A pesar de la cifra total, durante el cuarto trimestre del año pasado la mayor petroquímica del continente redujo sus pérdidas con respecto a 2022. La firma está recuperándose de un accidente ambiental e invirtiendo en nuevos proyectos.
La petroquímica brasileña Braskem ha elevado sus pérdidas en el año 2023 hasta los US$ 935 millones, lo que supone multiplicar por más de 13 sus 'números rojos' con respecto al año anterior, que lo terminó con pérdidas por valor de US$ 70 millones.
En esta línea, los ingresos de la compañía se han desplomado en un 25% desde el año anterior, lo que ha llevado a la empresa a cerrar el año con una cifra de negocio de US$ 14.113 millones. Por el contrario, los gastos se redujeron en un 18% interanual, hasta los US$ 13.516 millones.
La menor facturación se debe a los menores precios promedio de los principales químicos en el mercado internacional y de los volúmenes de ventas en el mercado brasileño, según ha explicado Braskem en su informe de resultados.
Además Braskem sigue enfrentando costos y gastos por la crisis ambiental provocada por el hundimiento del suelo en la región de sus minas de salgema en Maceió, tuvo un consumo de caja de 843 millones de reales (US$ 168 millones) en el cuarto trimestre de 2023, frente a una generación de 155 millones de reales (US$ 31 millones) un año antes. La crisis geológica exigió a la empresa desembolsos de efectivo por 319 millones de reales (US$ 64 millones) a finales del año pasado.
Por mercados, las ventas en Estados Unidos y Europa cayeron un 23% en términos interanuales, y un 21% en México.
Por su parte, en Brasil, el mercado doméstico de Braskem, la cifra de negocio se contrajo un 26% desde el año anterior.
En tanto que el resultado bruto de explotación (Ebitda) recurrente ha sido un 64% inferior al alcanzado en el año 2022, quedándose en los US$ 743 millones. El margen Ebitda fue del 5%, cuatro puntos menos que en el ejercicio precedente.
En 2023, la compañía realizó inversiones corporativas de aproximadamente US$ 754 millones, una cantidad superior en un 4% a la esperada para el ejercicio, debido principalmente a la optimización de la asignación del capital para inversiones a través de la priorización de proyectos e iniciativas, sin impacto en la seguridad operacional.
Finalmente, la deuda neta ajustada se ha incrementado en un 14% desde el cierre del año 2022, elevándose hasta los US$ 5.086 millones.