENEZUELA?

Ante un vínculo sostenido por seis décadas, cabe preguntarse cuál fue la causa exacta que motivó el fin de la conexión aérea de Avianca con el país llanero. El cese de operaciones se dio de forma abrupta en 2017, cuando la aerolínea colombiana canceló las rutas Bogotá-Caracas y Lima-Caracas. 

“Debido a limitaciones operativas registradas en las últimas horas, Avianca se ve en la obligación de suspender a partir de hoy sus operaciones a Venezuela, y no desde el 16 de agosto como estaba previsto. Esto incluye el cierre de la venta de pasajes en las rutas que conectan a Caracas con Bogotá y Lima”, declaró la compañía aérea el 27 de julio de 2017 en un comunicado. 

Por aquel entonces, la dictadura de Nicolás Maduro aplicaba políticas estatistas que retenían las ganancias generadas por las ventas de boletos de Avianca en Venezuela a un tipo de cambio justo. Además, los altos índices de crimen organizado en el país llanero impulsaron a Avianca a suspender los vuelos también por “razones de seguridad”. 

A su vez, el deterioro de la infraestructura del aeropuerto de Maiquetía (Caracas), los servicios deficientes de internet y los sucesivos cortes de luz perjudicaban la elaboración y transmisión de planes de vuelo en Venezuela. Tal fue la magnitud de la crisis que incluso Avianca se negó a cruzar el espacio aéreo venezolano y debió modificar sus rutas originales. Fue una decisión que elevó los tiempos de vuelo y gastos de combustible, perjudicando los vuelos entre Colombia y Europa.

Hoy en día, estos desafíos han sido reemplazados por otros nuevos para Avianca. El principal sería la pugna con la competencia por el renovado mercado aéreo venezolano. Si bien Avianca perdió dos rivales en la primera mitad del año, con la quiebra de las aerolíneas low cost VivaAir y UltraAir, otros competidores han ganado terreno en los meses siguientes. Es el caso de la aerolínea chilena Latam Airlines, la cual recientemente inauguró su ruta Bogotá-Caracas el pasado 1 de diciembre. A su vez, en el mercado colombiano, la low cost Wingo cubre la misma ruta desde julio de 2023. Si añadimos la inminente llegada de JetSmart al país cafetero para los meses siguientes, todo apunta a que 2024 será un año reñido e impredecible para Avianca.